"Me regalaron el lector de libro electrónico por Reyes, pero ahora no encuentro en e-book los títulos que me interesan". Son palabras de Anna Bruguera, una mataronina que, por el que indican las cifras, es de las pocas personas de la ciudad que de momento dispone de una novedad tecnológica que tenía que encabezar las listas de ventas del pasado Nadal pero que a la hora de la verdad se quedó a medias tintas. "Mientras lo tuvimos al escaparate despachamos algunos, pero muchos menos de los que nos pensábamos", reconoce Joan Balagué, de la librería El Tranvía, a la plaza de Granollers, un establecimiento que apuesta pero que al mismo tiempo, dice Balagué, "está claro que en los próximos años no comerá mucho terreno al libro de papel. Ahora bien, de aquí a veinte años, quienes sabe".
A pesar de que no acaba de arrancar, pues, el debate sobre si el libro electrónico puede sustituir el de papel está servido. Oriol Cisteró, gerente de la librería Robafaves, cruz que "hay toda una tipología de libros, aquellos más técnicos, de estudio, o de consulta, que tranquilamente pueden ser absorbidos por el formato electrónico. La novela costará mucho más". Considera, pero, que no se puede hablar de sustitución: "No es comparable al paso del vinilo al disco compacto, por ejemplo; con el libro electrónico nos encontramos ante un invento nuevo, muy diferente al que se lo compara, con unas características que incluso pueden traer a que aparezca un nuevo tipo de escritor, que piense los textos para libro electrónico, puesto que con este invento no hace falta que las historias sean lineales como las conocemos hoy". Preguntamos a la usuaria por las ventajas del libro electrónico: "El del espacio es el primero y más evidente. Traer un libro de 500 páginas para leer al transporte público, que sólo pese 200 gramos y no ocupe casi nada, es una ganancia importante. Aún así, dudo que nunca me deje de comprar los libros que realmente me gustan en papel", dice Bruguera.
Uno de los principales problemas es la carencia de títulos disponibles en este formato. La mayoría son en inglés; en castellano hay algunas cosas, y en catalán menos, y gran parte son libros clásicos, con muy pocos éxitos de los últimos años. Las editoriales, pues, son las primeras que parecen dudar de dar el paso adelante: "Está todo muy verde – explica Cisteró - . A estas alturas no sabemos exactamente donde quedará la función de la librería en toda esta cuestión. Algunos editores nos dicen que cualquier libro lo podremos vender en la tienda en formado papel y como e-book, dando un código al cliente para que este se descargue el libro en internet. Pero otros dicen que la venta del libro electrónico sólo la podremos hacer a través de la red".
Piratas al abordaje
Y si hablamos de red y de navegación, automáticamente aparece la figura del pirata informático. En este caso, inclús, están preparados para el abordaje antes de que el barco llegue a alta mar. Anna Bruguera explica que hoy se encuentran "muchos más libros electrónicos il•legales que no legales". Todo hace prever, pues, que será este otro frente abierto en el espacio de internet, y que el mundo de los libros, que hasta ahora se había salvado fuerza de la piratería en comparación con el de la música y el del cine, también se puede ver afectado si todos los títulos son presentes a la red para ser leídos con el lector de libro electrónico.
Cómo toda novedad tecnológica, la evolución será constante y quizás este es también uno de los motivos que hace que el posible comprador se espere. El nuevo Apple iPad, que encara no se difunde en las tiendas de casa nuestra, se encuentra a medio camino entre una pda y un ordenador, y da especial relevancia en la e-book. Cisteró, pero, lo considera "un paso adelante en el mundo informático, pero un paso atrás en el del libro electrónico. Esta no es la revolución que esperábamos".
Todo apunta, pues, que este Sant Jordi no será todavía el de la popularización del libro electrónico. El tiempo, como siempre, dirá si de aquí unos años a las paradas de la plaza de Santa Anna, en vez de haber libros de papel, habrá tarjetas con códigos para descargarse las novedades editoriales.
A pesar de que no acaba de arrancar, pues, el debate sobre si el libro electrónico puede sustituir el de papel está servido. Oriol Cisteró, gerente de la librería Robafaves, cruz que "hay toda una tipología de libros, aquellos más técnicos, de estudio, o de consulta, que tranquilamente pueden ser absorbidos por el formato electrónico. La novela costará mucho más". Considera, pero, que no se puede hablar de sustitución: "No es comparable al paso del vinilo al disco compacto, por ejemplo; con el libro electrónico nos encontramos ante un invento nuevo, muy diferente al que se lo compara, con unas características que incluso pueden traer a que aparezca un nuevo tipo de escritor, que piense los textos para libro electrónico, puesto que con este invento no hace falta que las historias sean lineales como las conocemos hoy". Preguntamos a la usuaria por las ventajas del libro electrónico: "El del espacio es el primero y más evidente. Traer un libro de 500 páginas para leer al transporte público, que sólo pese 200 gramos y no ocupe casi nada, es una ganancia importante. Aún así, dudo que nunca me deje de comprar los libros que realmente me gustan en papel", dice Bruguera.
Uno de los principales problemas es la carencia de títulos disponibles en este formato. La mayoría son en inglés; en castellano hay algunas cosas, y en catalán menos, y gran parte son libros clásicos, con muy pocos éxitos de los últimos años. Las editoriales, pues, son las primeras que parecen dudar de dar el paso adelante: "Está todo muy verde – explica Cisteró - . A estas alturas no sabemos exactamente donde quedará la función de la librería en toda esta cuestión. Algunos editores nos dicen que cualquier libro lo podremos vender en la tienda en formado papel y como e-book, dando un código al cliente para que este se descargue el libro en internet. Pero otros dicen que la venta del libro electrónico sólo la podremos hacer a través de la red".
Piratas al abordaje
Y si hablamos de red y de navegación, automáticamente aparece la figura del pirata informático. En este caso, inclús, están preparados para el abordaje antes de que el barco llegue a alta mar. Anna Bruguera explica que hoy se encuentran "muchos más libros electrónicos il•legales que no legales". Todo hace prever, pues, que será este otro frente abierto en el espacio de internet, y que el mundo de los libros, que hasta ahora se había salvado fuerza de la piratería en comparación con el de la música y el del cine, también se puede ver afectado si todos los títulos son presentes a la red para ser leídos con el lector de libro electrónico.
Cómo toda novedad tecnológica, la evolución será constante y quizás este es también uno de los motivos que hace que el posible comprador se espere. El nuevo Apple iPad, que encara no se difunde en las tiendas de casa nuestra, se encuentra a medio camino entre una pda y un ordenador, y da especial relevancia en la e-book. Cisteró, pero, lo considera "un paso adelante en el mundo informático, pero un paso atrás en el del libro electrónico. Esta no es la revolución que esperábamos".
Todo apunta, pues, que este Sant Jordi no será todavía el de la popularización del libro electrónico. El tiempo, como siempre, dirá si de aquí unos años a las paradas de la plaza de Santa Anna, en vez de haber libros de papel, habrá tarjetas con códigos para descargarse las novedades editoriales.