Después de cinco años de larga crisis en todas las ciudades del país hemos podido observar como se iban cerrando negocios, cada vez más persianas bajadas, más carteles de "liquidación" o "se alquila" donde antes había una tienda, o unas oficinas de una caja de ahorros, esto ha pasado y está pasando, es el denominador común de cualquier crisis, una imagen terrible que se repite ciudad última ciudad a la cual cuesta acostumbrarse.
Es todavía un golpe más llevar, por el que representa como recuerdo colectivo, cuando cierra una empresa o establecimiento emblemático de una ciudad, y en el caso de Mataró, la crisis esta siendo especialmente dura.
Hace pocos meses varem saber que cerraba Robafaves, la librería de referencia a la comarca, Caja Laietana desapareció por motivos que ya conocemos, después la centenaria pastelería Can Miracle, también dejó el centro de la ciudad Secretos, o ahora hace unas semanas, la mítica tienda de música discos Trak, con más de treinta años en Mataró.
Estos cierres se añaden a la larga sangria producida por la crisis pero, como decíamos, no son unos cualquiera, nos afectan más y con la gran cantidad de locales vacíos y persianas cerradas hacen de Mataró una ciudad sin comercio, todas tienen explicaciones complejas, y el gobierno local té grande parte de responsabilidad, nunca ha dado respuesta a esta situación.
Tos el ciudadanos de Mataró sabemos la limitación que tiene la capital del Maresme a nivel comercial, sólo algunas calles como la calle Barcelona, la plaza de Cuba o, una parte de la Riera mantienen una regularidad comercial, garantizan, si es que se puede decir esto, una cierta garantía de éxito de ventas, lo dicen los mismos afectados, los empresarios y tenderos.
Cualquiera otra calle se una apuesta muy arriesgada, case imposible, todavía así, los alquileres en las zonas comerciales continúa siendo muy alto, y se difícil que se instalen negocios con costes muy altos teniendo en cuenta las pocas probabilidades de éxito a la ciudad, no se encuentran locales de calidad, ni de medidas proporcionales, algunos pequeños con distribuciones antiguas, algunos grandes a las afueras, muchos con aceras estrechadas, todos con zonas de aparcamiento imposibles, pasa un año detrás año y no hay una estrategia de ciudad, un plan estratégico comercial con criterio en Mataró, y esto no es por culpa de la crisis, ni ayuda a que dejen de cerrar empresas ni a instalarse de nuevas.
Es todavía un golpe más llevar, por el que representa como recuerdo colectivo, cuando cierra una empresa o establecimiento emblemático de una ciudad, y en el caso de Mataró, la crisis esta siendo especialmente dura.
Hace pocos meses varem saber que cerraba Robafaves, la librería de referencia a la comarca, Caja Laietana desapareció por motivos que ya conocemos, después la centenaria pastelería Can Miracle, también dejó el centro de la ciudad Secretos, o ahora hace unas semanas, la mítica tienda de música discos Trak, con más de treinta años en Mataró.
Estos cierres se añaden a la larga sangria producida por la crisis pero, como decíamos, no son unos cualquiera, nos afectan más y con la gran cantidad de locales vacíos y persianas cerradas hacen de Mataró una ciudad sin comercio, todas tienen explicaciones complejas, y el gobierno local té grande parte de responsabilidad, nunca ha dado respuesta a esta situación.
Tos el ciudadanos de Mataró sabemos la limitación que tiene la capital del Maresme a nivel comercial, sólo algunas calles como la calle Barcelona, la plaza de Cuba o, una parte de la Riera mantienen una regularidad comercial, garantizan, si es que se puede decir esto, una cierta garantía de éxito de ventas, lo dicen los mismos afectados, los empresarios y tenderos.
Cualquiera otra calle se una apuesta muy arriesgada, case imposible, todavía así, los alquileres en las zonas comerciales continúa siendo muy alto, y se difícil que se instalen negocios con costes muy altos teniendo en cuenta las pocas probabilidades de éxito a la ciudad, no se encuentran locales de calidad, ni de medidas proporcionales, algunos pequeños con distribuciones antiguas, algunos grandes a las afueras, muchos con aceras estrechadas, todos con zonas de aparcamiento imposibles, pasa un año detrás año y no hay una estrategia de ciudad, un plan estratégico comercial con criterio en Mataró, y esto no es por culpa de la crisis, ni ayuda a que dejen de cerrar empresas ni a instalarse de nuevas.