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S.F.

Las guinguetes de playa llegan tarde en verano

El error de licencias en el concurso para acceder a los bares de playa provoca que a pleno mes de junio todavía no estén todas operativas

Un error del Ayuntamiento de Mataró provocó que se tuviera que rehacer toda la adjudicación de los bares de playa y que estos se encuentren, en pleno mes de junio, sin haber abierto en su totalidad. La apertura prevista por el 1 de mayo acabó desestimada debido al error del departamento de licencias del Ayuntamiento de Mataró, que preparó un concurso a ocho años para poder pagar obras de cloacas y otros elementos de instalaciones, pero la nueva ley de costas de la Generalitat de Cataluña contempla que las adjudicaciones pueden ser de cuatro años como máximo, la mitad del que se hizo en la capital del Maresme A este problema se le han añadido otros, como por ejemplo que se tenía que eliminar una licencia en la playa de Santo Simó porque la Generalitat le dio permiso a un propietario de un terreno de la zona a abrir un negocio y la ley no permite tener guinguetes a menos de 100 metros de distancia.

Todo ello ha atrasado la temporada de los bares de playa, hecho que ha molestado a algunos de los propietarios de las licencias. "Hemos perdido 60 días de playa y hemos tenido que pasar por un concurso que nos ha salido casi por el triple del coste del que estaba previsto", explica Jordi, propietario de Bikini Beach  (al final de la playa a tocar de Llavaneres) y del nueve D Corner, que se encuentra junto a la Riera de Santo Simó donde tradicionalmente había la Escofina (que se ha trasladado a Canet). Según él, no se trata sólo de pagar más y de empezar tarde -todavía no tiene la instalación acabada y ya es junio- sino también "la desconfianza de parte del Ayuntamiento,obligándonos a pagar ciertas cosas por avanzado a pesar de todo el que ha pasado".

Por en Jordi, el tiempo juega en contra de los bares de playa, puesto que hay que "hacerlo muy bien en los 120 días que tenemos" si se quiere "recuperar la inversión que se ha hecho". "Y esto siempre que la climatología aguante  y no tenga un giro inesperado, porque si es así los únicos que ganan son los de la administración pública y los perjudicados son los usuarios, puesto que quizás hay que subir precios para poder cubrir gastos", añade. Desde Bikini Beach se muestran muy críticos con el que ha sucedido, puesto que ha ido "en perjuicio de todos, porque tenemos que empezar al máximo sin ningún tipo de rodaje".

Paco Mendieta abrirá un nuevo bar de playa en el terreno citado anteriormente, que es suyo desde hace casi dos décadas: "Es una reclamación de hace tiempo que por fin me han dado la razón", explica, a pesar de que también lamenta que el tema del concurso lo ha afectado de pleno, puesto que él se había presentado al primer concurso que se acabó frenando y esto "ha provocado que todos los negocios vayan con un mes de retraso". Por él, la clave está al "intentar plantear y gestionar todo esto durante el mes de diciembre y de enero, para no encontrarte sorprendidas desagradables como esta por haberse esperado en marzo". Su intención, en todo caso, es abrir un bar de playa este año y transformarlo en un restaurante de cara al año próximo.

Juan Carlos Amin es otro caso que ha visto perjudicado por el error administrativo con las concesiones, a pesar de que él ya abrió el 15 de mayo. "Hemos cogido un bar de playa que está al Varador y hemos hecho un cambio de nombre, pero a pesar de esto también estábamos dentro del pack de las nuevas licencias y por lo tanto no podíamos abrir antes como teníamos previsto", explica el propietario de Bululú, que considera que por "la incompetencia de alguien" se ha perdido por el camino un tiempo "precioso" para intentar facturar, cuando a todas las playas del cercando de Mataró ya hace "semanas que trabajan".

El mínimo coste posible
A pesar de que ha habido quejas en este sentido, el Ayuntamiento anunció ante la problemática ocasionada que su intención era que la licencia de bar de playa de este año tuviera el mínimo coste posible. También se anunció que se aplazaría la adjudicación de bares de playas al cercano 2016, cuando entonces sí que se hará un plan a cuatro años según la normativa de la Generalitat de Cataluña que contemple aspectos que estaban presentes en la anterior propuesta.