Somos muchas las que consideramos que la cultura en nuestra ciudad se encuentra en un momento de urgencia. Cansados de ver como la cultura en la ciudad no recibe el trato que consideramos necesario, hemos decidido dar el paso reivindicándola con el manifiesto Cultura15, que se acaba de hacer público.
Necesitamos una cultura viva, diversa, comunitaria y territorial. La cultura tiene que ser también cohesión social y por eso tiene que estar arraigada en todos los barrios de la ciudad. Mataró necesita un impulso a la formación artística, ampliando y conectando la oferta pública y privada existente: educación y cultura son un único espacio de encuentro y por eso tenemos que tratar mejor los jóvenes talentos emergentes; hace falta que vuelvan espacios de promoción e incubación como fueron Can Xalant o la Muestra de Arte Joven.
A menudo se habla de la dimensión económica de la cultura. Reivindiquémosla: necesitamos que Mataró ejerza como capital cultural. Necesita más festivales de música, de teatro y de danza; elementos centrales de capitalidad que la proyecten en todo el país. La cultura es una fuente de riqueza no sólo intelectual, simbólica y espiritual, sino también económica. El tercer sector y la pequeña y mediana industria cultural pueden ocupar centenares de mataronines y mataronins en una actividad limpia y de alto valor añadido. Mataró puede ser una ciudad de oportunidades y de futuro para los creadores y creadoras. Ya sean maresmencs, catalanes, españoles o internacionales. De la literatura a la danza, del circo a la música, del grabado a los diseños. Tenemos una oportunidad con el cine, el audiovisual y los videojuegos; cada año se gradúan más de cien jóvenes en los grados relacionados al Tecnocampus.
También hay que perder el miedo a aceptar ideas y propuestas que a menudo han sido tildadas de voluntaristas o utópicas. Mataró tiene una larga tradición de autogestión en la cultura. Televisión de Mataró, Can Fugarolas o CSOA La Fibra son sólo algunos ejemplos. Hace falta que los reivindicamos como modelos válidos de gestión cultural con un claro impacto en nuestras comunidades. Conectar las viejas tradiciones y folclore con los nuevos lenguajes tendría que ser la tónica general.
En momentos en que la extrema derecha se ha hecho presente en la calle de forma impune y descarada, ahora volvemos a decir alto y fuerte que la cultura puede ser el mejor argumento para combatir el totalitarismo y la xenofobia. Con la cultura podemos dialogar, reclamar las libertades. Y sobre todo la cultura permite reencontrarnos, construir imaginarios comunes y buscar aquello que nos une más que acentuar nuestras diferencias.
Estas son algunas de las razones –hay más- que se encuentran en este manifiesto de Cultura15; lo hemos hecho llegar a los partidos y coaliciones electorales que se presentan a las próximas elecciones municipales del 2019. A ellos también se los hemos pedido que se comprometan a incrementar de forma progresiva, durante los cercanos cuatro años, los recursos económicos y materiales destinados a la cultura local intentando llegar a un 15% del presupuesto municipal. También pedimos incrementar hasta los 500.000 euros anuales los programas de subvenciones y convenios culturales. Y como propuesta final, reclamamos poner a disposición del tejido cultural local espacios de titularidad pública para su gestión colectiva. Las fábricas de Can Xalant, Can Minguell, Can Marfà y la Vapor Gordils entre otros tendrían que ser espacios, también y como mínimo, total o parcialmente para la cultura.[banner-AMP_5]
Somos una treintena de creadoras y creadores vinculados a la ciudad de Mataró los que ya hemos firmado el manifiesto; desde la escritora Care Santos al comisario Manel Guerrero; desde la librera Núria Dòria al músico Raul Sala; desde la actriz Clara de Ramon a la artista visual Josep Maria Codina; desde el dramaturgo Carles Maicas hasta la bailarina Bàrbara Martín; desde DJ Swet hasta la directora Lupe Pérez. Queremos ser muchas más. El llamamiento a sumar adhesiones continúa abierta.[banner-AMP_6]
La cultura es una de las grandes oportunidades de la ciudad. Apostar sin dilaciones ni excusas y con imaginación y generosidad se convierte, en los tiempos actuales, en una prioridad política imprescindible. Nos va la propia noción de ciudad. La cultura es nuestra gran oportunidad.