Escogida para inaugurar la reciente edición del Festival de Cine de San Sebastián, Promesas del este confima David Cronenberg como un director contundente en sus planteamientos, de una sencillez formal con una segunda lectura sobrecogedora. Y de nuevo, como ya hizo con Una Historia de Violencia, su mejor compañero de viaje parece ser un Viggo Mortensen con papeles que le calzan de fábula.
La violencia vuelve estar del todo presente en la puesta en escena de este film, con los turbios asuntos de la mafia rusa en Londres como telón de fondo. Recibimiento con muchos aplausos al certamen donostiarra, David Cronenberg respondía de este manera a las insistentes preguntas sobre su acercamiento al más explícito del enfrentamiento entre seres humanos: "si el que me pregunta se porque filmo la violencia de una manera tan extrema, la respuesta es que intento que mi público comprenda la realidad física del que es la violencia. Es la destrucción del cuerpo humano. No la trato como un acontecimiento cinematográfico, sino como un acontecimiento físico".
Una historia en la cual la intimidad y la vida al servicio de una causa oscura vuelven a estar en el centro del debate moral y vital. Viggo Mortensen encarna el chófer de una familia de mafiosos establecidos en la capital del Reino Unido. Su relación con Anna (Naomi Vatios) lo hará dudar entre el honor y el amor, entre el riesgo y el trabajo muy hecho según los códigos establecidos por el clan.
Favorita en San Sebastián, Promesas del Este se quedó a las puertas de conseguir una Cocha de Oro que finalmente fue a parar para Mil años de oración de Wayne Wang. Según la crítica, en la decisión del jurado pesó su condición de favorita y el hecho que los festivales suelen tener problemas para premiar películas de directores tan reconocidos como David Cronenberg. Parece que el prestigio de un certamen viene más bien para abrir los ojos a gente poco conocida que para consagrar directores que ya tienen una carrera consolidada. De todas maneras, parece que Cronenberg no decepciona con su acercamiento a la mafia rusa.
La violencia vuelve estar del todo presente en la puesta en escena de este film, con los turbios asuntos de la mafia rusa en Londres como telón de fondo. Recibimiento con muchos aplausos al certamen donostiarra, David Cronenberg respondía de este manera a las insistentes preguntas sobre su acercamiento al más explícito del enfrentamiento entre seres humanos: "si el que me pregunta se porque filmo la violencia de una manera tan extrema, la respuesta es que intento que mi público comprenda la realidad física del que es la violencia. Es la destrucción del cuerpo humano. No la trato como un acontecimiento cinematográfico, sino como un acontecimiento físico".
Una historia en la cual la intimidad y la vida al servicio de una causa oscura vuelven a estar en el centro del debate moral y vital. Viggo Mortensen encarna el chófer de una familia de mafiosos establecidos en la capital del Reino Unido. Su relación con Anna (Naomi Vatios) lo hará dudar entre el honor y el amor, entre el riesgo y el trabajo muy hecho según los códigos establecidos por el clan.
Favorita en San Sebastián, Promesas del Este se quedó a las puertas de conseguir una Cocha de Oro que finalmente fue a parar para Mil años de oración de Wayne Wang. Según la crítica, en la decisión del jurado pesó su condición de favorita y el hecho que los festivales suelen tener problemas para premiar películas de directores tan reconocidos como David Cronenberg. Parece que el prestigio de un certamen viene más bien para abrir los ojos a gente poco conocida que para consagrar directores que ya tienen una carrera consolidada. De todas maneras, parece que Cronenberg no decepciona con su acercamiento a la mafia rusa.