Mataró ha decidido seguir el ejemplo de Barcelona y frenar temporalmente la instalación de nuevos clubes de cannabis a la ciudad. El Pleno municipal aprobó el pasado jueves suspender las autorizaciones para poner en marcha al municipio este tipo de actividad. La moratoria tendrá una duración máxima de un año y no afecta los cinco clubes que ya funcionan legalmente a la ciudad. La medida se aplica porque, según el regidor Miquel Rey, "la actividad está proliferando sin que haya una regulación", y por eso se quiere estudiar la aplicación una normativa más concreta y específica.
Los clubes de cannabis son asociaciones sin ánimo de lucro, en forma de clubes privados con acceso restringido a los socios. Cada uno de ellos paga una cuota, además de una cantidad mensual fijada según el consumo. Los que ejercen actualmente en Mataró han hecho una comunicación previa de la actividad al Ayuntamiento, que ha comprobado la compatibilidad urbanística del local donde se ejercerá y si este cumple los requisitos como local de uso asociativo. Este es el sistema que se ha empleado en la ciudad, pero el marco legal de estos clubes todavía no está claro. Este tipo de usos no están contemplados en el Plan General de Ordenación de Mataró y, en consecuencia, no están regulados desde el punto de vista urbanístico
La Generalitat té previsto aprobar una regulación específica, hasta ahora inexistente, de esta actividad. Mientras esto no pase, ciudades como Barcelona han decidido suspender provisionalmente la tramitación de licencias. Esto ha provocado que en las últimas semanas diferentes colectivos hayan pedido instalarse en Mataró, según explicó Miquel Rey en el Pleno. Ante esto, se ha decidido emprender la misma medida que la capital catalana.
Dudas de la oposición
En el Pleno Municipal, ICV-EuiA y la CUP mostraron dudas sobre la moratoria. Por parte de los ecosocialistas, Esteve Martínez temió que se esté "criminalizando" el colectivo de consumidores de cannabis, y criticó que se desconozca "cuáles son las intenciones del gobierno" a la hora de plantear la regulación. Xavier Safont-Elige, por su parte, destacó que estos clubes "no han creado ninguna alarma social ni han sido problemáticos" y se mostró favorable a regular la actividad sin que esto implique dejar de dar licencias.