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V. B.

'Existe un cisma absoluto en la ciudad entre la oficialidad y los artistas'

Pere Pascual, que cumple este mes de mayo 35 años como crítico de arte de la ciudad, protagoniza la sección El Foco

Con que te quedas de estos 35 años como crítico de arte local?
Con todos los amigos que he hecho, y con el arte, que me apasiona. Si no, no me podría haber dedicado 35 años por afición y sin cobrar. Pero me doy por muy pagado. He acumulado una serie de obras que me satisfacen mucho, porque cada una de ellas tiene su historia, son mías y no me las saca nadie.

Esta implicación personal con los artistas, como te influye a la hora de hacer las críticas?
Las críticas más duras las he hecho a mis amigos y las incordiadas más gordas también las he cogido con ellos. Tengo que ser más cuidadoso y estricto con aquellos a quien me aprecio, porque conozco sus motivaciones. Si entiendo que no va por el buen camino, se lo tengo que decir. He tenido rifirrafes prácticamente con todos los artistas de Mataró, pero al final siempre hemos visto que navegábamos en el mismo barco, defendiendo el arte de la ciudad y sus artistas.

En esta tarea, pero, seguramente te has sentido solo.
En muchas ocasiones. Los artistas de esta ciudad han sido timorats, se tendrían que haber rebelado contra el trato que han recibido en los últimos tiempos, pero no lo han hecho. Claro que es muy fácil decirlo desde fuera, pero han callado durante demasiados años, desde que el Museo de Mataró borró toda traza de arte de sus paredes. No puedo estarme de decir que el Museo ha sido lo gran problema de la cultura plástico de Mataró, ha puesto palos a las ruedas y se ha olvidado de los artistas. Todo el mundo lo ha visto, esto, pero nadie se ha atrevido a cortarlo.

Por qué?
Porque en esta ciudad nadie se pelea por la cultura. Tal y como me dijo un político, "por cultura no se romperá nunca ningún pacto".

Por qué Mataró ha quedado prácticamente huérfano de galerías de arte?
En los tiempos de la Transición se vivió una gran efervescencia cultural. El Museo y la sala de Caja Laietana hacían exposiciones cada 15 días. Comptavem con la Tertre, que fue toda una eclosión porque pasaban los mejores artistas. Alcoy, Rovira Requesón y Jaume Arenas revolucionaron la escena artística local. había galerías en todas partes, y se sumaban Caixa Catalunya, el Banco de Bilbao, el Fomento, la UEC, el Casal o el Club Náutico con sus propias salas. Pasada esta eclosión, pero, hubo un cierto desencanto. Con la aparición de Sala Minerva, a finales de los 80, parecía que renacería toda esta dinámica, pero coincidió con el boom especulativo en el campo del arte, que lo va dinamitar todo.

Prácticamente todo estaba basado en entidades y en el sector privado.
El Ayuntamiento no contó con una sala de exposiciones hasta tener Can Palacete, ahora hace 10 años. El poder político tendría que hacer todo aquello donde no llegan el resto de entidades.

Siempre has sido muy crítico con la gestión municipal en el campo de las artes plásticas.
La ciudad tendría que disponer de espacios municipal donde cupiera de todo, con una visión ecléctica. Pero se está produciendo una discriminación absoluta de la plástica, frente a un cierto arte contemporáneo. Se ha escogido este camino por el gusto personal de quien lo elige, cosa que pienso que es un grave error. La clave estaba en Can Arenas, pero ha sido un desastre.

Qué papel tendría que haber jugado este centro?
Ser la casa de los artistas de la ciudad. Así lo dejó escrito Jordi Arenas. Pero durante esta temporada sólo se habrá expuesto un solo cuadro de un artista mataroní vive (Perecoll). Tenemos que pensar qué queremos hacer, y dejar atrás estas incongruencias. Es increíble que se denomine Rosa Codina Esteve como vocal del consorcio del Museo Bassat en representación del Ayuntamiento por su gran categoría internacional, cuando hace más de 20 años que expuso por último golpe en una sala municipal. Reconocen su talento, le pedimos que sea vocal, pero nunca han hecho nada por ella.

Qué pasos hay que seguir para dejar atrás estas incongruencias?
El problema actual es que existe un cisma absoluto entre la oficialidad y los artistas de la ciudad. Pero esto se puede arreglar, porque los artistas tienen ganas de hacerlo. Necesitamos un gran pacto que replantee el plan de usos de todos los equipamientos expositivos. Que haremos con el Espacio F, como reformularemos Can Arenas... Una apuesta por la coherencia y por la participación de los propios creadores. En Mataró disponemos de la base necesaria para llegar lejos. Tenemos muchos artistas de todos los estilos y tendencias, con un nivel general más que aceptable; tenemos público que va a las exposiciones y contamos con medios de comunicación que garantizan la difusión porque siempre han apostado por el arte. Con todo esto y con la llegada del Museo Bassat sí que podremos poner Mataró en el mapa artístico del país.

Pensar en el futuro recuperando también el pasado, porque hay nombres como Rovira Requesón o Alcoy que no son presentes casi en ninguna parte.
Me entristece mucho que cada año vengan nanos que están haciendo trabajos de investigación a preguntarme directamente a mí sobre estos artistas, porque no encuentran información en ninguna parte más. Alcoy hace 20 años que murió y muchos ya ni recuerdan quién era. Con Rafael Extraño pasa el mismo. Y con Pepe Novellas, si no hacemos pronto la exposición antológica, podemos ir por el mismo camino. Hay que recuperar todos estos nombres.