Desde las seis menos cuarto de la mañana hasta las ocho del anochecer en ayunas, sin fumar, beber ni mantener relaciones sexuales, y dedicando el tiempo a la reflexión, la meditación y la lectura del Corà, con el objetivo de renovar la fe. Así pasará los cercanos 29 días la comunidad musulmana de Mataró y los más de 1.000 millones de musulmanes de todo el mundo, con motivo de la celebración del Ramadán. Un cambio de hábitos cotidianos que se inició ayer jueves, día 13 y que conmemora la revelación del Corán por parte de Dios al profeta Mahoma. El Ramadán, que se celebra el noveno mes lunar, conforma uno de los cinco pilares del Islam y es de obligado cumplimiento para todo musulmán, según marca la religión. Pero las personas son libres de hacerlo o no, depende de cada cual, apunta Dris Ahmadi, presidente de la asociación islámica Al-Ouahda.
Para las personas que no practican la religión musulmana, el Ramadán solo ser visto como un importante sacrificio, que los propios protagonistas suelen matizar. No hay por lo tanto, explica Ahmadi, es mucho peor en otros países árabes donde todavía están a 40 o 45 grados, y bien que lo hacen. Ahmadi tiene 52 años y practica el Ramadán desde que tenía 12. Normalmente la obligación es a partir de los 18 años, pero hay musulmanes que empiezan antes. Los niños y adolescentes, en ocasiones, hacen un ramadán más corto, de entre 15 y 20 días, o reducen las horas de dejú a medio día. Las mujeres embarazadas, las mujeres lactantes, los enfermos graves y los ancianos que están débiles no están obligados a practicar el ayuno. Las cenas del Ramadán, un golpe ha caído la noche, ayudan a paloliar el sacrificio, puesto que son acontecimientos festivos, en que familia y amigos se reúnen alrededor de un menú especial por este periodo.
Una celebración aceptada
El presidente de A el-Ouahda explica que la celebración del Ramadán es cada vez más aceptada por todo el mundo, a pesar de que sigue despertando la curiosidad a los no musulmanes. Hoy mismo, en el barrio, me ha parado diversa gente para preguntarme si de verdad me pasaría el día sin comer ni beber agua, explica Ahmadi, que destaca que la situación ha cambiado mucho respecto a hace unas décadas, cuando llegaron al país los primeros inmigrantes musulmanes. Ahora los medios difunden a la gente qué es el Ramadán y todo el mundo sabe de que se trata. Vivimos en un mundo moderno y la gente nos acepta. Ya no tenemos ningún problema.
Para las personas que no practican la religión musulmana, el Ramadán solo ser visto como un importante sacrificio, que los propios protagonistas suelen matizar. No hay por lo tanto, explica Ahmadi, es mucho peor en otros países árabes donde todavía están a 40 o 45 grados, y bien que lo hacen. Ahmadi tiene 52 años y practica el Ramadán desde que tenía 12. Normalmente la obligación es a partir de los 18 años, pero hay musulmanes que empiezan antes. Los niños y adolescentes, en ocasiones, hacen un ramadán más corto, de entre 15 y 20 días, o reducen las horas de dejú a medio día. Las mujeres embarazadas, las mujeres lactantes, los enfermos graves y los ancianos que están débiles no están obligados a practicar el ayuno. Las cenas del Ramadán, un golpe ha caído la noche, ayudan a paloliar el sacrificio, puesto que son acontecimientos festivos, en que familia y amigos se reúnen alrededor de un menú especial por este periodo.
Una celebración aceptada
El presidente de A el-Ouahda explica que la celebración del Ramadán es cada vez más aceptada por todo el mundo, a pesar de que sigue despertando la curiosidad a los no musulmanes. Hoy mismo, en el barrio, me ha parado diversa gente para preguntarme si de verdad me pasaría el día sin comer ni beber agua, explica Ahmadi, que destaca que la situación ha cambiado mucho respecto a hace unas décadas, cuando llegaron al país los primeros inmigrantes musulmanes. Ahora los medios difunden a la gente qué es el Ramadán y todo el mundo sabe de que se trata. Vivimos en un mundo moderno y la gente nos acepta. Ya no tenemos ningún problema.