La danza tomó ayer miércoles La Riera y sus establecimientos comerciales como escenario para celebrar su Día Internacional. Una original propuesta protagonizada por los bailarines de la compañía Arte Tránsito Danza, que se inició con la ejecución de sorpresivas coreografías en escaparates de espacios como Intersport, Can Miracle, Robafaves o la Granja Caralt, y que finalizó con la lectura del manifiesto de la Fiesta a cargo de la coreógrafa mataronina Maria Rovira, delante del Ayuntamiento. Una de las que más éxito tuvo fue la de la Granja Caralt, donde los seis bailarines de Tránsito congregaron un numeroso público con una serie de coreografías que jugaban con los elementos de su terraza, café y cruasanes incluidos. Funcionó tanto bien que la compañía decidió improvisar una nueva representación a las puertas del Ayuntamiento, justo después de la lectura del manifiesto.
En el resto de escaparates, los bailarines ejecutaron las coreografías en parejas, con altavoces que proyectaban la música al exterior y servían de cebo a los passejants. Muchos de ellos, que no estaban enterados de que se estaba celebrando, se fueron acumulando en varios momentos de la tarde en los escaparates que colaboraban en la iniciativa. La conmemoración del Día Internacional de la Danza también contó con la participación de alumnas del aula de Teatro. Durante cerca más de una hora, a la plaza de la Pescadería, miembros del grupo de gente mayor del aula explicaron cuentos a los peatones, que fueron "coreografiats" por los alumnos de los cursos de danza.
A las ocho de la tarde se procedió a la lectura del manifiesto de este año, que en esta ocasión ha sido escrito por Alkis Raftis, Presidente del Consejo Internacional de la Danza. La Fiesta, que se celebra cada 29 de abril, ha querido poner de manifiesto este año el valor social de la danza. Por eso, el manifiesto leído por Rovira apuntó que el futuro de esta disciplina "radica en las personas que no bailan" y que la lucha que hay que seguir es ampliar sus límites "para cambiar la percepción actual de aquello que es un bailarín". El manifiesto considera que la itnegració a través de la Danza de los hasta ahora excluidos "no sólo es un deber moral, sino que también abre una gran puerta de salida en tiempo de crisis económica y paro". Un grito a la danza integradora, que se trajo a la práctica cuando los bailarines de Tránsito invitaron a bailar con ellos a los espectadores cuando repitieron la coreografía que habían llevado a cabo hacía unas horas a la granja Caralt.
En el resto de escaparates, los bailarines ejecutaron las coreografías en parejas, con altavoces que proyectaban la música al exterior y servían de cebo a los passejants. Muchos de ellos, que no estaban enterados de que se estaba celebrando, se fueron acumulando en varios momentos de la tarde en los escaparates que colaboraban en la iniciativa. La conmemoración del Día Internacional de la Danza también contó con la participación de alumnas del aula de Teatro. Durante cerca más de una hora, a la plaza de la Pescadería, miembros del grupo de gente mayor del aula explicaron cuentos a los peatones, que fueron "coreografiats" por los alumnos de los cursos de danza.
A las ocho de la tarde se procedió a la lectura del manifiesto de este año, que en esta ocasión ha sido escrito por Alkis Raftis, Presidente del Consejo Internacional de la Danza. La Fiesta, que se celebra cada 29 de abril, ha querido poner de manifiesto este año el valor social de la danza. Por eso, el manifiesto leído por Rovira apuntó que el futuro de esta disciplina "radica en las personas que no bailan" y que la lucha que hay que seguir es ampliar sus límites "para cambiar la percepción actual de aquello que es un bailarín". El manifiesto considera que la itnegració a través de la Danza de los hasta ahora excluidos "no sólo es un deber moral, sino que también abre una gran puerta de salida en tiempo de crisis económica y paro". Un grito a la danza integradora, que se trajo a la práctica cuando los bailarines de Tránsito invitaron a bailar con ellos a los espectadores cuando repitieron la coreografía que habían llevado a cabo hacía unas horas a la granja Caralt.