Los mataronins se tendrán que rascar el bolsillo el año que viene a la hora de pagar un impuesto municipal, el IBI (impuesto de bienes inmuebles). Si se aprueba el proyecto de ordenanzas del gobierno municipal, inicialmente en el Pleno de ordenanzas de este jueves, los propietarios de la mayoría de los hogares verán como el recibo se los sube entre 20 y 40 euros de media. No parece el mejor momento para hacer pagar más impuestos a los ciudadanos, que ven la salida de la crisis todavía bastante lejos. Y todavía menos cuando los valores catastrales, que regulan en parte el precio de este el impuesto, han bajado drásticamente en los últimos años. Pero el Ayuntamiento se ve abocado por dos leyes estatales que lo obligan a hacerlo: la de Haciendas Locales y la de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local.
El IBI es la principal fuente de ingresos del Ayuntamiento, vital para poder hacer frente a las necesidades sociales y a servicios como la seguridad, la limpieza de las calles o el mantenimiento de los equipamientos públicos. Graba el valor de los bienes inmobiliarios de la ciudad y lo tiene que pagar cada propietario de un hogar, local comercial o industrial. A pesar de que varía mucho según cada caso -depende de la tasación de cada inmueble según la zona, antigüedad o superficie- el recibo de un hogar cuesta de media entre 200 y 400 euros.
Se da la paradoja que el impuesto ha subido a Mataró en los últimos tres años, y lo volverá a hacer el año que viene, a pesar de que en este mismo periodo el valor catastral de los inmuebles se ha reducido. La Agencia del Catastro, que depende del Ministerio de Hacienda, revisó a la baja este valor al conjunto del país en 2012 respecto a que se había marcado seis años antes, en conjunción con el estallido de la burbuja inmobiliaria y hundimiento del sector del totxo. "En Mataró ha caído en picado", apunta el regidor de Servicios Centrales, Juan Carlos Jerez. Pero además del valor catastral, el otro factor que determina el IBI es el gravamen que impone cada Ayuntamiento. Con este porcentaje municipal se puede reequilibrar el impuesto: cuando el valor catastral es muy alto, se reduce el gravamen para compensarlo, y viceversa.
Obligados por los planes de ajuste
El Ayuntamiento aprobó en 2012 y 2013 dos planes de ajuste para poder cumplir con el plazo de pago con los proveedores y reducir el enorme nivel de endeudamiento (que llegó a los 300 millones de euros) que sufre. Gracias a esto pudo acceder a la financiación ofrecido por el Ministerio de Hacienda. A cambio, como medida de saneamiento de las arcas locales, el consistorio se comprometió a incrementar anualmente los ingresos por impuestos en un 3,75%. "El IBI es el único impuesto que nos permite llegar a estos niveles de ingresos" resuelve Jerez. Según el regidor, ofrece mucho más margen que no tributos como el impuesto de circulación, la ICIO -el impuesto de construcciones, que hoy genera muy pocos ingresos- o el IAE -que graba las empresas.
Hasta el 2012 el gravamen que imponía el Ayuntamiento era del 0,40%. Con el cambio de los valores catastrales el consistorio lo subió hasta el máximo legal, el 1,23%, como medida de compensación para poder llegar a los ingresos comprometidos con Hacienda. Esto ha hecho que en los últimos años el IBI se haya encarecido, pero cómo que es un impuesto tan variable, ha habido hogares a las cuales la nueva combinación inclús los ha beneficiado -pagaban menos, a pesar del aumento del porcentaje, gracias a la caída tan notable de su valor catastral. A otros, pero, el nuevo gravamen los habría perjudicado en exceso. Para mitigar este último caso, el Ayuntamiento ha aplicado un tope: ningún recibo podía subir más del 3,85%. La Ley de Haciendas Locales permite optar por esta bonificación durante un máximo de tres años, así que este 2016 este recurso deja de estar disponible.
Fórmula para evitar un aumento peor
Si el Pleno municipal no llega a un acuerdo y es incapaz de aprobar las ordenanzas fiscales antes del 31 de diciembre, estas se prorrogan automáticamente. Repitiendo el gravamen del 1,23% y sin las bonificaciones, podrían haber hogares mataronines que vieran su recibo del IBI subir el esfereïdora cifra de hasta un 140%. Un hogar con valor catastral de 100.000 euros pasaría a pagar 1.230 euros, triplicando la media actual. "Esto sería insostenible, así que pedimos responsabilidad a los grupos", reclama Jerez.
La propuesta del gobierno sociovergent, ahora que ya no puede aplicar más bonificaciones, se basa al reducir el gravamen del año que viene hasta el 0,53%. Se trata de la cifra que permitiría en el Ayuntamiento mantener el nivel de ingresos obligatorio del 3,75%. Volviendo al caso de un hogar con valor catastral de 100.000 euros, con el gravamen del 0,40% establecido hasta el 2012 pagaba 400 euros de IBI. Con el 0,53%, dependerá de donde se sitúa ahora su valor catastral. Si por ejemplo le ha bajado en 40.000 euros, pasará a pagar 318 euros. Pero si el valor se mantiene o sólo ha disminuido de manera anecdótica -depende de cada caso- el recibo le subirá estos 20 o 40 euros que el Ayuntamiento prevé de media en Mataró. El recibo de los comercios y a las empresas se mantendrá o incluso bajará puesto que su valor catastral se ha reducido todavía más que el de las viviendas.
Subida del IBI: razones, compensaciones y el papel de la oposición