La interminable carrera de obstáculos en que se ha convertido la llegada del Corte Inglés en Mataró ha topado ahora con uno de los escollos más difíciles de superar. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña contraria al Plan de Mejora Urbana de Can Fàbregas ha hecho que el Corte Inglés perdiera definitivamente la paciencia. La operadora ha anunciado que aplaza las obras de construcción del centro comercial hasta que no se deshaga el lío legal en el entorno del solar de Can Fàbregas y del traslado de la antigua harinera. A raíz de esto se han encendido todas las alarmas. A pesar de que el gobierno municipal ha reiterado que el Corte Inglés mantiene la voluntad de venir a Mataró, el temor a que acaben lanzando la toalla hartos de esta inseguridad jurídica es más presente que nunca. Más allá de valorar si el proceso urbanístico se ha realizado correctamente o no –lo tendrá que dictaminar el Supremo en respuesta al recurso de casación que presentará el Ayuntamiento- esta nueva traba es una mala noticia para la ciudad. pierde todo el mundo, tanto los que defienden la llegada del Corte Inglés como los que lucharon para preservar el patrimonio arquitectónico de la ciudad. Mataró, además, ha jugado todas sus cartas a este proyecto como elemento de dinamización de la economía y el comercio de la ciudad, sin ninguno otro alternativa ni estrategia en perspectiva. Allá donde se tiene que construir este faro que ayude a guiar Mataró a mejorar su situación económica, tan sólo hay un enorme solar vacío. Y parece que así seguirá durante muchos meses más.