Satisfacción y normalidad en los últimos días de la Semana Santa. Después de un inicio lluvioso, la meteorología mejoró la actitud y el pasado sábado se pudo poner el punto y final a ocho días llenos de actas. Consideramos que ha ido bastante bien, el tiempo nos ha respetado, los que participan han podido disfrutar y el público también lo ha pasado bien. hacemos una valoración positiva, dice Jordi Merino, coordinador de los actos de Semana Santa. Merino afirma que la gente de las cofradías no para entre Domingo de Ramos y Sábado Santo y muchos me han dicho que estos días se los han hecho cortos, que supongo que también es un síntoma que todo ha funcionado correctamente.
La lluvia respetó la joya de la corona, la Procesión General de Viernes Santo, que se desarrolló sin incidencias y con puntualidad suiza. La procesión empezó muy puntual a las siete y media y también acabó con mucha puntualidad a las doce de la noche, explica Jordi Merino, que también destaca que cualquier persona que viniera de público en una hora y media podía ver todos los misterios que forman el cortejo.
Acabada la procesión, la plaza Santa Anna acogió los tradicionales encuentros entre pasos, unos movimientos llenos de simbolismo en que representa que Maria va a buscar Jesús, en medio de la música de las bandas. La Comisión de Semana Santa no tiene por costumbre hacer ningún recuento de la asistencia a las procesiones, pero valoran con satisfacción la cantidad de público que fue a ver los pasos. A nivel de percepción, gente de las cofradías que estaba entre el público nos ha dicho que había mucha más gente que el año pasado, dice Merino, que añade que fuentes municipales cifran en más de 55.000 personas los asistentes a todos los actos programados estos días.
Jueves Santo con lluvia
El que la lluvia no respetó fue la Processió de Jueves Santo por el barrio de Cerdanyola. Jueves por la tarde cayeron algunas gotas de lluvia, pero fue sobre todo la voluntad de evitar cualquier pequeño peligro que alguien resbalara el que hizo decidir la suspensión de la tradicional procesión organizada por la Hermandad Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de Esperanza y la Cofradía de Verònica.
Cómo ya había pasado Domingo de Ramos con la Procesión del Prendiment y el Vía Crucis de la Llàntia, los cofrades entraron a la iglesia (en este caso, a Maria Auxiliadora), donde se recitaron algunas estaciones del Vía Crucis y se realizó una levantá del paso de Jesús Nazareno. Posteriormente, cofrades, penitentes y costaleros velaron la imagen de Esperança en el patio de la parroquia. Por su parte, la Cofradía de Verònica sacó el paso de forma simbólica al patio del colegio Salesians.
La lluvia respetó la joya de la corona, la Procesión General de Viernes Santo, que se desarrolló sin incidencias y con puntualidad suiza. La procesión empezó muy puntual a las siete y media y también acabó con mucha puntualidad a las doce de la noche, explica Jordi Merino, que también destaca que cualquier persona que viniera de público en una hora y media podía ver todos los misterios que forman el cortejo.
Acabada la procesión, la plaza Santa Anna acogió los tradicionales encuentros entre pasos, unos movimientos llenos de simbolismo en que representa que Maria va a buscar Jesús, en medio de la música de las bandas. La Comisión de Semana Santa no tiene por costumbre hacer ningún recuento de la asistencia a las procesiones, pero valoran con satisfacción la cantidad de público que fue a ver los pasos. A nivel de percepción, gente de las cofradías que estaba entre el público nos ha dicho que había mucha más gente que el año pasado, dice Merino, que añade que fuentes municipales cifran en más de 55.000 personas los asistentes a todos los actos programados estos días.
Jueves Santo con lluvia
El que la lluvia no respetó fue la Processió de Jueves Santo por el barrio de Cerdanyola. Jueves por la tarde cayeron algunas gotas de lluvia, pero fue sobre todo la voluntad de evitar cualquier pequeño peligro que alguien resbalara el que hizo decidir la suspensión de la tradicional procesión organizada por la Hermandad Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de Esperanza y la Cofradía de Verònica.
Cómo ya había pasado Domingo de Ramos con la Procesión del Prendiment y el Vía Crucis de la Llàntia, los cofrades entraron a la iglesia (en este caso, a Maria Auxiliadora), donde se recitaron algunas estaciones del Vía Crucis y se realizó una levantá del paso de Jesús Nazareno. Posteriormente, cofrades, penitentes y costaleros velaron la imagen de Esperança en el patio de la parroquia. Por su parte, la Cofradía de Verònica sacó el paso de forma simbólica al patio del colegio Salesians.