Las personas tienen que sentir orgullo de la lengua y la historia propias. Sólo de este modo el colectivo la podrá conservar y darle una proyección de futuro. En estos términos se expresó Jesús Tuson, lingüista y profesor de la Universitat de Barcelona (UB), en la conferencia titulada Las lenguas: ángeles o demonios que ofreció el pasado jueves a la Salón de Actas del Ayuntamiento, un acto académico institucional inscrito en la celebración de la fiesta de Sant Jordi.
Tuson se encargó de destruir algunos prejuicios lingüísticos durante la charla, explicando que estos prejuicios están dirigidos a los hablantes de lenguas minoritarias con el objetivo que dejen de reivindicar sus particularidades culturales. En un estado, la lengua oficial siempre es la buena: las otras se resignan a la adjetivación negativa, señaló, Este hecho, que es presente en Francia y lo estuvo en España durante el franquismo, conduce al autodivisió de los hablantes, que se avergüenzan de hablar una lengua considerada de poca categoría.
Cuando vamos a vivir en otro país nos interesa aprender la lengua porque esta es una adaptación al entorno, explicó Jesús Tuson. Pero los idiomas se tienen que aprender siempre sin imposición, añadió. En este sentido, el lingüista lamentó que los inmigrantes que llegan a Cataluña actualmente no encuentran el catalán en ninguna parte a pesar de están dispuestos a aprender cualquier lengua.
Por último, Tuson se quiso referir a los elogios que se hacen a las lenguas con muchos hablantes, elogios que él considera una apelación a la uniformisme. Según explicó, Cuando una lengua aumenta en millones de hablantes es porque otros están muriendo. Las lenguas siempre han sido locales, pero se han esparcido por razones de las cuales no se puede presumir, como genocidios o conquistas, apuntó. Sobre la internacionalidad de las lenguas, el profesor Tuson dijo que el inglés no es la lengua internacional porque tenga una estructura especial que lo favorezca, sino por el poder tecnológico y económico que ejercen los EEUU en el mundo.
Tuson se encargó de destruir algunos prejuicios lingüísticos durante la charla, explicando que estos prejuicios están dirigidos a los hablantes de lenguas minoritarias con el objetivo que dejen de reivindicar sus particularidades culturales. En un estado, la lengua oficial siempre es la buena: las otras se resignan a la adjetivación negativa, señaló, Este hecho, que es presente en Francia y lo estuvo en España durante el franquismo, conduce al autodivisió de los hablantes, que se avergüenzan de hablar una lengua considerada de poca categoría.
Cuando vamos a vivir en otro país nos interesa aprender la lengua porque esta es una adaptación al entorno, explicó Jesús Tuson. Pero los idiomas se tienen que aprender siempre sin imposición, añadió. En este sentido, el lingüista lamentó que los inmigrantes que llegan a Cataluña actualmente no encuentran el catalán en ninguna parte a pesar de están dispuestos a aprender cualquier lengua.
Por último, Tuson se quiso referir a los elogios que se hacen a las lenguas con muchos hablantes, elogios que él considera una apelación a la uniformisme. Según explicó, Cuando una lengua aumenta en millones de hablantes es porque otros están muriendo. Las lenguas siempre han sido locales, pero se han esparcido por razones de las cuales no se puede presumir, como genocidios o conquistas, apuntó. Sobre la internacionalidad de las lenguas, el profesor Tuson dijo que el inglés no es la lengua internacional porque tenga una estructura especial que lo favorezca, sino por el poder tecnológico y económico que ejercen los EEUU en el mundo.