Siempre que recuerdo la sede del PSUC en Mataró de la calle Isern, me vienen a la memoria la presencia de en Rossend Dalmau y de Teresa Cortina, un póster de La Pasionaria y otro de un Enrico Berlinguer (1922-1984) con los cabellos al viento.
Descendente de una familia noble de la isla de Cerdeña, de muy probable origen catalán (Berlinguer: Berenguer), era un hombre enjuto y ascètic, totalmente entregado a la vida política, que logró una gran popularidad. Un golpe sorprendió todo el mundo poniendo en Santa Maria Goretti (una joven labradora asesinada para resistirse a un intento de violación) como ejemplo moral para la juventud italiana.
Enrico Berlinguer murió un 11 de junio, día de Feria para nosotros. A los 21 años ingresó en el Partido Comunista Italiano, y su carrera política estuvo tutelada por el propio Palmiro Togliatti. Llegó a ser el máximo responsable de la Federación Juvenil Comunista Italiana (FGCI), hasta que se convirtió, ya de joven, en el número dos del Partido hasta llegar a ser el secretario general el 1972. El PCI logró las máximas cotas de voto de un Partido Comunista en un país occidental dentro de un mundo bipolar, donde los comunistas tenían coto entrar al gobierno, como nos lo recuerda Vázquez Montalbán en una de sus novelas de Pepe Carvalho, cuando ERC apoyó a en Jordi Pujol en vez de a Josep Raventós para presidir una Generalitat socialista-comunista. La embajada nordamericana intervino.
Por muchos comunistas catalanes, los del PSUC, el PCI era un mito. Nosotros, los de Mataró, estábamos agermanats con la Agrupación de Vercelli, una ciudad de más de 40.000 habitantes, entre Milà y Turín.
El 9 junio de 1984, Enrico Berlinguer hacía un mitin a Padova y de golpe empezó a tener alguna dificultad al habla, hasta que se vio obligado a abandonar repentinamente la tribuna. Había tenido una hemorragia cerebral, y moriría dos días después.
En Josep Isla evoca así aquellos días: "El once de junio de 1984 unos cuántos militantes del PSUC de Mataró salíamos de una reunión de la Coordinadora por la Paz y el Desarme. La Coordinadora era una plataforma pacifista que englobaba gente de ideologías y filosofías diversas. Habíamos comentado el hecho de la muerte de Berlinguer. Él había sido un defensor del desarme nuclear. El que entonces era ninguno de lista y regidor del PSUC, Antoni Segarra, nos comenta la posibilidad de ir a Roma al funeral del Enrico. Ponemos hilo a la aguja y el doce a media tarde con el Peugeot de en Toni cuatro compañeros ensartamos la carretera y hacia Roma. Hacíamos turnos para conducir. De madrugada pasamos la frontera de Francia con Italia y un golpe llegamos a Génova empezamos a ver autobuses con banderas rojas, las del PCI. Coches particulares con banderas rojas. Motos con banderas rojas… cuando pasamos cerca de Pisa la autopista parece una manifestación. Y así hasta Roma. Cuando llegamos aparquemos donde podemos al lado de Boteghe Oscure, donde hay la sede central del PCI. El gentío es inmenso. La orden a cargo de los militantes comunistas, la policía actúa de auxiliar. El féretro saldrá de Boteghe Oscure y llegará a la Plaza de San Giovani Laterano, la plaza de las celebraciones de la izquierda italiana. El día siguiente la prensa decía: "Más de un millón de personas asistieron a su funeral, en una de las manifestaciones del comunismo italiano más grandes de la historia". Y allá en medio cuatro comunistas mataronins que no nos queríamos perder una jornada como aquella. Sabíamos que hablaría Nilde Iotti, la viuda de Palmiro Togliati, pero ni la sentimos. Sandro Pertini, que sería presidente de la República Italiana, tuvo un detalle en la despedida al dar un beso al féretro. La emoción se palpaba mientras sonaba "Bandiera Rosa", el himno del PCI, y miles de voces la cantábamos".
Incluso el líder neofascista Giorgio Almirante acudió discretamente en la sede del PCI para rendirle honores. La diferencia entre España e Italia es a menudo abismal: el pasado mes de abril muere Neus Català, del PSUC, una de las últimas supervivientes de los campos nazis, y hay silencios clamorosos en ambos costados de las trincheras patrióticas.
Once años antes, el 1973, estando hospitalizado después de un accidente de coche durante una visita en Bulgaria, Berlinguer escribió tres famosos artículos (Reflexiones sobre Italia, Después de los hechos de Chile y Después del golpe) para el semanario cultural del Partido, Rinascita. En estos escritos presentó la estrategia del Compromiso histórico italiano, una propuesta de coalición entre el PCI y los democratacristians que diera en Italia un periodo de estabilidad política, en un contexto de grave crisis económica y en el cual elementos del aparato del Estado y grupos fascistas planeaban una táctica para hacer un golpe de estado y utilizaban el terrorismo.[banner-AMP_5]
El 1980, el PCI condenó públicamente la invasión soviética de la Afganistán. El 1981, en una entrevista a la prensa, Berlinguer afirmó que, en su opinión personal, la fuerza progresista de la Revolución de Octubre estaba agotada.
En Italia se produce una cierta reavivación de la figura de Berlinguer que todavía nos puede ser útil ante las agresiones del capitalismo depredador que ahora denominamos "crisis": "Cuando se piden sacrificios a la gente que trabaja es necesario un gran consenso, mucha credibilidad política y la capacidad de golpear los privilegios más intolerables. Sin estos elementos, la operación es imposible". Estas palabras, que él identificaba cómo de reformismo fuerte, nos pueden ser muy útiles, tanto ante el esperpent catalán como el intento de restauración que se está produciendo después de verificar que el combustible del 15-M parece que se ha evaporado.[banner-AMP_6]