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Asmaa Aouattah

La imagen de la comunidad marroquí

Hemos sido viviendo en los últimos años, sobre todo después del inicio de la crisis económica, acompañada de un cierto puritanismo étnico, una estigmatizació sin precedentes de las comunidades de ciudadanos y ciudadanas, proveniente otros países, mediante un discurso que los atribuye todos los males del mundo: la crisis económica, la carencia de civismo y seguridad, la carencia de integración, el bajo nivel de estudios del alumnado autóctono,….por poco también el cambio climático y sus consecuencias.

Como persona perteneciente a estas comunidades, observaba todo esto con ojos de tristeza y decepción. Lamentaba mucho la dirección verso la cual va el estado de convivencia para el cual ha trabajado mucha gente día detrás día, la facilidad con la que la gente se da el derecho de acusar, generalizar y olvidar que en un momento dado, estas comunidades han contribuido a construir el país con sudor y sangre, cuando la gente autóctona se negaba a ejercer trabajos poco cualificados y poco pagadas. Me extrañaba mucho que Cataluña la acogedora aconteciera de repente excluyendo cómo si nada. Me indignaba que la pirámide de valores y principios que Europa ha forjado y de los cuales se enorgullece (oi que Cataluña es Europa?) fuera concebida en clave etnocèntrica al estilo de "los de casa primero",…etc, etc, etc.

Pero todavía me faltaba un poco de inteligencia para descubrir que de todas las comunidades de los desgraciados inmigrantes, una es más estigmatizada y culpabilitzada y puesta en cuadragésima. Esta es la comunidad marroquí, o más muy dicho la comunidad de los moros y moras (la fruta no).

Frases como "Mora, guerra al moro", "muero de mierda", "los fraudes en el PIRMI y los marroquíes", "me preocupa que nazcan más Mohameds que Jordis" y otros que se siendo últimamente, no dejan ningún lugar a duda que la comunidad marroquí está en su punto de mira de manera especial. Esto está ayudando al resurgimiento del odio histórico hacia el moro. Al moro que luchó contra el colonialismo español y que fue arrastrado a enrolarse en las tropas franquistas en la guerra civil española (el moro que trajo Franco). Todo esto resulta que todavía vive en la memoria colectiva, alimenta odios y distorsiona realidades. Todo esto, lo tienen que pagar los descendentes de este moro, cada vez que surge una crisis económica.

Resulta que los y las descendentes de los moros hemos elegido este país para vivir, nos esforzamos para conocerlo, estimarlo e integrarnos. Nos hemos creído el discurso de "sumar y no restar" y hemos sido todo este tiempo sumando y considerarnos unos más de aquí a pesar de una ley que nos recuerda en cada momento que somos extranjeros.

Entre nosotros hay la persona ladre, la hipócrita, la aprofitadora…pero también la trabajadora, la voluntaria en entidades sin ánimos de lucro (basta con consultar el número de entidades de gente de origen marroquí), la escritora en las lenguas autóctonas, la ganadora del maratón escolar, y a pesar de todas las dificultades legales y sociales, la médica, la profesora, etc, etc, etc. Porque sólo se presenta como mendigants y aprofitadors? Porque no se nos considera integrados? Porque se distorsiona tan la realidad?

Estamos a pocos días del 2012, año en que se cumple el centenario del colonialismo español en el Marruecos. Hace 100 años, nuestros abuelos y abuelas fueron matados, detenidos, confiscadas sus tierras y bombardeados con armas químicas prohibidas internacionalmente. Porque el trato oficial con los marroquíes no es el mismo que con las personas venidas de las excolònies españolas en América Latina? Porque España no pide perdón para los crímenes cometidos en el Marruecos?

Y después de todo esto, los moros y moras tenemos que pagar tan puesto que el precio de unas relaciones históricas desequilibradas y asimétricas?

Me parece que falta mucho coraje para afrontar nuestro pasado con valentía y avanzar hacia el futuro común, faltan lecturas objetivas y científicas a los hechos históricos que unen "moros" y "cristianos", falta resaltar más los aspectos positivos de estas relaciones históricas y olvidarse de los negativos, (descubriremos que somos tan unidos hasta el punto que no sabemos del cierto quién de nosotros es moro de origen y quien no), falta una sería y responsable reconsideración del ciudadano de origen marroquí (y también otros orígenes)…porque si no, los pequeños Mohameds aprenderán muy temprano que no son de aquí y que por lo tanto no vale la pena integrarse. Así la convivencia y la cohesión social peligran y costará mucho restablecerlas.