Cómo buena parte de los mataronins que se iniciaron en el mundo del arte durante la década de los 70, Matías Lizana dio sus primeros pasos al taller de Pablo Mañé. El local de la plaza Grande era entonces un espacio de libertad, un oasis insertado en las penurias socioculturales del tardofranquisme. "Todos teníamos clave, nos podíamos pasar día y noche. Nos permitía hacer vida de artista", rememora Lizana. El pintor forma parte de la generación de artistas impulsada por el talento de Mañé y la atmósfera de su taller. Pero su actividad expositiva se cortó por lo sano. "Tuve que parar de hacer exposiciones, básicamente por carencia de tiempo" explica el artista, que a pesar de todo siguió pintando. Desde hace cerca de un año, pero, su actividad artística ha vuelto a la esfera pública. Selló su regreso con la exposición de dibujos 'Interiores', a la sala del Casal. Y ahora mujer un paso más protagonizando la exposición del mes de noviembre al Espacio Renacuajo.
Lizana era conocido por su obra de cariz abstracto y geométrico. Por eso, su regreso después de tantos años de silencio –de puertas afuera- sorprendió todos aquellos que lo conocían, por su nuevo carácter más cercano a la figuración y el realismo. "Me vendía mucho gusto expresarme a través de una línea más figurativa, era una necesidad", explica. Lizana destaca que esta nueva etapa creativa se mueve en "la figuración con carga de simbolismo, dejando un buen margen a la interpretación libre del espectador". El artista considera que un cuadro "no lo tiene que decir todo, ni tampoco te lo tiene que explicar alguien porque se entienda", sino que tiene que aportar elementos, caminos, porque la gente lo lea a su manera. "Quizás la conclusión a la que llegan no tiene que ver con mi idea original, pero no es un hecho que me preocupe mucho", añade.
Probablemente son mayoría los artistas que inician su trayectoria con obras figurativas y poco a poco van evolucionando hacia la abstracción. Pero Lizana ha hecho el recorrido justo en sentido contrario. El mataroní, actualmente afincat a Llavaneres, recuerda que la historia del arte va llena de estos "regresos a la realidad, en una base común", como él mismo lo define. "La figuración es más fácil de entender y por lo tanto conecta mejor con el espectador, y sirve de base para empezar a construir algo diferente", constata. Esto es el que precisamente pretende Lizana con esta exposición en el Espacio Renacuajo. "Silencios" se presenta para el propio artista como "una manera de plantearme hacia donde voy".
Jueves, día 27. Inauguración. A 2/4 de 8 del anochecer al Espacio Renacuajo
Lizana era conocido por su obra de cariz abstracto y geométrico. Por eso, su regreso después de tantos años de silencio –de puertas afuera- sorprendió todos aquellos que lo conocían, por su nuevo carácter más cercano a la figuración y el realismo. "Me vendía mucho gusto expresarme a través de una línea más figurativa, era una necesidad", explica. Lizana destaca que esta nueva etapa creativa se mueve en "la figuración con carga de simbolismo, dejando un buen margen a la interpretación libre del espectador". El artista considera que un cuadro "no lo tiene que decir todo, ni tampoco te lo tiene que explicar alguien porque se entienda", sino que tiene que aportar elementos, caminos, porque la gente lo lea a su manera. "Quizás la conclusión a la que llegan no tiene que ver con mi idea original, pero no es un hecho que me preocupe mucho", añade.
Probablemente son mayoría los artistas que inician su trayectoria con obras figurativas y poco a poco van evolucionando hacia la abstracción. Pero Lizana ha hecho el recorrido justo en sentido contrario. El mataroní, actualmente afincat a Llavaneres, recuerda que la historia del arte va llena de estos "regresos a la realidad, en una base común", como él mismo lo define. "La figuración es más fácil de entender y por lo tanto conecta mejor con el espectador, y sirve de base para empezar a construir algo diferente", constata. Esto es el que precisamente pretende Lizana con esta exposición en el Espacio Renacuajo. "Silencios" se presenta para el propio artista como "una manera de plantearme hacia donde voy".
Jueves, día 27. Inauguración. A 2/4 de 8 del anochecer al Espacio Renacuajo