Carregant...

Editorial Capgros.com

El cartel de Las Santas

La presentación del cartel de la Fiesta Mayor de Las Santas, que tuvo lugar el pasado martes, ha vuelto a despertado una gran expectación entre los mataronins. La obra ha ido a cargo del artista Mònica Vilert, que se ha inspirado en la capa de la Giganta, voleiant durante el baile de la figura, para expresar el movimiento continuo que le inspira la fiesta. Después de la radicalidad de la propuesta de Martí Anson en 2008 (una camiseta de fútbol para “el equipo” de Santas), Vilert apuesta de nuevo por un elemento más reconocible de la fiesta, tal y como hizo Marc Prat ahora hace 2 años con la mano de en Robafaves. La capa de la giganta también quiere reivindicar esta figura, que suele perder protagonismo ante en Robafaves, y la feminidad de la fiesta. Vista la propuesta de Vilert, y más allá de consideraciones críticas sobre la obra, uno de las dudas que surgen es si realmente funciona como cartel de una fiesta mayor, y cómo se plasmará en las diversas aplicaciones que se hacen cada año, especialmente en la popular camiseta. Aquí se revela la particular idiosincrasia del cartel de Santas, el hecho que cada año se encargue a un artista local diferente porque ofrezca su particular visión de la fiesta mayor. Este solo presentar una obra personal, que se enmarca tanto en su trayectoria como en su momento artístico actual, y que no responde a los habituales parámetros que se siguen a la hora de hacer un cartel. Al fin y al cabo, se anuncia algo que todos los mataronins ya saben, así que el cartel ya no funciona como tal, si no que es algo más. Siguiendo este modelo, a menudo controvertido, Mataró ha sumado tantas visiones de la fiesta a cargo de sus artistas que muy pocas ciudades se pueden comparar. El que sigue sorpresivo, a pesar de que cada año se repite el fenómeno, es la cantidad de opiniones que genera el cartel. Nadie se está de criticarlo positivamente o negativa. Por un día, una obra de arte despierta la atención de prácticamente todo el mundo, cosa que también pasa a muy pocos lugares. Pero, tal y como dijo la misma Mònica Vilert, ojalá todos los hechos artísticos que tienen lugar en la ciudad generaran las mismas expectativas y debate. Con una vez al año, no hay bastante.