Un grupo de vecinos del barrio de Rocafonda ha convocado por este domingo, día 30, una concentración ciudadana para denunciar los problemas de seguridad, convivencia y civismo que sufre el barrio. Una situación que viene de lejos pero que, según denuncian los propios convocados, vivió su punto culminando el verano pasado. Una agresión a un vecino del barrio, presuntamente por parte de un grupo de jóvenes de origen magrebi, desembocó en escenas tensión a las calles, que obligó a la intervención de los Mossos d'Esquadra. El descontento de muchos vecinos de Rocafonda por la situación que se vive en el barrio es patente desde hace mucho tiempo, y ahora han decidido decir bastante. Aseguran que la marcha será silenciosa y pacífica, y reclaman que a las autoridades que los escuchen de una vez y pongan solución. El trasfondo de esta protesta es la situación social muy compleja. Rocafonda es uno de los barrios con más densidad de población de Cataluña, con problemas estructurales y urbanísticos evidentes a pesar de la intervención de la Ley de Barrios. El porcentaje de población inmigrante es lo más elevado de la ciudad, y las cifras de paro doblan las del conjunto de la ciudad. La crisis económica hace estragos, y a esto se suman los problemas de convivencia entre las diferentes culturas que viven y una sensación creciente de inseguridad, fruto de incidentes como la crema de varios vehículos de hace una semana. Un polvorín, en definitiva, que se puede encender con cualquier chispa surgida de un incidente aislado y tener efectos devastadores. Por este motivo, tal y cómo reclaman los vecinos, las autoridades ya no pueden seguir mirando hacia otro lugar. Pero los propios residentes en el barrio tampoco pueden caer en la tentación de buscar respuestas simples ni cabes de turco por la difícil situación que viven en sus calles. Que no se dejen manipular, porque detrás de los severos miedos, sufrimientos e incertidumbres hay muchas más causas y culpables que el colectivo concreto a quién muchos los invitan a señalar.
