Un mes de junio lleno de luz y de color, reflejados a través de la obra de la mataronina Marisa Blasco. Así se presenta la nueva exposición del Espacio Renacuajo, que se inaugura el viernes 29 de mayo. Blasco ya conoce la sala, en 2003 ofreció su primera exposición individual. Ahora vuelve con la muestra "Azul íntimo", que reincide en sus temas favoritos: bodegons y paisajes en que la luz y el color juegan un gran protagonismo. "Creo que con el paso de los años he ganado seguridad y fuerza, y también color", explica el artista. El uso de la espátula en los últimos tiempos lo ha ayudado a dar "más valentía y fuerza" a su pintura. A la hora de definir su trabajo, Blasco explica que su objetivo es "trascendir más allá de aquello que se refleja". No se limita a representar una serie de objetos o un paisaje concreto, sino que quiere ir más lejos. Cómo explica su marido, el también pintor Carlos Soriano, la pintura de Blasco "quiere hacer poesía dentro de las cosas que pinta, su sentido estético y poético es mucho más importando que no la representación de figuras y objetos concretos".
El artista se siendo muy deudora, y no tiene ningún problema al reconocerlo, de los maestros que ha tenido: el propio Soriano al principio, y después Guerau Calabria, Albert Alís y Marta Duran, con quien todavía sigue. Alís y su espectacular dominio de la luz, y la enorme paleta de colores de Duran, así como su empujón, han ayudado mucho Blasco a llegar donde se encuentra ahora. "Con el que he aprendido de ellos dos, creo que ya no me hace falta nada más", apunta. "Me encanta ir a clase, me ayuda a tener disciplina y es una actividad que recomienda a todo el mundo", destaca.
Viernes, día 29. A 2/4 de 8 de la tarde al Espacio Renacuajo (C/ Santo Benet, 14-16)
El artista se siendo muy deudora, y no tiene ningún problema al reconocerlo, de los maestros que ha tenido: el propio Soriano al principio, y después Guerau Calabria, Albert Alís y Marta Duran, con quien todavía sigue. Alís y su espectacular dominio de la luz, y la enorme paleta de colores de Duran, así como su empujón, han ayudado mucho Blasco a llegar donde se encuentra ahora. "Con el que he aprendido de ellos dos, creo que ya no me hace falta nada más", apunta. "Me encanta ir a clase, me ayuda a tener disciplina y es una actividad que recomienda a todo el mundo", destaca.
Viernes, día 29. A 2/4 de 8 de la tarde al Espacio Renacuajo (C/ Santo Benet, 14-16)