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Pere fradera, diseñador y artista

Pere Fradera

Imágenes y memoria

Pere Fradera posa en valor en este artículo de opinión dos exposiciones que se pueden visitar ahora a Mataró, la de los grabados de Goya a Can el Arenas y la de Cristina García Rodero a la Nave Disfrutó

Coinciden estas semanas a Mataró dos magníficas exposiciones, de aquellas que iluminan la grisor. Nos referimos a la de los grabados de Goya del Museo de Mataró, que se exponen a Can el Arenas, y a la de las fotografías de Cristina García Rodero a la Nave Disfrutó.

No hay que hacer elogios de los extraordinarios grabados de Goya, su espectacular calidad técnica ha sido sobradament destacada, su indiscutible mestria en el dibujo de figuras, caras y ambientes son sobradament conocidas.

El que nos ha corprès, un golpe más, es constatar la capacidad del pintor por la observación y descripción del hecho humano con todas sus dimensiones. Nadie cómo él ha sido capaz de mostrarnos el miedo, la rabia, la maldad y la tristeza que somos capaces de infligir, de sufrir y de soportar. Consiguió cómo nadie el retrato crudo, despiadado y preciso de quién somos. Nos retrató y, para hacerlo, entró a nuestra alma con un bisturí afilado con el cual nos burxa hasta el dolor. Pocas imágenes se han creado tan claras y valientes para explicar aquello que somos.

Con estas series de grabados, que ahora tenemos el privilegio de poder contemplar a Mataró, consiguió hacer el retrato de un país dominado por unas clases altas depredadoras y con pocos escrúpulos, ayudadas por una iglesia cómplice y obscurantista. Una sociedad que sufría retrasos y pobreza, que era víctima de supersticiones y que, además, pasó por uno de los muchos momentos convulsos y terribles que han menudeado a nuestra hisória, la Guerra de la Independencia. Goya, gran artista cómo era, lo supo captar y nos explica el que vio y vivir.

Cristina García Rodero, a la Nave Disfrutó, con sus fotografías nos muestra una serie de imágenes de fiestas y tradiciones de la España de los años 70-80 del siglo pasado, el mismo país que Goya había visto ciento setenta años antes. Tampoco aquí hay que hablar de la calidad técnica de su trabajo, puesto que está acreditado de sobra; queremos hacer notar, eso sí, la precisión de su mirada, y vemos otro golpe la misma gente, besnets de quién dibujó Goya, y podemos reconocer las mismas caras, el mismo pueblo: oprimido, pobre, orgulloso y maltratado.

Podemos ver a los mismos niños asustados y expectants; las mismas mujeres marcadas y desgastadas por los trabajos y demasiado a menudo maltratadas; la misma pobreza física y espiritual, las supersticiones y el retraso social. Por suerte, al periodo de las fotografías de Garcia Rodero no había las salvajadas de la guerra. Con la última, la Guerra Civil del 1936-39, parecía que, por fin, este país había aprendido la lección.[banner-AMP_5]

Las miradas de estos dos grandes artistas nos pueden ayudar a ver de donde venimos, a hacer memoria del que, en estos tiempos de opulencia y frivolidades, no queremos recordar; estas imágenes nos posan a ante un espejo, a los hijos y netos de los personajes que salen a las fotografías de la Nave Disfrutó, y nos pueden servir para entender más bien quién somos.[banner-AMP_6]

Las imágenes producidas por los artistas, si las sabemos mirar, nos pueden ayudar a ser mejores personas.

 

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