Es muy visible la prótesis que lleva Neil Harbisson a la cabeza y que le permite percibir los colores, a través de notas musicales. Nacido en Londres pero residente desde muy pequeño en Mataró, Harbisson ha hecho de su acromatòpsia, que le muestra el mundo en blanco y negro, una virtud, y hace girar su vida alrededor del color.
Un mal pase para usted no poder ver los colores?
Cómo que nunca los he visto, no lo he podido echar de menos. Por mí no es ningún defecto, sino una condición. Es cierto que durante un tiempo odié todo aquello en lo referente al color, porque el mundo te va recordando constantemente su existencia. Miras alrededor y seguro que hay algún lugar que dice algo. Voz? (tomando la carta del bar) Té negro, té verde...
Pero ahora vive del color: peine, es creador...
Fue muy importante mi formación musical. Vi que se podía establecer una relación entre los siete colores principales y las siete notas. Después de una clase de cibernética fui a hablar con el chico que nos lo había dado, Adam Montandon, y empezamos a idear "el eyeborg", este sensor que traigo incorporado día y noche y que transforma los colores que percibe en sueños que yo interpreto.
Es el único que lo trae de todo el mundo?
Sí, lo hemos sido desarrollando, y ahora ya hace un año que no hacemos ninguna modificación, o sea que podemos empezar a considerarlo definitivo, y a ver si le puede servir a otros personas, incluso ciegas. Ya hemos hecho algunas pruebas con buenos resultados. El paso a hacer es que el color deje de ser un concepto exclusivamente visual.
No le provoca dolor de cabeza tanta percepción de sueños?
Así como vosotros os habéis acostumbrado a vivir rodeados de colores, yo me he acostumbrado a vivir rodeado de sueños. Pienso que incluso es menos agresivo. Para vosotros el color es una constante en todo momento, y sólo podéis huir cerrando los ojos.
De problemas, por la visibilidad y singularidad de la prótesis, se ha encontrado un montón.
Cada día. Desde gente en la playa que se piensa que los estoy grabando, hasta que los de la puerta del Casino de Mónaco no me dejaran entrar y me dijeran que me fuera a mi planeta. Estoy acostumbrado a que me miren por la calle y se rían, pero lo traigo bien. Ya sé que si paso por ante una escuela o instituto a la hora que salen los alumnos, allí se producirá algo, o si voy de fiesta por la noche y la gente va un poco pasada... Dónde he tenido especialmente problemas es a los aeropuertos, y por eso fue tan importante que me aceptaran al pasaporte una foto con el ojo, y que el gobierno británico me reconociera como "cyborg", combinación de persona y ordenador, que a la práctica quiere decir que el aparato es una extensión de mi cuerpo. Es la unión entre cibernética y organismo: una unión física, porque tengo un tercer ojo a la cabeza, pero también interior, con el cerebro. Es la creación de un sexto sentido.
Y hace el que podríamos decir un proceso a la inversa, pintando a sus cuadros los colores que siendo que tiene una sinfonía, un himno, o incluso las caras de personas conocidas.
Tengo unos cuarenta cuadros expuestos en el Espacio Tramart de Barcelona, hasta el 30 de julio. Espero que la muestra, titulada "Sinfonía de colores", se pueda ver pronto en Mataró. El que seguro que presentaré en diciembre será un espectáculo sonocromàtic que estamos preparando con la coreógrafa Moon Ribas.
Un mal pase para usted no poder ver los colores?
Cómo que nunca los he visto, no lo he podido echar de menos. Por mí no es ningún defecto, sino una condición. Es cierto que durante un tiempo odié todo aquello en lo referente al color, porque el mundo te va recordando constantemente su existencia. Miras alrededor y seguro que hay algún lugar que dice algo. Voz? (tomando la carta del bar) Té negro, té verde...
Pero ahora vive del color: peine, es creador...
Fue muy importante mi formación musical. Vi que se podía establecer una relación entre los siete colores principales y las siete notas. Después de una clase de cibernética fui a hablar con el chico que nos lo había dado, Adam Montandon, y empezamos a idear "el eyeborg", este sensor que traigo incorporado día y noche y que transforma los colores que percibe en sueños que yo interpreto.
Es el único que lo trae de todo el mundo?
Sí, lo hemos sido desarrollando, y ahora ya hace un año que no hacemos ninguna modificación, o sea que podemos empezar a considerarlo definitivo, y a ver si le puede servir a otros personas, incluso ciegas. Ya hemos hecho algunas pruebas con buenos resultados. El paso a hacer es que el color deje de ser un concepto exclusivamente visual.
No le provoca dolor de cabeza tanta percepción de sueños?
Así como vosotros os habéis acostumbrado a vivir rodeados de colores, yo me he acostumbrado a vivir rodeado de sueños. Pienso que incluso es menos agresivo. Para vosotros el color es una constante en todo momento, y sólo podéis huir cerrando los ojos.
De problemas, por la visibilidad y singularidad de la prótesis, se ha encontrado un montón.
Cada día. Desde gente en la playa que se piensa que los estoy grabando, hasta que los de la puerta del Casino de Mónaco no me dejaran entrar y me dijeran que me fuera a mi planeta. Estoy acostumbrado a que me miren por la calle y se rían, pero lo traigo bien. Ya sé que si paso por ante una escuela o instituto a la hora que salen los alumnos, allí se producirá algo, o si voy de fiesta por la noche y la gente va un poco pasada... Dónde he tenido especialmente problemas es a los aeropuertos, y por eso fue tan importante que me aceptaran al pasaporte una foto con el ojo, y que el gobierno británico me reconociera como "cyborg", combinación de persona y ordenador, que a la práctica quiere decir que el aparato es una extensión de mi cuerpo. Es la unión entre cibernética y organismo: una unión física, porque tengo un tercer ojo a la cabeza, pero también interior, con el cerebro. Es la creación de un sexto sentido.
Y hace el que podríamos decir un proceso a la inversa, pintando a sus cuadros los colores que siendo que tiene una sinfonía, un himno, o incluso las caras de personas conocidas.
Tengo unos cuarenta cuadros expuestos en el Espacio Tramart de Barcelona, hasta el 30 de julio. Espero que la muestra, titulada "Sinfonía de colores", se pueda ver pronto en Mataró. El que seguro que presentaré en diciembre será un espectáculo sonocromàtic que estamos preparando con la coreógrafa Moon Ribas.