Desde que en 2008 Mataró entró a la red de Ciudades Amigas del Circo, la presencia de números circenses a la programación de Las Santas ha sido una constante. Hace dos ediciones el circo llenó muchas horas en el nuevo Parque Central, mientras que ahora hace un año los que quisieron ver lo encontraron en los alrededores de la pista de asfalto del parque Central antiguo. Este 27 de julio la espectacularidad, atrevimiento y poesía del más difícil todavía bajan a la orilla del mar afrontando en solitario llenar el siempre complicado Sarau, del que han desaparecido conciertos, cine a la fresca y otros espectáculos que se acostumbraban a ver después de los fuegos. Al mismo lugar, el día siguiente a partir de las 7 también habrá números de circo, enfocados a un público familiar.
Cuando estalle el último cohete del castillo de fuegos toda la atención quedará centrada detrás de la Escuela Universitaria del Maresme, a la playa del Varador. Allí empezará el que se considera el plato fuerte de este Sarau de Circo, un montaje titulado "Cocons" de la compañía francesa Treteaux lleva Coeur Volante. Acróbatas, trapezistes y funàmbuls se mueven a ocho metros de altura, en un barco convertido en pista de circo. Una hora más tarde, no muy lejos, en la playa del paseo del Callao, otro espectáculo de altura en todos los sentidos: una mezcla de circo y danza a cargo de la compañía Circo Delicia y en este caso con los protagonistas colgante de un globo aerostàtic. Un golpe acabe, en cuatro puntos a lo largo del paseo del Callao, Circo Pequeño, Zirkus Frak y Cronopis llevarán a cabo actuaciones de acrobacias aéreas, trapecios, espectáculos de cuerda, pértiga china y clown, hasta muy entrada la madrugada.
Entre cuerdas y trapecios
Los números de circo que los mataronins podrán ver por Las Santas son el resultado final de pasar muchas horas entre cuerdas y trapecios, de una actividad que requiere de concentración, atrevimiento, técnica y sobre todo práctica. "Supongo que muchas cosas que hacemos las podría hacer todo el mundo con horas de entrenamiento, a pesar de que hay algunas que están al alcance de muy pocos", piensa Jordi Mas, un joven mataroní de 25 años de la asociación Cronopis que hace números de báscula y equilibrios con esferas. "Pienso que uno de los aciertos del circo contemporáneo es haberse sabido nutrir otras artes escénicas, como la danza o el teatro visual, y creando una cierta dramaturgia, a pesar de que la técnica sigue siendo imprescindible", considera. El colectivo es coorganitzador, junto con el Instituto Municipal de Acción Cultural (IMAC) de este Sarau de Circo de Las Santas de este año, y un ejemplo que el circo está viviendo un buen momento y que en nuestra ciudad hay mucha gente que es aficionada. "Uno de los pilares básicos de este centro de creación que es Cronopis es la formación, y a lo largo del año hacemos cursos de cama elástica, de aéreos, de danza contemporánea, de acrobacia, o talleres de circo con discapacitados", informa Marina Montserrat, también de Cronopis.
El colectivo, nacido en la fábrica de Can Fàbregas y de Caralt, y también con miembros que habían estado a la CSOA La Fibra, tiene hoy su local de ensayo en una nave de la calle Churruca, a través de un convenio con el Ayuntamiento de Mataró. "Hay que creerse que somos Ciutat Amiga del Circo, y dar la oportunidad y las herramientas necesarias a las personas que estén trabajando en este terreno", considera Sergi Penedès, presidente del IMAC, y que recuerda que estos últimos años en el aula de Teatro también se imparten monográficos de circo. "Están yendo muy bien. Este julio hay una veintena de jóvenes de entre 13 y 17 años apuntados al monográfico 'En busca de mi movimiento', que imparte Ana Criado", explica Anna Verdaguer, ninguno de estudios del aula de Teatro. Los jóvenes del aula mostrarán el que han aprendido el día 28 de julio al paseo Marítimo. "De momento no nos planteamos hacer cursos enteros en el aula alrededor del circo, porque primero tenemos que consolidar la oferta que ya tenemos", explica Verdaguer.
Creadores de universos
A pesar de que bajo el tejado de uralita de la nave industrial que gestiona Cronopis el frío en invierno es contundente, y a los meses de canícula el calor es fuerza insoportable, no hay día en que al local, de más de 500 m2, no haya personas, algunas ya profesionales y otras amateurs, que practican todo de números que parecen imposibles. "Para ir bien, tendría que ensayar cada día. Ahora mismo lo puedo hacer cuatro días a la semana, un par de horas cada vez", dice Eli Coll, después de practicar un número de trapecio con Marina Montserrat. A continuación, Montserrat sube una larga escalera y repite una y otra vez los mismos movimientos al cuadrante aéreo con Ferriol Barbena, un dúo que se podrá ver al Sarau. Desde los colchones de seguridad los da consejos Joan Ramon: "Me formé en la Escuela Superior de Circo de Bruselas, he sido trabajando al Circo Cric y ahora formo parte de una compañía francesa. Cuando puedo, vengo a Mataró a dar un golpe de mano porque esta gente de Cronopis son unos verdaderos creadores de universos", opina Joan Ramon.
Aún así, Cronopis no está constituida como compañía de circo, sino que es la entidad que gestiona, de forma asamblearia, el local. Sus miembros forman parte de diferentes compañías, pero cada mes y medio o dos meses hacen plegados un espectáculo de cabaret con público: "Cobramos una mínima entrada para financiar la entidad, y también nos sirve para ver las reacciones de los espectadores a los números que hemos preparado, antes de traerlos a otros lugares", dice Montserrat, que apenas hace tres años que se enganchó "" en este mundo. "De momento trabajo media jornada en un lugar, y la otra media la dedico al circo". A otros, la pasión por los equilibrios y por los malabarismos los viene de más lejos. Eli Coll trae en el circo una década entera, pero ya de muy pequeña "me llamaban la atención porque probaba de hacer cosas raras a los columpios de los parques". A ella también la podremos ver estas Santas, en solitario con una actuación al trapecio fijo.
Cuando estalle el último cohete del castillo de fuegos toda la atención quedará centrada detrás de la Escuela Universitaria del Maresme, a la playa del Varador. Allí empezará el que se considera el plato fuerte de este Sarau de Circo, un montaje titulado "Cocons" de la compañía francesa Treteaux lleva Coeur Volante. Acróbatas, trapezistes y funàmbuls se mueven a ocho metros de altura, en un barco convertido en pista de circo. Una hora más tarde, no muy lejos, en la playa del paseo del Callao, otro espectáculo de altura en todos los sentidos: una mezcla de circo y danza a cargo de la compañía Circo Delicia y en este caso con los protagonistas colgante de un globo aerostàtic. Un golpe acabe, en cuatro puntos a lo largo del paseo del Callao, Circo Pequeño, Zirkus Frak y Cronopis llevarán a cabo actuaciones de acrobacias aéreas, trapecios, espectáculos de cuerda, pértiga china y clown, hasta muy entrada la madrugada.
Entre cuerdas y trapecios
Los números de circo que los mataronins podrán ver por Las Santas son el resultado final de pasar muchas horas entre cuerdas y trapecios, de una actividad que requiere de concentración, atrevimiento, técnica y sobre todo práctica. "Supongo que muchas cosas que hacemos las podría hacer todo el mundo con horas de entrenamiento, a pesar de que hay algunas que están al alcance de muy pocos", piensa Jordi Mas, un joven mataroní de 25 años de la asociación Cronopis que hace números de báscula y equilibrios con esferas. "Pienso que uno de los aciertos del circo contemporáneo es haberse sabido nutrir otras artes escénicas, como la danza o el teatro visual, y creando una cierta dramaturgia, a pesar de que la técnica sigue siendo imprescindible", considera. El colectivo es coorganitzador, junto con el Instituto Municipal de Acción Cultural (IMAC) de este Sarau de Circo de Las Santas de este año, y un ejemplo que el circo está viviendo un buen momento y que en nuestra ciudad hay mucha gente que es aficionada. "Uno de los pilares básicos de este centro de creación que es Cronopis es la formación, y a lo largo del año hacemos cursos de cama elástica, de aéreos, de danza contemporánea, de acrobacia, o talleres de circo con discapacitados", informa Marina Montserrat, también de Cronopis.
El colectivo, nacido en la fábrica de Can Fàbregas y de Caralt, y también con miembros que habían estado a la CSOA La Fibra, tiene hoy su local de ensayo en una nave de la calle Churruca, a través de un convenio con el Ayuntamiento de Mataró. "Hay que creerse que somos Ciutat Amiga del Circo, y dar la oportunidad y las herramientas necesarias a las personas que estén trabajando en este terreno", considera Sergi Penedès, presidente del IMAC, y que recuerda que estos últimos años en el aula de Teatro también se imparten monográficos de circo. "Están yendo muy bien. Este julio hay una veintena de jóvenes de entre 13 y 17 años apuntados al monográfico 'En busca de mi movimiento', que imparte Ana Criado", explica Anna Verdaguer, ninguno de estudios del aula de Teatro. Los jóvenes del aula mostrarán el que han aprendido el día 28 de julio al paseo Marítimo. "De momento no nos planteamos hacer cursos enteros en el aula alrededor del circo, porque primero tenemos que consolidar la oferta que ya tenemos", explica Verdaguer.
Creadores de universos
A pesar de que bajo el tejado de uralita de la nave industrial que gestiona Cronopis el frío en invierno es contundente, y a los meses de canícula el calor es fuerza insoportable, no hay día en que al local, de más de 500 m2, no haya personas, algunas ya profesionales y otras amateurs, que practican todo de números que parecen imposibles. "Para ir bien, tendría que ensayar cada día. Ahora mismo lo puedo hacer cuatro días a la semana, un par de horas cada vez", dice Eli Coll, después de practicar un número de trapecio con Marina Montserrat. A continuación, Montserrat sube una larga escalera y repite una y otra vez los mismos movimientos al cuadrante aéreo con Ferriol Barbena, un dúo que se podrá ver al Sarau. Desde los colchones de seguridad los da consejos Joan Ramon: "Me formé en la Escuela Superior de Circo de Bruselas, he sido trabajando al Circo Cric y ahora formo parte de una compañía francesa. Cuando puedo, vengo a Mataró a dar un golpe de mano porque esta gente de Cronopis son unos verdaderos creadores de universos", opina Joan Ramon.
Aún así, Cronopis no está constituida como compañía de circo, sino que es la entidad que gestiona, de forma asamblearia, el local. Sus miembros forman parte de diferentes compañías, pero cada mes y medio o dos meses hacen plegados un espectáculo de cabaret con público: "Cobramos una mínima entrada para financiar la entidad, y también nos sirve para ver las reacciones de los espectadores a los números que hemos preparado, antes de traerlos a otros lugares", dice Montserrat, que apenas hace tres años que se enganchó "" en este mundo. "De momento trabajo media jornada en un lugar, y la otra media la dedico al circo". A otros, la pasión por los equilibrios y por los malabarismos los viene de más lejos. Eli Coll trae en el circo una década entera, pero ya de muy pequeña "me llamaban la atención porque probaba de hacer cosas raras a los columpios de los parques". A ella también la podremos ver estas Santas, en solitario con una actuación al trapecio fijo.