El gobierno municipal ha replicado a las acusaciones de engaño de parte del PSC en relación a la deuda con el edificio de la Ringlera. Los socialistas lamentaron en rueda de prensa que no se hubieran usado los ingresos por ventas y alquiler del edificio al pagar parte de la deuda que había con la emprendida constructora, pero desde el Ayuntamiento replican que este dinero se tuvieron que usar para amortizar la hipoteca del propio edificio de la Ringlera. Fuentes municipales recuerdan que además de la factura de más de veinte millones de euros de Fomento había también "una hipoteca pedida al Banco Santander por valor de 21 millones de euros para pagar los gastos de este edificio", y que cuando se dispuso del dinero "se gastaron para pagar obras varías de la ciudad que no tenían nada que ver con la Ringlera".
Además, desde el Ayuntamiento recuerdan que Fomento, a pesar de certificar la obra en junio de 2010, no presentó factura hasta principios de 2012, hecho por el cual no se pudo acoger la deuda al primer plan de proveedores ni tampoco al segundo, puesto que en este no se podían añadir deudas públicas. Ante esta situación, explican, el dinero ingresado por las ventas del edificio de la Ringlera se han destinado "a amortizar la hipoteca del edificio, porque cuando alguien se interesa a comprar un espacio al edificio quieren que no esté hipotecado". La situación actual es que la deuda hipotecaria se encuentra ahora en unos once millones de euros y los 21 millones pendientes de pagar a Fomento están ya acordados con el convenio que se firmó este mes de febrero.
Otro propuesta del PSC que ha descartado el Ayuntamiento es el de usar el dinero ingresado por la venta del solar del Corte Inglés para solucionar la deuda de la Ringlera. "Aquel dinero, unos 24 millones de euros, se usaron para pagar pólizas de crédito vencidas de PUMSA por valor de 45 millones de euros; si no lo hubiéramos hecho, la empresa municipal habría entrado en concurso de acreedores y esto habría tenido consecuencias devastadoras". El hecho de poder pagar parte de estas pólizas permitió en el Ayuntamiento renegociar la deuda de corto a largo plazo, a diez años.