Carregant...
-

J.V.

La noche en velatorio de los cinéfilos

Una pandilla de mataronins aficionados en el cine han seguido durante toda la noche la ceremonia de entrega de los Oscars de Hollywood

Palomitas, patatas, galletas, caramelos y litros de café. Y mucha pasión por el cine. Sólo con estos ingredientes pueden afrontar la larga noche en velatorio los forofos que siguen la ceremonia de entrega de Oscar de Hollywood. Esto lo saben muy bien la pandilla de cinéfilos que desde hace seis años se reúnen la noche de Oscar en casa de en Jacinto Fornols, director del programa de cine Última Sesión. Entre los asistentes, algunos miembros de la comisión de Cine del Patronato de Cultura y también colaboradores del magazin cinematográfico de Televisión de Mataró.

La ceremonia ha empezado oficialmente a las dos de la madrugada y se ha alargado hasta las cinco y media, pero la gran fiesta del cine, por estos mataronins, ya hacía horas que estaba en marcha. «La noche de los Oscars siempre quedamos para cenar y aprovechamos para hacer la porra, es un ritual», explica Jesús Gonzàlez, miembro de la comisión de cine y todo un habitual de este maratón. Alrededor de una mesa presidida por unas reproducciones de los Oscars de plástico, los presentes -siete al principio, a pesar de que sólo cinco han aguantado hasta el final- han puesto por escrito sus pronósticos. Después de cenar, los dulces y el café han hecho más corta la espera.

Empieza la paseada de las estrellas por la estera roja. Es el momento de fijarse en los vestidos. "No se puede decir gran cosa, todo el mundo va o blanco o negro", comenta Anna Bruguera, otro miembro de la comisión que tampoco se ha perdido la noche con más estrellas del año. Por eso, la pandilla opta para comentar otros detalles, como por ejemplo la presencia de Àngels Barceló como comentarista de la gala junto a Jaume Figueras o las posibilidades de cada nominado de llevarse el premio. La ceremonia, presentada este año por primera vez por el periodista Jon Stewart, es amena y pasa rápido: "la noche ha sido rara, desconcertando, porque todo ha ido mucho tomada", valora Bruguera.

Entre risas y también entre algún bostezo traicioner ha llegado el momento de conocer la película vencedora. A la porra de estos mataronins la cinta Brokeback Mountain se imponía por agobiante mayoría. Por eso, cuando el actor Jack Nicholson ha anunciado el título de Crash como mejor película del año, la reacción ha estado de gran sorpresa. Sólo Gonzàlez, que había apostado ciegamente por Crash desde el principio, ha dado en el clave. Y gracias a su intuició, se ha proclamado vencedor de la porra. El resto, pero, también comparten la satisfacción de unos premios que este año han sido bastante justos: "Han querido dejar contento a todo el mundo y no han decepcionado a nadie", sintetiza Anna Bruguera antes de despedirse de los compañeros con la que ha sido una de las frases más repetidas de la velada: "buenas noches, y buena suerte".