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La fábrica es historia

La llegada del Corte Inglés a la esquina entre la calle Miquel Biada y la ronda Alfons XII sentencia el futuro de Can Fàbregas y de Caralt.

Construida el 1879 como edificio de la Harinera Mataronesa, la fábrica conocida como Fàbregas y de Caralt es obra del maestro de obras Ignasi Caballol y el ingeniero Alfons Flaquer, que diseñaron un edificio que es un ejemplo de la arquitectura fabril de la segunda parte del siglo xix. Se trata de una fábrica manchesteriana que sigue la corriente del academicismo ochocentista y consta de una nave principal, dos naves laterales y unas edificaciones como portería, con la chimenea detrás. Precisamente en las últimas semanas, partidos políticos cómo ERC o el PP han presentado alternativas para preservar la chimenea si finalmente se derroca la fábrica.

La fábrica, hecha construir por la empresa Larroca y Compañía, es una harinera que se abre para hacer frente al aumento de la población y el consiguiente crecimiento de la demanda de pan durante la segunda mitad del siglo, en un momento en que el molino de en Llauder había quedado como la única industria de producción de harina a la ciudad. La construcción de la fábrica obligó a reformar el Plan del Ensanche de la ciudad para poder encabir el edificio en un conjunto de calles que le quedaban pequeños: el plan preveía una calle que partiera la isla de casas en dos, pero finalmente no se llevó a cabo porque la fábrica tuviera el «desofec y la capacidad necesarias para esta clase de establecimientos», tal como se especifica en el proyecto de construcción.

Su construcción se enmarca dentro de la sustitución de los molinos tradicionales por molinos de vapor más productivos. En este caso, la Harinera Mataronesa tenía cinco piedras movidas por la fuerza del vapor.

Antoni Larroca fue el primer propietario de la fábrica. El conjunto fue cambiante de manso y el 1890 aparece con el nombre de Martin y Compañía. El año 1928 ya consta como fábrica Fàbregas y de Caralt; es en este año que se hace una ampliación del edificio: se construyen dos edificios de planta baja que se añaden a las naves que ya había. Se hicieron otras modificaciones en 1962, cuando se construyó una caseta de estación de transporte y, diez años más tarde, se amplió el local comercial de la calle Biada con la ronda Alfons XII.

El historiador del arte Gener Salicrú, autor de un informe exhaustivo sobre el edificio para la plataforma Salvamos Can Fàbregas, destaca el tratamiento de la totxana con bicolor, las cornisas dentadas y los propileos como elementos destacados de la arquitectura de la fábrica. Por Salicrú, Can Fàbregas y de Caralt es «una pieza clave del patrimonio industrial de Mataró» y recuerda que el Plan Especial del Patrimonio Arquitectónico de Mataró la cita como una de las naves «más representativas de la industrialización del siglo pasado en Mataró». Por Salicrú, el elemento que más claramente expresa el clasicismo de la fábrica es «la figura de los tímpanos de forma triangular que coronan las cubiertas del edificio a doble vertiente, tanto de la nave principal como de las laterales». Otro disparo distintivo es la articulación de la fachada, entre cuerpo central y laterales.

Otra característica del edificio que hace que Salicrú considere necesaria su preservación es el hecho que se trata de «el único ejemplar catalogado de nave industrial ochocentista concebida para una actividad industrial no relacionada con el textil».

Entre las fábricas harineras, pero Can Fàbregas y de Caralt también tiene su singularidad: «Las harineras catalanas más conocidas son todas de principios del siglo xx, con un estilo postmodernista, muy vistoso y fantasiós, en cambio esta es más sobria, más academicista a haberse construido en el siglo xix». La única otra harinera mataronina que tiene las naves catalogadas es la Harinera Ylla, pero no se trata de una fábrica construida al siglo xix, sino el 1948.

El maestro de obras
Ignasi Caballol y Sala (1824-1882) aparece al Plan Especial del Patrimonio Arquitectónico como uno de los tres arquitectos destacados de los siglo xix en Mataró, junto con Elies Rogent y Jeroni Boada. Es autor de numerosas casas de cós (características del Mataró de finales del siglo xix y buena parte del xx), del edificio de cuerpo de bomberos a la calle Bonaire y de la puerta de entrada al cementerio, además de otras fábricas de la ciudad que hoy ya no existen (Esquerra, Fontanals o Cuadrada Crujiente). Caballol también participó activamente en la reforma del Ayuntamiento hecha por el arquitecto Miquel Chaparral y Roca y, como agrimensor, hizo el plano geométrico de la ciudad el 1852, uno de los primeros planos de cartografía parcel·lària fuera de Barcelona. Más allá de su carrera de maestro de obras, Caballol fue miembro cofundador de la Sociedad Mataronesa de Amigos de la Instrucción, con sede al Ateneo Mataronès, y fue nombrado regidor del Ayuntamiento el 1868, después de la Revolución de Septiembre.

Datos confusos
En el Catálogo de Patrimonio no hay una información exhaustiva sobre la fábrica Fàbregas y de Caralt. No consta que sea obra de Caballol e incluso supone que se construyó en los alrededores de 1920. Las investigaciones hechas por la Plataforma al poco de constituirse han confirmado el que apuntaban algunos historiadores locales: el edificio se construyó el 1879 y Caballol fue el maestro de obras.

Chimeneas en el catálogo
El Catálogo del Patrimonio Arquitectónico de Mataró designa un total de once chimeneas pertenecientes a varios conjuntos industriales históricos de la ciudad, siete de las cuales representamos aquí en imágenes. El catálogo dedica una sección especial a las chimeneas en si, separándolas de los edificios fabriles. En el caso de Can Fàbregas, por ejemplo, la fábrica y la chimenea reciben un nivel diferente de protección.