El Ayuntamiento tiene que jugar un papel preponderante en la promoción de la cultura municipal o bien se tiene que limitar a ser subsidiaria de la iniciativa privada? Esta fue la pregunta que marcó gran parte del debate electoral que tuvo lugar ayer jueves, día 28, al Casal Nueva Alianza, en el entorno de las políticas culturales, que reunió representantes de siete candidaturas (PSC, CiU, PP, ICV-EUiA, ERC, CUP y Mataronins). El acto, organizado por la Asociación de Profesionales de la Gestión Cultural simultáneamente a una quincena de municipios de Cataluña, y moderado por Jaume Calsapeu, reunió en la capital del Maresme una treintena de personas y puso de manifiesto las divergencias de los modelos culturales de cada partido. Mientras formaciones como ICV o ERC apostaban claramente por el protagonismo central que tiene que tener el consistorio en este ámbito, CiU, PP y Me ns se aliaban en una visión mucho más liberal que entiende que las políticas públicas en el ámbito cultural en ningún caso tienen que suplantar la iniciativa privada, tan sólo complementarla.
"Entendemos la cultura como un bien público y por lo tanto las administraciones públicas tienen que tener una posición potente", dijo Carles Spa, representando de ICV. Por el contrario, José Manuel López (PP) dejó claro que el Ayuntamiento tiene que ser "subsidiaria" de la iniciativa privada. El regidor no adscrito Pau Mojedano (Me ns) fue más lejos y aseguró que las iniciativas culturales "no tienen que costar dinero" a los ciudadanos, a pesar de matizar después de que sí hace falta inversión pública "para construir equipamientos o potenciar el patrimonio arquitectónico". Desde el PSC, Consuelo Prados se posicionó más a favor de un papel preponderante del sector público. "Queremos una cultura libre, sin tutelar, pero sí que requiere dinero público, entendidos tanto más cuanto una inversión que como un gasto", dijo. El historiador Ramon Reixach, representando de CiU, reconoció que el Ayuntamiento tiene que "hacer cosas", pero reclamó que la cultura, especialmente aquella de raíz popular "surja de la sociedad civil" porque si no "caemos en una contradicción".
Más allá de la dimensión pública y privada de la promoción cultural, el acto sirvió para conocer los programas electorales en materia de cultura de las candidaturas representadas. Prácticamente todas ellas coinciden en la necesidad de combatir las carencias en materia de equipamientos, especialmente en cuanto al mapa de bibliotecas y a la necesidad de un nuevo teatro auditorio. Pero también son conscientes que la situación económica actual no permite hacer volar palomos. ""Hace falta un baño de realismo y huir de las inercias preelectorales de prometer que haremos muchas cosas, porque la realidad económica nos lo impide", apuntó Sergi Penedès, actual regidor de Cultura y representante de ERC. Otro punto de coincidencia fue la necesidad de entender la Cultura como una herramienta de cohesión social. Los partidos del arco de centro-derecha hicieron hincapié al potenciar aquellos acontecimientos culturales que se puedan ligar a la promoción económica de la ciudad. Desde el PSC, Consuelo Prados propuso un "pacto por la cultura" que reúna todos los agentes culturales de la ciudad. Toni Vidal (CUP) reclamó que se acabe con la "política de escaparate" y se dé más apoyo a "la cultura de base, popular y de formación". Carles Spa, mientras tanto, defendió que hay que "reforzar el binomio educación-cultura" y Penedès optó por "relligar parte de la cultura con los grandes proyectos estratégicos de ciudad, como es la apuesta por el audiovisual".
"Entendemos la cultura como un bien público y por lo tanto las administraciones públicas tienen que tener una posición potente", dijo Carles Spa, representando de ICV. Por el contrario, José Manuel López (PP) dejó claro que el Ayuntamiento tiene que ser "subsidiaria" de la iniciativa privada. El regidor no adscrito Pau Mojedano (Me ns) fue más lejos y aseguró que las iniciativas culturales "no tienen que costar dinero" a los ciudadanos, a pesar de matizar después de que sí hace falta inversión pública "para construir equipamientos o potenciar el patrimonio arquitectónico". Desde el PSC, Consuelo Prados se posicionó más a favor de un papel preponderante del sector público. "Queremos una cultura libre, sin tutelar, pero sí que requiere dinero público, entendidos tanto más cuanto una inversión que como un gasto", dijo. El historiador Ramon Reixach, representando de CiU, reconoció que el Ayuntamiento tiene que "hacer cosas", pero reclamó que la cultura, especialmente aquella de raíz popular "surja de la sociedad civil" porque si no "caemos en una contradicción".
Más allá de la dimensión pública y privada de la promoción cultural, el acto sirvió para conocer los programas electorales en materia de cultura de las candidaturas representadas. Prácticamente todas ellas coinciden en la necesidad de combatir las carencias en materia de equipamientos, especialmente en cuanto al mapa de bibliotecas y a la necesidad de un nuevo teatro auditorio. Pero también son conscientes que la situación económica actual no permite hacer volar palomos. ""Hace falta un baño de realismo y huir de las inercias preelectorales de prometer que haremos muchas cosas, porque la realidad económica nos lo impide", apuntó Sergi Penedès, actual regidor de Cultura y representante de ERC. Otro punto de coincidencia fue la necesidad de entender la Cultura como una herramienta de cohesión social. Los partidos del arco de centro-derecha hicieron hincapié al potenciar aquellos acontecimientos culturales que se puedan ligar a la promoción económica de la ciudad. Desde el PSC, Consuelo Prados propuso un "pacto por la cultura" que reúna todos los agentes culturales de la ciudad. Toni Vidal (CUP) reclamó que se acabe con la "política de escaparate" y se dé más apoyo a "la cultura de base, popular y de formación". Carles Spa, mientras tanto, defendió que hay que "reforzar el binomio educación-cultura" y Penedès optó por "relligar parte de la cultura con los grandes proyectos estratégicos de ciudad, como es la apuesta por el audiovisual".