TEMA: Decapitación de Sant Cugat
DATACIÓN: 1803-1804
ILUSTRACIÓN: Ayuntamiento del Masnou.
DESCRIPCIÓN: Cuadro de formato mediano, que se conserva al Salón de Plenos del Ayuntamiento del Masnou, representando la temática de la decapitación de Sant Cugat.
El cuadro sigue una composición claramente barroca, con una escena central donde se desarrolla la acción del martirio, más arriba, en el lado derecho se ve la representación del tribunal o autoridad romana presenciando la ejecución y, en el ángulo inferior derecho, hay las Santas Juliana y Semproniana. En el centro superior del cuadro se cogen un conjunto de angels en una nube, trayendo una corona y la palma del martirio, de tamany ligeramente desproporcionados respeto el resto del conjunto, por el hecho que, al corresponder el diseño a un esbozo por un cuadro monumental y que los mismos irían situados en la zona alta, estos por un efecto óptico quedarían disminuits.
La obra parece que quiera buscar un efecto de no herir al espectador con la visión del acto del martirio, por eso, el artista plasmó la escena justamente en los instantes antes de la acción, huyendo otras representaciones típicas (y más sanguinarias) de este martirio que se habían plasmado en sobretodo en el gótico y renacimiento (ver, a guisa de ejemplo, la mesa de Aine Bru de 1505). Posiblemente habría pesado el hecho que uno de los cuadros entregados con anterioridad, la representación del martirio y decapitación de las Santas, donde se ve el verdugo cogiendo por los cabellos la cabeza de la primera figura ejecutada, creemos que debería de haber escandalizado y causado escalofrío, por el horror de la escena, a los responsables de las obras del altar mayor y, el artista, se vio obligado a tratar la temática con un cierto respeto.
COMENTARIO: La historia nos trae al momento en que se ejecutaron, para el altar de Santa Maria de Mataró, los cuatro cuadros con escenas de la vida y martirio de las Santas patronas Juliana y Semproniana, por parte del insigne pintor Pere Pau Montaña y Plazoleta, pero una grave enfermedad interrumpió su trabajo, restante pendiente de realizar la última entrega. Así los historiadores Marià Ribas y M. Dulce Ribas, nos explican: Tratamos en estas pinturas de la obra póstuma de Montaña por el hecho que, al iniciar el último cuadro, cuando ya había entregado tres, fue sorprendido por una grave enfermedad que lo trajo a la muerte el día 3 de noviembre de 1803. Entonces continuó el encargo Joan Giralt, yerno del artista difunto, y ejercía el cargo de teniente de la Escuela de Dibujo. Giralt ya había colaborado en varias obras de Montaña y precisamente recordamos, por el que ahora nos interesa, que en una exposición de retratos y dibujos antiguos y modernos, celebrada en Barcelona el 1910 figuraba una acuarela de Giralt como estudio del tema que tuvo que interpretar en esta última pintura.
El 1804 quedaron los cuatro cuadros colocados a su lugar definitivo. Este último cuadro fue desafortunado en todos los aspectos, no sólo para coincidir con la muerte del artista que tenía que pintarlo, sino también porque fue el único que no se salvó de la destrucción del 1936. Modernamente ha pintado otro, inspirado en aquel, el artista mataroní Jordi Arenas, para completar el conjunto en ser repuesto de nuevo a su lugar del presbiterio (Ribas Ribas 1979, p. 34).
La autoría del cuadro conservado al Masnou, si tenemos que seguir la teoría de los anteriores historiadores, evidentemente sería obra de Joan Giralt, no obstante, el hecho que precisamente la muerte truncó la obra de Pere Pau Montaña, hace que la posibilidad que pueda atribuirse a este último no sea desacertada, así creemos que, el artista, previo a la ejecución de la obra principal podría haber realizar un bosqueig, a pequeño tamany, de la composición, para que los responsables del encargo le dieran el visto y aprobado y, también, por la posibilidad que hubiera podido prever que, a causa de su enfermedad, ya no lo podría acabar, dejando así un tipo de instrucción póstuma. La duda se podría deshacer si se localizara la acuarela anteriormente mencionada y se pudiera coger si consta, o no, la autoría de Joan Giralt en la misma, aunque, por otro lado, también resta la duda que la supuesta acuarela de Barcelona, de la exposición del 1910, sea exactamente el mismo cuadro que se conserva ahora en El Masnou.
Bibliografía:
Ferrer y Clariana, Ll.: Testigos del culto a las Santas Juliana y Semproniana, en el monasterio de Sant Cugat del Vallès y en Mataró. Mataró 1961, p. 23.
Mainar, J.: "Montaña y Plazoleta, Pere Pau". Grande Enciclopèdia Catalana, vol. 10, Barcelona 1977, r. 1981, p. 374.
Publicidad Fermalli: Las Santas Patronas de Mataró en el Altar Mayor de Santa Maria. Fiestas de Las Santas 1975. Mataró.
Ribas y Bertran, M.; Ribas y Rosselló, M.D.: El retablo mayor de Santa Maria de Mataró y la ampliación del templo. Mataró 1979.
DATACIÓN: 1803-1804
ILUSTRACIÓN: Ayuntamiento del Masnou.
DESCRIPCIÓN: Cuadro de formato mediano, que se conserva al Salón de Plenos del Ayuntamiento del Masnou, representando la temática de la decapitación de Sant Cugat.
El cuadro sigue una composición claramente barroca, con una escena central donde se desarrolla la acción del martirio, más arriba, en el lado derecho se ve la representación del tribunal o autoridad romana presenciando la ejecución y, en el ángulo inferior derecho, hay las Santas Juliana y Semproniana. En el centro superior del cuadro se cogen un conjunto de angels en una nube, trayendo una corona y la palma del martirio, de tamany ligeramente desproporcionados respeto el resto del conjunto, por el hecho que, al corresponder el diseño a un esbozo por un cuadro monumental y que los mismos irían situados en la zona alta, estos por un efecto óptico quedarían disminuits.
La obra parece que quiera buscar un efecto de no herir al espectador con la visión del acto del martirio, por eso, el artista plasmó la escena justamente en los instantes antes de la acción, huyendo otras representaciones típicas (y más sanguinarias) de este martirio que se habían plasmado en sobretodo en el gótico y renacimiento (ver, a guisa de ejemplo, la mesa de Aine Bru de 1505). Posiblemente habría pesado el hecho que uno de los cuadros entregados con anterioridad, la representación del martirio y decapitación de las Santas, donde se ve el verdugo cogiendo por los cabellos la cabeza de la primera figura ejecutada, creemos que debería de haber escandalizado y causado escalofrío, por el horror de la escena, a los responsables de las obras del altar mayor y, el artista, se vio obligado a tratar la temática con un cierto respeto.
COMENTARIO: La historia nos trae al momento en que se ejecutaron, para el altar de Santa Maria de Mataró, los cuatro cuadros con escenas de la vida y martirio de las Santas patronas Juliana y Semproniana, por parte del insigne pintor Pere Pau Montaña y Plazoleta, pero una grave enfermedad interrumpió su trabajo, restante pendiente de realizar la última entrega. Así los historiadores Marià Ribas y M. Dulce Ribas, nos explican: Tratamos en estas pinturas de la obra póstuma de Montaña por el hecho que, al iniciar el último cuadro, cuando ya había entregado tres, fue sorprendido por una grave enfermedad que lo trajo a la muerte el día 3 de noviembre de 1803. Entonces continuó el encargo Joan Giralt, yerno del artista difunto, y ejercía el cargo de teniente de la Escuela de Dibujo. Giralt ya había colaborado en varias obras de Montaña y precisamente recordamos, por el que ahora nos interesa, que en una exposición de retratos y dibujos antiguos y modernos, celebrada en Barcelona el 1910 figuraba una acuarela de Giralt como estudio del tema que tuvo que interpretar en esta última pintura.
El 1804 quedaron los cuatro cuadros colocados a su lugar definitivo. Este último cuadro fue desafortunado en todos los aspectos, no sólo para coincidir con la muerte del artista que tenía que pintarlo, sino también porque fue el único que no se salvó de la destrucción del 1936. Modernamente ha pintado otro, inspirado en aquel, el artista mataroní Jordi Arenas, para completar el conjunto en ser repuesto de nuevo a su lugar del presbiterio (Ribas Ribas 1979, p. 34).
La autoría del cuadro conservado al Masnou, si tenemos que seguir la teoría de los anteriores historiadores, evidentemente sería obra de Joan Giralt, no obstante, el hecho que precisamente la muerte truncó la obra de Pere Pau Montaña, hace que la posibilidad que pueda atribuirse a este último no sea desacertada, así creemos que, el artista, previo a la ejecución de la obra principal podría haber realizar un bosqueig, a pequeño tamany, de la composición, para que los responsables del encargo le dieran el visto y aprobado y, también, por la posibilidad que hubiera podido prever que, a causa de su enfermedad, ya no lo podría acabar, dejando así un tipo de instrucción póstuma. La duda se podría deshacer si se localizara la acuarela anteriormente mencionada y se pudiera coger si consta, o no, la autoría de Joan Giralt en la misma, aunque, por otro lado, también resta la duda que la supuesta acuarela de Barcelona, de la exposición del 1910, sea exactamente el mismo cuadro que se conserva ahora en El Masnou.
Bibliografía:
Ferrer y Clariana, Ll.: Testigos del culto a las Santas Juliana y Semproniana, en el monasterio de Sant Cugat del Vallès y en Mataró. Mataró 1961, p. 23.
Mainar, J.: "Montaña y Plazoleta, Pere Pau". Grande Enciclopèdia Catalana, vol. 10, Barcelona 1977, r. 1981, p. 374.
Publicidad Fermalli: Las Santas Patronas de Mataró en el Altar Mayor de Santa Maria. Fiestas de Las Santas 1975. Mataró.
Ribas y Bertran, M.; Ribas y Rosselló, M.D.: El retablo mayor de Santa Maria de Mataró y la ampliación del templo. Mataró 1979.