El paro es a día de hoy la principal preocupación de los mataronins y las mataronines. Así se desprende de los resultados de la encuesta de satisfacción con la gestión municipal que elabora el Ayuntamiento cada dos años, donde un 41'1% de los encuestados han señalado la carencia de puestos de trabajo como el aspecto más preocupante de la ciudad. El dato no puede extrañar si se tiene en cuenta que el paro en Mataró supera el 21% y la convierte en la ciudad de más de 50.000 habitantes de la provincia con el índice más elevado de personas desocupadas. El paro ha dejado en segundo lugar la que hasta ahora había sido la máxima preocupación de la ciudadanía, la presencia de inmigrantes no comunitarios. La inmigración ha quedado en segundo término pero, aún así, aumenta el número de personas que señalan este fenómeno como el que más los preocupa de la ciudad. Si hace dos años un 28% de los mataronins citaron la inmigración, ahora lo hacen un 33% de los encuestados. Un dato que no se puede pasar por alto y que no tiene que hacer bajar la guardia al gobierno municipal a la hora de plantear sus políticas sociales.
Por otro lado, el nuevo Informe de Coyuntura Económica incluye, entre el mar de datos negativos habituales de los últimos años, algunos indicadores tímidamente positivos. Por ejemplo, el repunte del número de licencias de actividad concedidas y el aumento de los permisos de obras menores. El repunte en las licencias de actividad se explica por el hecho que muchas personas sin trabajo han apostado para capitalizar el paro para abrir su propio negocio. En cuanto a las licencias de obras, los datos demuestran que la rehabilitación es una alternativa viable para redirigir la actividad económica de las emprendidas constructoras. Dos datos aparentemente positivas pero sintomáticas de una crisis que continúa causante estragos a la ciudad.
Por otro lado, el nuevo Informe de Coyuntura Económica incluye, entre el mar de datos negativos habituales de los últimos años, algunos indicadores tímidamente positivos. Por ejemplo, el repunte del número de licencias de actividad concedidas y el aumento de los permisos de obras menores. El repunte en las licencias de actividad se explica por el hecho que muchas personas sin trabajo han apostado para capitalizar el paro para abrir su propio negocio. En cuanto a las licencias de obras, los datos demuestran que la rehabilitación es una alternativa viable para redirigir la actividad económica de las emprendidas constructoras. Dos datos aparentemente positivas pero sintomáticas de una crisis que continúa causante estragos a la ciudad.