Al despacho de su fábrica de la calle de Floridablanca, José García, de Izgarpunt, muestra un listado con todo de nombres tatxats. "Teníamos más de 60 clientes y hoy nos quedan una quincena", explica. Su pequeña SL, que comparte con Ismael Izquierdo, había contratado hasta seis trabajadores, y ahora sólo ellos dos faenan a las máquinas. "Es imposible tener nadie más, porque el trabajo es muy inestable, y no podemos asegurar ningún más sueldo", se lamenta Izquierdo. No muestran ni una brizna de esperanza: "Desde el año 2005, ya antes de la famosa crisis actual, que todo va hacia abajo. Nosotros seguimos porque, si cerramos, que haremos?".
Esta fecha, la del 2005, está marcada con rojo en las agendas de muchos empresarios y trabajadores del género de punto de nuestra ciudad. El 1 de enero de aquel año se eliminaban todas las restricciones a la importación de productos textiles y de confección ante países miembros de la Organización Mundial de Comercio, y la entrada de material procedente sobretodo del Oriente se hacía muy patente. Ya entonces el género de punto no tenía el empujón de años atrás, pero los datos facilitados por el Ayuntamiento de Mataró demuestran como de fuerte ha sido la bajada en los últimos cuatro años: entre los primeros trimestres de 2006 y de 2010, la industria textil y de la confección registra una caída absoluta de 1.737 personas asalariadas, 230 empresas, y 316 autónomos. "Mataró se está muriendo desde el punto de vista del género de punto, y es una lástima, porque si se hubiera apoyado más, teníamos todas las herramientas para seguir funcionando", opina Baltasar Fornells, fundador de la empresa Celia Ruiz, centrada en el mundo del pijama. A sus 63 años, Fornells dice estar a punto de lanzar la toalla, porque "no se paran de poner trabas a las pequeñas empresas". Desde Géneros de Punto Lozano, S.A., su gerente, José Lozano, explica que fundó la empresa en 1982, "y todo siempre han sido obstáculos, sobre todo por parte de los políticos, que se meten en temas que desconocen completamente". Géneros de Punto Lozano estaba ubicada los primeros años en la calle Cooperativa, y ahora hace una década se trasladó al polígono industrial de Mata-Rocafonda: "Nos obligaron a marchar fuera de la ciudad y pagando una barbaridad por el m2 de la nave. Lo hicimos porque no teníamos otra cosa, pero el más fácil hubiera sido cerrar", hace crítico Javier Lozano, responsable del departamento de importación y de diseño de la empresa. "Nosotros todavía hemos ido tirando, ajustando mucho los precios y sin escatimar en calidad, pero no es nada fácil", rubrica José Lozano.
Cambio de orientación
La Asociación de Empresarios de Géneros de Punto de Mataró y Comarca (ASEGEMA) tiene por objetivo la representación, promoción y defiende de la empresa textil del Maresme, y forman parte 80 asociados. Su vicepresidente, Francisco J. Algás, cree que se pueden encontrar motivos para un cierto optimismo: "Mataró era básicamente centro de producción, y este ha sido el problema, porque la fabricación se ha desplazado hacia el Oriente. Pero muchas empresas que hicieron el cambio para pasar a centrarse en el diseño, la distribución o la comercialización se han salido y hoy son referentes". Y añade: "La situación es mucho más exigente que hace diez años. Hay que tenerlo todo muy claro, saber qué fabricar, a qué mercado te diriges. Hay que ser muy selectivo". En la misma línea se expresa la regidora de Promoción Económica del Ayuntamiento, Alícia Romero: "La producción de poco valor añadido ya no tiene sentido en este sector, y por eso nuestro gran reto pasa para ser valientes y poner los esfuerzos allá donde son necesarios. La larga tradición en el sector textil de nuestro territorio hace que tengamos un capital en forma de conocimiento y saber hacer que no se puede perder. Hay muchos ejemplos de emprendedores y emprendedoras con visión de futuro que han apostado por estrategias de éxito: por el diseño, la marca, la internacionalización, la innovación tanto en tecnología como en gestión, distribución o logística". La regidora recuerda que al flamante TecnoCampus Mataró-Maresme "una de las líneas de especialización sectorial y prioritaria de acción son los smart textiles, es decir, ropa inteligente, tejidos con biotecnología, y tejidos con fenomenología".
José Lozano explica que hoy sólo una cuarta parte de la producción la hacen en Mataró, mientras que de la otra 75% se encargan en el Asia. "No me hace ninguna gracia, pero es la única manera de salir adelante", dice. Su hijo Javier habla de internacionalizar más la empresa como elemento clave de futuro, y ya tienen ventas en el Marruecos, en Francia, y la vista puesta en Italia de cara al año próximo. "Evidentemente el que la gente le interesa es que haya trabajo, puestos de trabajo, y estos está claro que han bajado. Pero las empresas que se mantienen hacen un producto con más valor añadido que años atrás, se han puesto al día, y pueden tener campo para correr", piensa desde ASEGEMA Algás.
Esta fecha, la del 2005, está marcada con rojo en las agendas de muchos empresarios y trabajadores del género de punto de nuestra ciudad. El 1 de enero de aquel año se eliminaban todas las restricciones a la importación de productos textiles y de confección ante países miembros de la Organización Mundial de Comercio, y la entrada de material procedente sobretodo del Oriente se hacía muy patente. Ya entonces el género de punto no tenía el empujón de años atrás, pero los datos facilitados por el Ayuntamiento de Mataró demuestran como de fuerte ha sido la bajada en los últimos cuatro años: entre los primeros trimestres de 2006 y de 2010, la industria textil y de la confección registra una caída absoluta de 1.737 personas asalariadas, 230 empresas, y 316 autónomos. "Mataró se está muriendo desde el punto de vista del género de punto, y es una lástima, porque si se hubiera apoyado más, teníamos todas las herramientas para seguir funcionando", opina Baltasar Fornells, fundador de la empresa Celia Ruiz, centrada en el mundo del pijama. A sus 63 años, Fornells dice estar a punto de lanzar la toalla, porque "no se paran de poner trabas a las pequeñas empresas". Desde Géneros de Punto Lozano, S.A., su gerente, José Lozano, explica que fundó la empresa en 1982, "y todo siempre han sido obstáculos, sobre todo por parte de los políticos, que se meten en temas que desconocen completamente". Géneros de Punto Lozano estaba ubicada los primeros años en la calle Cooperativa, y ahora hace una década se trasladó al polígono industrial de Mata-Rocafonda: "Nos obligaron a marchar fuera de la ciudad y pagando una barbaridad por el m2 de la nave. Lo hicimos porque no teníamos otra cosa, pero el más fácil hubiera sido cerrar", hace crítico Javier Lozano, responsable del departamento de importación y de diseño de la empresa. "Nosotros todavía hemos ido tirando, ajustando mucho los precios y sin escatimar en calidad, pero no es nada fácil", rubrica José Lozano.
Cambio de orientación
La Asociación de Empresarios de Géneros de Punto de Mataró y Comarca (ASEGEMA) tiene por objetivo la representación, promoción y defiende de la empresa textil del Maresme, y forman parte 80 asociados. Su vicepresidente, Francisco J. Algás, cree que se pueden encontrar motivos para un cierto optimismo: "Mataró era básicamente centro de producción, y este ha sido el problema, porque la fabricación se ha desplazado hacia el Oriente. Pero muchas empresas que hicieron el cambio para pasar a centrarse en el diseño, la distribución o la comercialización se han salido y hoy son referentes". Y añade: "La situación es mucho más exigente que hace diez años. Hay que tenerlo todo muy claro, saber qué fabricar, a qué mercado te diriges. Hay que ser muy selectivo". En la misma línea se expresa la regidora de Promoción Económica del Ayuntamiento, Alícia Romero: "La producción de poco valor añadido ya no tiene sentido en este sector, y por eso nuestro gran reto pasa para ser valientes y poner los esfuerzos allá donde son necesarios. La larga tradición en el sector textil de nuestro territorio hace que tengamos un capital en forma de conocimiento y saber hacer que no se puede perder. Hay muchos ejemplos de emprendedores y emprendedoras con visión de futuro que han apostado por estrategias de éxito: por el diseño, la marca, la internacionalización, la innovación tanto en tecnología como en gestión, distribución o logística". La regidora recuerda que al flamante TecnoCampus Mataró-Maresme "una de las líneas de especialización sectorial y prioritaria de acción son los smart textiles, es decir, ropa inteligente, tejidos con biotecnología, y tejidos con fenomenología".
José Lozano explica que hoy sólo una cuarta parte de la producción la hacen en Mataró, mientras que de la otra 75% se encargan en el Asia. "No me hace ninguna gracia, pero es la única manera de salir adelante", dice. Su hijo Javier habla de internacionalizar más la empresa como elemento clave de futuro, y ya tienen ventas en el Marruecos, en Francia, y la vista puesta en Italia de cara al año próximo. "Evidentemente el que la gente le interesa es que haya trabajo, puestos de trabajo, y estos está claro que han bajado. Pero las empresas que se mantienen hacen un producto con más valor añadido que años atrás, se han puesto al día, y pueden tener campo para correr", piensa desde ASEGEMA Algás.