Este mes de junio será la tercera vez que la pintora mataronina Marisa Blasco expone en el Espacio Renacuajo. Pero el público descubrirá una faceta desconocida del artista, fruto de una nueva etapa creativa. Después de pasar un mal trance debido a un problema familiar, Blasco sufrió unos meses de bloqueo. "La tristeza que sentía, y que nunca marchará, me impedía pintar, no había manera", explica el artista. Una etapa oscura que ha conseguido superar, gracias al apoyo de la gente más cercana, y también de artistas como Marta Duran, de la cual es discípulo. "Me ha animado muchísimo", explica Blasco.
La rotura de este bloqueo ha supuesto una gran liberación y, de retruque, un cambio en su obra. Los nuevos cuadros de Blasco son contrapuestos a la obra que se le conocía hasta ahora. Cuadros libres, abiertos, de gran formato, donde el mar es el protagonista absoluto, sin prácticamente ningún elemento, ni barcas, ni casas ni gente. No es casual que de la tristeza y el bloqueo hayan salido obras tan expansivas y marinas, pero Blasco explica que en ningún momento ha sido premeditado. "Es difícil de explicar, pero saqué todo el que tenía dentro, y así ha salido", destaca el artista. En el campo de la creación artística, el mar es un símbolo de infinitud, de extensión y de libertad, pero también de concentración en el pensamiento íntimo. "De alguna manera es mi mar interior", explica Blasco. Los cuadros que expondrá en el Espacio Renacuajo son marinas de todo la costa, desde Mataró en Calella de Palafrugell, pasando por los entornos de Orihuela, su tierra natal. Para crearlos, Blasco prácticamente ha abandonado el pincel y ha utilizado la espátula.
Ya hace 40 años que Blasco pinta. Su primer cuadro está datado de 1972. Por lo tanto esta exposición también será especial. Además de los cuadros de gran formato, presentará cuatro aceites sobre papel de formato más pequeño. "Una exposición es más divertida y dinámica cuando mezcla medidas" destaca. Además, el artista quiere que sus obras sean accesibles a todo el mundo. Se trata de piezas con una pincelada más espontánea y despreocupada, pero el mar vuelve a ser el protagonista.
Marisa Blasco es la mujer del pintor Carlos Soriano, y los dos forman parte del colectivo Martes del Limonero. Este grupo de artistas está preparando una exposición que se inaugurará a finales del mes de junio al Ateneo de Caja Laietana. Estará dedicada al vacío que los ha deixata a todos ellos la desaparición de artistas, familiares y amigos que los habían acompañado en esta vida. Blasco presentará precisamente dos de las marinas que ha pintado en los últimos meses, puesto que también se adaptan a esta representación del "vacío". El mar como símbolo de tantas cosas, y como retrato del interior de un creador.
Miércoles, día 30. A 2/4 de 8 de la tarde al Espacio Renacuajo
La rotura de este bloqueo ha supuesto una gran liberación y, de retruque, un cambio en su obra. Los nuevos cuadros de Blasco son contrapuestos a la obra que se le conocía hasta ahora. Cuadros libres, abiertos, de gran formato, donde el mar es el protagonista absoluto, sin prácticamente ningún elemento, ni barcas, ni casas ni gente. No es casual que de la tristeza y el bloqueo hayan salido obras tan expansivas y marinas, pero Blasco explica que en ningún momento ha sido premeditado. "Es difícil de explicar, pero saqué todo el que tenía dentro, y así ha salido", destaca el artista. En el campo de la creación artística, el mar es un símbolo de infinitud, de extensión y de libertad, pero también de concentración en el pensamiento íntimo. "De alguna manera es mi mar interior", explica Blasco. Los cuadros que expondrá en el Espacio Renacuajo son marinas de todo la costa, desde Mataró en Calella de Palafrugell, pasando por los entornos de Orihuela, su tierra natal. Para crearlos, Blasco prácticamente ha abandonado el pincel y ha utilizado la espátula.
Ya hace 40 años que Blasco pinta. Su primer cuadro está datado de 1972. Por lo tanto esta exposición también será especial. Además de los cuadros de gran formato, presentará cuatro aceites sobre papel de formato más pequeño. "Una exposición es más divertida y dinámica cuando mezcla medidas" destaca. Además, el artista quiere que sus obras sean accesibles a todo el mundo. Se trata de piezas con una pincelada más espontánea y despreocupada, pero el mar vuelve a ser el protagonista.
Marisa Blasco es la mujer del pintor Carlos Soriano, y los dos forman parte del colectivo Martes del Limonero. Este grupo de artistas está preparando una exposición que se inaugurará a finales del mes de junio al Ateneo de Caja Laietana. Estará dedicada al vacío que los ha deixata a todos ellos la desaparición de artistas, familiares y amigos que los habían acompañado en esta vida. Blasco presentará precisamente dos de las marinas que ha pintado en los últimos meses, puesto que también se adaptan a esta representación del "vacío". El mar como símbolo de tantas cosas, y como retrato del interior de un creador.
Miércoles, día 30. A 2/4 de 8 de la tarde al Espacio Renacuajo