Los 450 alumnos de infantil y primaria de la escuela Anxaneta estrenarán el próximo martes día 10 el nuevo edificio situado en el solar del antiguo cuartel de la Guardia Civil, entre las calles Floridablanca, Solís, Prat y Camino real. La escuela ha aprovechado las vacaciones de Semana Santa para hacer el traslado al nuevo edificio, que permite como gran novedad ubicar en un mismo espacio los alumnos del parvulario y de primaria, que hasta ahora ocupàven dos edificios independientes situados al Camino real y a la calle San Juan. Los alumnos también ganan un gimnasio que puede hacer las funciones de sala polivalente, una pista deportiva y un comedor mucho más amplio, así como también crece el espacio de la sala de profesores. Todas las aulas, además, se han equipado con conexió en internet.
Pero no todo son flores y violas: «en general las aulas son más pequeñas, porque la escuela se ha hecho aplicando los mínimos previstos, y hay muchos espacios oscuros», explica el director del centro Martí Casaste. En la lista de defectos hay que añadir el hecho que las perchas de ropa son insuficientes y se han colocado a una altura inapropiada por los niños, y que hay pocas fuentes de agua al patio. Además, las lluvias recientes han puesto a cuerpo descubierto algunas goteras al pasillo de parvulario. Casaste también explica que la nueva escuela se ha tenido que equipar en parte con material recuperado de la escuela antigua: «La Generalitat no considera que sea una escuela nueva sino de sustitución, y por eso no nos ha dotado de material nuevo», explica el director. En este sentido, el regidor de Educación Pep Comas ha explicado que los serrels pendientes «se irán subsanando». Comas ha reconocido también los atrasos que ha sufrido la construcción del edificio pero ha celebrado que finalmente se haya pueda hacer realidad, puesto que «era un tema reivindicado de hace tiempo por la escuela».
Por otro lado, el director del centro Martí Casaste también lamenta que el traslado al nuevo edificio se tenga que hacer en Semana Santa, «cuando todo el mundo está de vacaciones», en ninguna parte de haberlo planteado a medio curso, pero considera que es mejor ahora que en septiembre puesto que «al inicio de curso hay trabajo a programar y muchos profesores nuevos». Además, confiesa Casaste, «la gente ya tenía ganas de hacer el traslado».
Una fiesta de despedida y bienvenida
Atrás quedarán los recuerdos de los cuarenta años vividos en el antiguo Anxaneta y de elementos emblemáticos como la higuera del patio, de la cual se plantará un esqueje a la nueva escuela. El cambio de edificio se vivirá el próximo martes día 10 como una fiesta. Los alumnos se concentrarán a las nueve de la mañana al edificio antiguo y después de despedirse saldrán en pasacalle hacia el nuevo centro. Para acabarlo de completar, el domingo día 15 se hará una jornada festiva de despedida de la escuela vieja y bienvenida de la nueva, que incluirá un pasacalle, una visita en la nueva escuela, una exposición fotográfica y una comida de hermandad.
Pero no todo son flores y violas: «en general las aulas son más pequeñas, porque la escuela se ha hecho aplicando los mínimos previstos, y hay muchos espacios oscuros», explica el director del centro Martí Casaste. En la lista de defectos hay que añadir el hecho que las perchas de ropa son insuficientes y se han colocado a una altura inapropiada por los niños, y que hay pocas fuentes de agua al patio. Además, las lluvias recientes han puesto a cuerpo descubierto algunas goteras al pasillo de parvulario. Casaste también explica que la nueva escuela se ha tenido que equipar en parte con material recuperado de la escuela antigua: «La Generalitat no considera que sea una escuela nueva sino de sustitución, y por eso no nos ha dotado de material nuevo», explica el director. En este sentido, el regidor de Educación Pep Comas ha explicado que los serrels pendientes «se irán subsanando». Comas ha reconocido también los atrasos que ha sufrido la construcción del edificio pero ha celebrado que finalmente se haya pueda hacer realidad, puesto que «era un tema reivindicado de hace tiempo por la escuela».
Por otro lado, el director del centro Martí Casaste también lamenta que el traslado al nuevo edificio se tenga que hacer en Semana Santa, «cuando todo el mundo está de vacaciones», en ninguna parte de haberlo planteado a medio curso, pero considera que es mejor ahora que en septiembre puesto que «al inicio de curso hay trabajo a programar y muchos profesores nuevos». Además, confiesa Casaste, «la gente ya tenía ganas de hacer el traslado».
Una fiesta de despedida y bienvenida
Atrás quedarán los recuerdos de los cuarenta años vividos en el antiguo Anxaneta y de elementos emblemáticos como la higuera del patio, de la cual se plantará un esqueje a la nueva escuela. El cambio de edificio se vivirá el próximo martes día 10 como una fiesta. Los alumnos se concentrarán a las nueve de la mañana al edificio antiguo y después de despedirse saldrán en pasacalle hacia el nuevo centro. Para acabarlo de completar, el domingo día 15 se hará una jornada festiva de despedida de la escuela vieja y bienvenida de la nueva, que incluirá un pasacalle, una visita en la nueva escuela, una exposición fotográfica y una comida de hermandad.