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Bassat, Poch y los artistas de la exposición

Judith Vives

El Museo Bassat pone luz a los artistas catalanes figurativos de los 70

La Nave Gaudí se vuelve a vestir de gala en la inaguració de la nueva exposición de la colección de Lluís Bassat

Historia viva del arte. La nueva exposición de la col•lecció Bassat que se inauguró jueves, día 31, permite descubrir la trayectoria de un grupos de artistas catalanes contemporáneos de la década de los 70, que tienen en común el hecho de haber nacido después de la guerra y de haberse revelado contra la abstracción que hasta su momento había dominado en el arte. El resultado es una obra de cariz principalmente figurativo, que recoge influencias de grandes maestros del arte como Velázquez o Magritte y movimientos como el pop arte, y que demuestra, tal y como apuntó el col•leccionista Lluís Bassat, que "el arte contemporáneo de fuera no es mejor que el de Cataluña, únicamente más conocido". Dar a conocer todo este patrimonio artístico contemporáneo es uno de los objetivos del Museo Bassat, que acaba de abrir las puertas a su tercera exposición, con la que se cierra el repaso al arte catalán de los años setenta, el que tiene más presencia en la col•lecció del publicista. En esta inauguración, además, tuvieron un protagonismo especial los propios artistas, presentes al acto, y encargados de explicar en primera persona los detalles y anécdotas vinculados a las obras que se exponen a la Nave Gaudí. La exposición consta de 49 obras de siete artistas catalanes: Francesc Artigau, Gerard Sala, Xavier Serra de Rivera, Miquel Villano y también de los valencianos Rafael Armengol, Manuel Boix y Artur Heras.

La inauguración, que cómo es habitual llenó la Nave Gaudí de artistas, críticos de arte, col•leccionistes y público aficionado en general, estuvo presidida por el alcalde de Mataró, Joan Mora, y por Lluís Bassat, acompañado por la directora del museo Núria Poch, que fue quién contextualizó la exposición. Bassat por su parte destacó que esta muestra que se podrá visitar hasta mayo del 2013, será "la que más gustará de todas las que hemos hecho hasta ahora" porque son pinturas que "representan una época para toda una generación". Según confesó en la preinauguració por la prensa, esta es  la exposición en la que tiene puestas más esperanzas y es también la que más le gusta por su valor simbólico. Bassat señaló que "es la primera exposición donde el arte no es exclusivamente abstracto" y explicó que "son obras figurativas de un grupo de artistas que se revelaron contra el mundo abstracto y que pensaron que se podía hacer pintura moderna sin ser abstracto. La gente las entenderá más fácilmente".

Esta generación de artistas se conocieron a la Galería Adrià donde, curiosamente, Lluís Bassat hizo sus primeras pasas como col•leccionista. Nacidos a la posguerra, estos pintores recuperaron la figuración y se vieron influenciados por corrientes como el pop-arte, a diferencia de los artistas de la muestra anterior, nacidos antes de la guerra, y que eran más partícipes del informalismo abstracto. La muestra es sólo una cata de las obras que hay de cada artista de la Col•lecció Bassat: los juegos de equívocos de Serra de Rovira, la denuncia del desastre ecológico de Artigau, la definición de la ingravidesa de Sala, la tercera dimensión de Boix, el blanco y negro de Heras, la serie de los cerdos de Armengol o el surrealismo de Villano sueño algunos de los conceptos destacados de la exposición.