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S.F.

Dos mataronins editan un libro sobre la vaga d’usuarios de tranvías del 57

Maria Coll y Josep Puig explican la revuelta por la subida de precios de las tarifas de los tranvías

Dos mataronins son los creadores del libro 'La huelga de usuarios de tranvías de Barcelona de 1957' (editado por Eumo, editorial de la Universidad de Vic) que se presentará el próximo jueves 12 de junio a las 19.00h al Salón de Crónicas del Ayuntamiento de Barcelona. Impulsados por el histórico político Josep Benet, desaparecido recientemente, Maria Coll y Josep Puig decidieron poner hilo a la aguja con una obra que narra la revuelta ciudadana ante la subida de las tarifas de los tranvías como medida del gobierno franquista para hacer frente a la recesión económica. " Benet fue uno de los que participó y nos dijo que nunca nadie había investigado sobre el tema", explica Cuello. La escritora  asegura que la huelga "destaca para ser la primera en la que los diferentes grupos clandestinos como los comunistas, socialistas y los monárquicos, fueron todos a una", explica Cuello. La escritora destaca también el hecho que se tratara de una revuelta "organizada y preparada, a diferencia de la de 1951 que fue espontánea".


En el libro se explica, mediante diferentes testigos que participaron en la revuelta, como los diferentes grupos políticos clandestinos organizaban la huelga moviendo los panfletos y las reivindicaciones entre la sociedad para repetir el movimiento que espontáneamente surgió seis años atrás. "Los partidos y las organizaciones clandestinas vieron que sin la gente del pueblo y haciendo su batalleta no podrían hacer nada", asegura Cuello, que destaca el papel de los estudiantes: "Cada vez tenían más poder; los procedentes de la Universitat de Barcelona, además, no eran estudiantes como antes, sino hijos de quienes habían vivido la guerra y mucho más radicales".


De este modo se intentaba hacer frente a una subida de precios en una cosa tanto básica como el tranvía en un momento en el que la sociedad estaba muy collada por la crisis económica. "Las tarifas se mantuvieron con el aumento previsto y la huelga tuvo repercusión sólo en Madrid y en algunas ciudades de España durante un par de días". Coll explica que en Barcelona se alargó "quince días con varios intentos de mantenerla viva, incluido un intento fallado de huelga general". La escritora narra la "huelga de espectáculos" que se organizó a los domingos, y que provocó que el campo del Barça, cines y teatros quedaran prácticamente vacíos, a pesar de que "no se pudo mantener el espíritu de la huelga y en dos semanas se enfrió entre otros cosas por el cierre de la Universitat de Barcelona, que dejaba sin lugar para manifestarse a los estudiantes".