Efectivamente somos una comarca turística, pero no todo el Maresme entiende ni trabaja el turismo del mismo modo, ni tiene el mismo grado de desarrollo turístico. De entrada habría que convenir que hay dos modelos turísticos diferenciados, el del Alto y el del Bajo Maresme, colocando una hipotética línea divisoria en la altura de los dos Arenys. Aún así, atendiendo ámbitos concretos territoriales tanto geográficos como de interés político podríamos aceptar que hay varios ejes turísticos a nuestra comarca. Hablaríamos por ejemplo del Plan de la Tordera, la Vallalta, las tres villas, la en torno a Mataró, el espacio DON Alella...
El modelo del Alto Maresme, más tradicional -60 años de desarrollo – y convencional – sol y playa y estacional – está evolucionando hacia el alargamiento de la temporada, ninguno el turismo familiar y el turismo deportivo y sobre todo hacia la calidad de la oferta hotelera y de servicios. Ahora, este modelo presenta como todos, algunos inconvenientes que se tendrán que ir corrigiendo: la excesiva estacionalitat, el impacto medioambiental en verano y el efecto sobre el mercado laboral, que provoca cotas de paro fuera de temporada que están entre 7 y 10 puntos por encima de la media de las poblaciones del Bajo Maresme.
Al Bajo Maresme está apareciendo una oferta turística complementaria más diseminada en el territorio -58 unidades de alojamiento en estos momentos entre hoteles, pensiones, campings, casas rurales, albergues...-, y una apuesta empresarial concreta en la ciudad de Mataró, que pasará a tener 9 unidades de alojamiento (5 hoteles) con la inminente inauguración del nuevo aparthotel del Puerto. Para conseguir el crecimiento turístico generalizado de la comarca, habrá que apoyar y promoción a este espacio configurado hasta hace poco como un paréntesis turístico entre el Alto Maresme y la ciudad de Barcelona, sin olvidar las necesidades concretas de la zona turística comarcal por excelencia. De hecho, de las 30 poblaciones, sólo 4 (Calella, Santa Susanna, Pineda y A pesar de) se pueden considerar como poblaciones turísticas estrictamente hablante.
En el futuro habrá que trabajar más por los intereses turísticos de las poblaciones del interior -14 de las 30 de la comarca- , más vinculados al turismo de natura, activo, rural y con necesidades concretas de apoyo técnico y económico. Estas poblaciones están diseminadas tanto al Alto como al Bajo Maresme y al ser poblaciones más pequeñas en términos demográficos son más susceptibles de recibir aquel apoyo y acompañamiento que necesitan por su mejor posicionamiento turístico.
El en torno a Mataró ( 200 de los 425.000 habitantes de la comarca) tiene que ser otro eje de trabajo, pues configurará en el futuro un polo de atracción tecnológico y de conocimiento creciente e importantísimo tanto por la ciudad de Mataró cómo por todo el territorio comarcal. El turismo de reuniones tendría que ser uno de los complementos, con el cultural y el comercio, a la oferta de playas urbanas mataronines.
Los productos estrella de nuestra comarca – el solo y playa y la gastronomía- tendrían que ir acompañados de un mayor esfuerzo promocional y comunicativo por parte de las administraciones públicas, de una mejor comercialización por parte de las empresas, por un trabajo en red básico si queremos crear nuevos productos y mejorar el posicionamiento de la marca Costa de Barcelona y sobre todo para trabajar los ámbitos que nos tienen que dar valor añadido en el futuro, como son los turismos cultural, deportivo, de natura y de negocios.
El modelo del Alto Maresme, más tradicional -60 años de desarrollo – y convencional – sol y playa y estacional – está evolucionando hacia el alargamiento de la temporada, ninguno el turismo familiar y el turismo deportivo y sobre todo hacia la calidad de la oferta hotelera y de servicios. Ahora, este modelo presenta como todos, algunos inconvenientes que se tendrán que ir corrigiendo: la excesiva estacionalitat, el impacto medioambiental en verano y el efecto sobre el mercado laboral, que provoca cotas de paro fuera de temporada que están entre 7 y 10 puntos por encima de la media de las poblaciones del Bajo Maresme.
Al Bajo Maresme está apareciendo una oferta turística complementaria más diseminada en el territorio -58 unidades de alojamiento en estos momentos entre hoteles, pensiones, campings, casas rurales, albergues...-, y una apuesta empresarial concreta en la ciudad de Mataró, que pasará a tener 9 unidades de alojamiento (5 hoteles) con la inminente inauguración del nuevo aparthotel del Puerto. Para conseguir el crecimiento turístico generalizado de la comarca, habrá que apoyar y promoción a este espacio configurado hasta hace poco como un paréntesis turístico entre el Alto Maresme y la ciudad de Barcelona, sin olvidar las necesidades concretas de la zona turística comarcal por excelencia. De hecho, de las 30 poblaciones, sólo 4 (Calella, Santa Susanna, Pineda y A pesar de) se pueden considerar como poblaciones turísticas estrictamente hablante.
En el futuro habrá que trabajar más por los intereses turísticos de las poblaciones del interior -14 de las 30 de la comarca- , más vinculados al turismo de natura, activo, rural y con necesidades concretas de apoyo técnico y económico. Estas poblaciones están diseminadas tanto al Alto como al Bajo Maresme y al ser poblaciones más pequeñas en términos demográficos son más susceptibles de recibir aquel apoyo y acompañamiento que necesitan por su mejor posicionamiento turístico.
El en torno a Mataró ( 200 de los 425.000 habitantes de la comarca) tiene que ser otro eje de trabajo, pues configurará en el futuro un polo de atracción tecnológico y de conocimiento creciente e importantísimo tanto por la ciudad de Mataró cómo por todo el territorio comarcal. El turismo de reuniones tendría que ser uno de los complementos, con el cultural y el comercio, a la oferta de playas urbanas mataronines.
Los productos estrella de nuestra comarca – el solo y playa y la gastronomía- tendrían que ir acompañados de un mayor esfuerzo promocional y comunicativo por parte de las administraciones públicas, de una mejor comercialización por parte de las empresas, por un trabajo en red básico si queremos crear nuevos productos y mejorar el posicionamiento de la marca Costa de Barcelona y sobre todo para trabajar los ámbitos que nos tienen que dar valor añadido en el futuro, como son los turismos cultural, deportivo, de natura y de negocios.