Ir a Barcelona se ha convertido en un dolor de cabeza para muchos maresmencs. Ya sea a diario para desplazarse al lugar de trabajo o de estudios, o durante el fin de semana por motivos de ocio. Casi a cualquier hora del día (o de la noche). La red de Cercanías sigue mostrando una carencia de fiabilidad absoluta, tal y cómo se ha puesto de manifiesto en estos dos últimos meses con un cúmulo de incidencias que ha indignado sus usuarios. Mientras tanto los autobuses con conexión directa en la capital de los cuales puede disfrutar Mataró –pero no el resto de municipios maresmencs- cada vez van más llenos, a pesar de que las frecuencias han aumentado notablemente en las horas puntas. La conexión de la comarca con Barcelona en transporte público es, hoy, un problema.
Cuando Cercanías va bien, es un servicio que se presta en buenas condiciones. Convoyes en general modernos y confortables, una frecuencia de paso bastante elevada, y la seguridad de llegar al lugar de destino en punto, sin depender de los avatares del tránsito. Pero últimamente la normalidad es casi una excepción, tal y cómo han podido experimentar los usuarios cada semana desde el mes de marzo pasado. Dos meses "horribilis" que arrancaron con los temporales de lluvia y viento del pasado 1 de marzo, que provocaron el de siempre: las oleadas llegaron hasta la vía en el tramo entre Cabrera y Mataró, y generaron atrasos de 45 minutos.
Adif y el Ayuntamiento trabajan al construir un rompeolas que evite los efectos de los temporales, pero los incidentes venden por todas bandas
Los problemas en este tramo vinculados al mal tiempo se venden repitiendo desde tiempos inmemoriales, pero nunca se ha encontrado ninguna solución. A raíz de este último temporal el alcalde, David Boto, explicó que había mantenido una reunión con Adif, gestor de las infraestructuras ferroviarias, para buscar soluciones. La firma, apuntó el alcalde, ha presentado un proyecto para reforzar el rompeolas y proteger así las vías tan cercanas al mar. El Ayuntamiento también tiene a decir. "Nuestra idea es que además de la protección se construya un rompeolas de unos seis metros de anchura, así ganaríamos un paseo litoral para conectar también a pie los municipios", expresó. Pero proyectos como este no son el primer golpe que se anuncian, y los usuarios de Cercanías siguen, y seguramente lo harán a la fuerza más tiempos, con el ay al corazón cada vez que la lluvia y el viento hagan acto de presencia a la comarca. "Siempre que llueve hay retrasos tanto para ir como para volver de Barcelona, no es comprensible", dice la Diana, usuaria de Cercanías. "Al trabajo ya saben que los días que hace daño tiempos llegaré tarde y esto también significa que plegaré más tarde. Al final un día de lluvia se puede traducir al llegar más tarde a casa al atardecer" añade.
Miriam estudia en Barcelona, asegura que a primera hora no hay muchos retrasos en la línea pero que esta aumentan a lo largo del día. "El problema de Renfe es que hay muchas incidencias cada dos por tres. Cuando hubo el temporal, el tren no podía llegar a Mataró y cada año nos encontramos con la misma situación. No pueden hacer un muro de contención?", se queja. Más allá de esto, hay otras protestas."El peor es cuando los trenes ya llegan medio plenos y en Mataró se acaban de llenar. A veces cuando llega a la zona de Badalona ya no sabes como ponerte para caber", comentan otros usuarios. En Carles y dos amigos hacen un grado superior en Barcelona. "El peor no es el gentío que hay en el tren en algunos momentos, es que el tren llegue tarde. Muchos tenemos que hacer transbordo y si el tren no llega a la hora acabas perdiendo el enlace. Cuando estoy de época de exámenes cojo el tren una hora antes del habitual para evitar sufrir por si llegaré o no a tiempo".
Los atropellos
Durante este inicio de primavera también se ha producido un gran número de atropellos a la línea R1 de Cercanías. Ninguno de ellos ha estado por accidente, sino por suicidios. Tirarse a las vías es uno de los métodos más habituales entre los suicidas. Según un reportaje de Tv3 cada semana en Cataluña de media una persona muere de forma voluntaria atropellada por un convoy. Se calcula que por este motivo el 80% de los maquinistas de cercanías atropellarán alguien mientras ejercen su trabajo como mínimo un golpe durante su vida profesional. En estas últimas semanas se han producido numerosos casos, como los dos suicidios, en una misma mañana, a estaciones barcelonesas (Hoyo Aragón por la mañana, Sants a mediodía). En Mataró también se ha vivido un caso recientemente, en la altura de Santo Simó, cuando un hombre fue atropellado por un convoy. [banner-AMP_5]