La pseudogestació, que se suele denominar coloquialmente "embarazo psicológico", no es una enfermedad, sino una condición fisiológica (normal) de las perras no esterilizadas. Se suele dar a las perras unos 40-60 días después del celo, y los síntomas que aparecen cuando una perra tiene un embarazo psicológico, son los mismos que si la perra estuviera embarazada realmente: puede coger ropa o papeles y hacerse una madriguera en un lugar tranquilo del hogar, a veces se muestra más irritable, puede "adoptar" juguetes como si fueran crías, y presenta leche a las mamas. También puede comer menos o no comer, rechazar salir a pasear, y mostrarse más nerviosa.
Estos comportamientos pueden resultar molestos, pero si no hagamos nada, pasarán sólo después de un tiempo variable de unos días o semanas. Aun así, si estos síntomas son demasiado marcados o si la leche a las mamas provoca una inflamación o infección (mastitis), hay que tratar este estado de embarazo psicológico.
Hace una madriguera en un lugar tranquilo, presenta leche a las mamas o "adopta" juguetes como si fueran crías
Los tratamientos consisten al administrar inhibidores de la prolactina, que es la hormona que, al aumentar en el ciclo reproductivo normal del animal, provoca este problema. El inhibidor de la prolactina más habitual es la cabergolina.
Hay que tener en cuenta que normalmente el embarazo psicológico reaparecerá en cada ciclo de la perra (normalmente cada seis meses aproximadamente). La solución definitiva es la esterilización, que eliminará este problema por siempre jamás, además de presentar otros muchos beneficios. Es muy importante recordar que el hecho que una perra quede embarazada y tenga cachorros no impide en absoluto que en el futuro tenga embarazos psicológicos. Hace falta desterrar el mito de que las perras tienen que parir al menos un golpe a la vida.