El estanco número 4 situado al Torrent de las Picas de Mataró ha sido objeto de un intento de robo con la técnica de la alunizaje. Los dos hombres que han entrado utilizando un vehículo rojo han salido con las manos vacías al no poder mover la caja registradora de seguridad. Es el quinto intento similar en dos años en este mismo establecimiento, en un momento de repunte de delitos.
El suceso ha tenido lugar a las 2:30h
Ha sido la pasada noche de miércoles a jueves, a las 2:30h de la madrugada cuando ha saltado la alarma del estanco número 4 de Mataró. Un coche rojo se había empotrado contra su puerta de vidrio, en la conocida como técnica de allunatge para entrar a robar a un comercio. Según el propietario del establecimiento, que ha tenido acceso a la grabación de las cámaras de seguridad, eran "dos chicos con mascarilla y gorra" los que después de irrumpir después del choque provocado por el vehículo han intentado mover la caja registradora sin éxito.
El vidrio roto del establecimiento, visto desde dentro
Los dos ladrones, actuando con rapidez, han intentado mover la caja sin éxito. "Nosotros siempre la dejamos vacía pero además es una caja de seguridad imposible de mover, fijada en tierra con tacos químicos", explica Xavier Adell. Los dos ladrones han huido al ver que no podían conseguir el botín, dejando como saldo de su acción la rotura del vidrio de seguridad -de unos 200 kilos de peso- y el de una estanteria. Los propietarios del estanco presentarán denuncia en las próximas horas.
Quinta tentativa en dos años
La proximidad con la autopista hace 'goloso' este estanco
Lastimosamente, a los responsables de este estanco situado en una arteria de la ciudad cómo es Ronda de los Països Catalans no los ha venido de nuevo la tentativa de robo. Es la quinta en menos de dos años, dato que ilustra el repunte de delitos que ha habido los últimos meses en Mataró. La proximidad con la autopista, que deja a los ladrones una triple salida franca, podría ser uno de los elementos que convierten en singularmente goloso un estanco que aún con las pilonas de seguridad o el hecho de dejar siempre la caja vacía no se ha ahorrado un nuevo susto a media noche.