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El paraje de la Bocanegra

La Garrotxa, que acoge el mejor exponente de paisaje volcánico de la península Ibérica, además de una cuadragésima de conos volcánicos y más de 20 coladas de lavas basàltiques, tiene otros muchos atractivos. Su orografía, el suelo y el clima proporcionan una variada vegetación, a menudo exuberante, con alzinars, robledas y hayedos de excepcional valor paisajístico. La recomendación que os hacemos en esta ocasión es una ruta por los humedales de la Bocanegra y el Parque Nuevo, un jardín botánico de flora autóctona que representa una buena muestra de la vegetación que ocupaba los valles de Olot antiguamente. El recorrido nos traerá hacia los parajes de la Bocanegra donde iremos descubriendo los encantos de uno de los lugares más emblemáticos de los alrededores de Olot.

Llegaremos a Olot por la carretera N-260 y cogeremos la primera entrada, la de Olot Este (las Eliges). Al llegar a la primera rotonda, giraremos a mano izquierda y seguiremos el vial Sant Jordi, que franquea la ciudad, hasta encontrar la indicación a mano izquierda que nos dirige a la Bocanegra.

Es sin duda uno de los lugares más plácidos para el visitante. Declarado reserva natural de interés geobotànic y poseedor de un encanto transmitido en multitud de poemas y pinturas, los humedales (o aiguamoixos) de la Diez y de la Bocanegra acontecen un paisaje de vegetación húmeda, con roble pènol, chopos y salzes rodeados de fuentes, que convive con una gran variedad de especies animales.

Un hecho curioso es que en este paraje habita un centro de reproducción de cangrejo de río autóctono, una especie, por otro lado, en peligro de extinción.

Se trata de una área de protección especial del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa siempre empapada de agua, reducto de un antiguo lago que llenaba la llanura olotina y que se secó por el efluvio de la lava del volcán Croscat. La poca profundidad del nivel de las aguas freáticas hace que cuando llueve mucho el agua embalse los cultivos.

Este paraje de espectacular belleza incluye dos de las fuentes más conocidas de Olot: la fuente de la Diez y la fuente de la Bocanegra. Desde el siglo XIX los aiguamoixos de la Bocanegra han sido el modelo indiscutible de los pintores de la Escuela de Paisajismo de Olot.

El escritor Joan Santamaria dejó constancia a Visiones de Cataluña que "Yo no he visto en el mundo una maravilla de tierra tan perfecta, una beutat tan sacia de reposo, un dibujo tan claro y tan simple, un pan de verdes tan puros y varios y un reír tan celest como el que hace esta ratxosa, graonada de campos y sembradures, de pollancredes y coromines, de regueras y caminos que se enjuagaban allá de allá de la raya gris del Fluvià".

Armonía, belleza, frescura, calma, pureza... Estos son algunos de los muchos adjetivos que podrían describir este espléndido rincón natural, tan pleno de virtudes por aquel que la recorre y, embobado, resto a contemplarla.

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