Que Mataró llegue algún día a tener una estación de autobuses interurbanos no es, ni mucho menos, una certeza. De hecho, a día de hoy no existe un consenso político ni técnico claro que permita afirmar que la capital del Maresme acabará disponiendo de una infraestructura de este tipo. El principal escollo es político: el PSC, partido que lidera el gobierno municipal, nunca se ha mostrado partidario de construir una estación de autobuses centralizada.
Los socialistas defienden que el modelo actual, con paradas de autobuses interurbanos repartidas por distintos puntos de la ciudad, garantiza una mejor accesibilidad al servicio. Consideran que este sistema permite que muchos vecinos tengan una parada cerca de casa, especialmente en los barrios, y que una estación única obligaría a realizar más desplazamientos previos. Además, el PSC también expresa recelos en cuanto a la convivencia: teme que una estación de autobuses pueda convertirse en un foco de conflictos, de manera similar a lo que, según argumentan, ya sucede en el entorno de la estación de tren y sus inmediaciones.
Aun así, Mataró es una excepción dentro de su entorno urbano. Es una de las pocas ciudades de su categoría que no dispone de una estación de autobuses interurbanos. Municipios de dimensiones y peso similares, como Granollers, sí que cuentan con una, hecho que a menudo se utiliza como elemento de comparación en el debate local.
Uno de los autobuses que conectan Mataró con Barcelona
Junts y ERC, claramente favorables a una estación
En el otro extremo del debate se sitúa Junts per Mataró. Pese a estar en la oposición, el partido mantiene un pacto de estabilidad de mandato con el gobierno municipal del PSC y En Comú Podem, pero en esta cuestión su posición es claramente distinta. Junts es un firme defensor de la creación de una estación de autobuses en la ciudad, un punto en el que choca con los socialistas.
Los argumentos que expone la formación pasan por la necesidad de ordenar toda la oferta de autobuses interurbanos en un único espacio, evitando la dispersión actual. También remarcan el impacto que tiene la circulación diaria de cientos de autobuses interurbanos por las calles de Mataró, tanto en términos de tráfico como de contaminación ambiental y acústica. En este sentido, ponen como ejemplo las reiteradas quejas de los vecinos de la calle Torrent, que denuncian el paso constante de autobuses hacia Barcelona a lo largo del día.
ERC, el principal partido de la oposición, también se ha manifestado a lo largo de los años favorable a, como mínimo, estudiar la posibilidad de disponer de esta infraestructura en Mataró. "Mataró necesita una estación de autobuses interurbanos, bien conectada con las líneas de autobús urbano, la estación de ferrocarril y el servicio de taxi, para fomentar la intermodalidad", manifestaban a principios de esta década, en protesta por la negativa expresada entonces, y todavía ahora, por el gobierno municipal.
Los vecinos del Torrent, hartos de demasiados autobuses por la calle
Un estudio encargado a expertos en movilidad
Ante este escenario de posiciones enfrentadas, el consistorio decidió encargar un estudio técnico a una consultoría especializada en movilidad, Doymo, para analizar cuál debería ser el mejor modelo para el transporte público interurbano en Mataró y si es conveniente —y posible— disponer de una estación de autobuses.
Las conclusiones del estudio huyen de soluciones simples. De entrada, los expertos señalan que apostar por una única centralidad del transporte público interurbano puede ser una opción, pero que no es recomendable en el caso de Mataró. El principal motivo es que una estación única dejaría sin una buena cobertura territorial a una parte importante de la ciudad, especialmente a los barrios más alejados del centro y de la franja litoral.
Ahora bien, el informe también apunta que, a corto plazo, sí es una buena estrategia desconcentrar las paradas y pequeñas estaciones en función de las principales relaciones de movilidad existentes. Por ello, se propone un despliegue en dos etapas.
La propuesta del estudio, sobre mapa
Corto plazo: pequeñas estaciones distribuidas
En una primera fase, a corto plazo, el estudio plantea la creación de pequeñas estaciones o paradas reforzadas en las principales avenidas y en puntos estratégicos de la ciudad, especialmente cerca de la estación de Rodalies. Estas paradas deberían disponer de espacio adecuado para la detención de los autobuses y de elementos de confort para los usuarios del transporte público.
El objetivo es potenciar distintas relaciones de movilidad. Por un lado, la relación entre el centro de Mataró, Barcelona y el corredor Mediterráneo debería pivotar principalmente sobre el tren, complementado con paradas perimetrales de autobús interurbano. Por otro lado, para conectar los barrios con Barcelona, los expertos recomiendan mantener y potenciar paradas interurbanas en las principales avenidas, de modo que los residentes tengan el servicio cerca y con conexión con el transporte urbano.
En cuanto a la relación entre el centro de la ciudad y el resto del Vallès, el estudio apuesta por potenciar una estación de autobuses en el entorno de Rodalies, que permitiría una conexión directa con el tren y también con las paradas perimetrales propuestas. En el caso de las conexiones entre los barrios de Mataró y el Vallès, a corto plazo se recomienda que las líneas interurbanas continúen localizándose en estas paradas periféricas. Este modelo, con estaciones en la vía pública, no es excepcional. Según el estudio, cada vez es más habitual en ciudades que se están modernizando, como Pamplona o A Coruña.
El Parc Central Nou de Mataró, donde los expertos situarían la estación central de autobuses interurbanos. Foto: R. Gallofré
Largo plazo: una estación central y otra en Rodalies
A largo plazo, sin embargo, los expertos sí abren la puerta a una visión más ambiciosa de ciudad. El estudio plantea como opción potenciar una estación central de autobuses, combinada con otra estación en el entorno de Rodalies. Una de las ubicaciones que se considera más adecuada para esta estación central es el Parc Central.
Esta opción, sin embargo, no es sencilla. Implicaría cambios en la planificación urbanística para permitir este uso en un espacio verde y requeriría una inversión económica importante. Según el informe, la mejor solución técnica sería que la estación fuera semisoterrada, minimizando así el impacto en superficie.
El Parc Central dispondría del espacio necesario para acoger una estación soterrada que, combinada con la estación de Renfe, abriría nuevas posibilidades para redistribuir la movilidad urbana e interurbana de Mataró. Hasta que esta infraestructura no fuera una realidad, el estudio recomienda avanzar de manera progresiva, con distintas fases de actuación, priorizando aquellas paradas con mayor volumen de pasajeros y mejorando su accesibilidad tanto para los usuarios como para los autobuses