Los operadores de los establecimientos de playa han puesto el grito al cielo ante la propuesta del Ayuntamiento de Mataró de reducir las franjas horarias nocturnas y colocar limitadores de decibelios para controlar el ruido acústico. "Con esta medida, el que conseguirán es que crezca el botellón en las playas", asegura Paco Mendieta, del Tsunami. Así de claro lo tiene, puesto que "la gente marchará de los bares de playa y estará a la arena haciendo más sorollo y sin que nadie los pueda controlar". "La tendencia en las ciudades cambia, y antes había más tranquilidad y ahora se ha cogido cultura de ocio de playa por las noches", ha remarcado. Por Mendieta es absurdo que se reduzca el horario por la noche y también se limite la música: "si hacemos una cosa porque no haya contaminación acústica, no se entiende la otra".
Mendieta también cree que esto afectará al negocio, puesto que "dónde más margen tenemos es en las copas, si nos recortan por las noches va en contra de los beneficios que podemos extraer". Para no hablar de la instalación del limitador de decibelios, que Mendieta ha negado ser una inversión de 2.000 euros como decía el Ayuntamiento: "pedí un estudio y me sale por 3.000 euros como mínimo". El que también se pregunta el empresario del Tsunami es porque se quería "promover Mataró, noche y playa" y "abrirse al mar" si después "se recorta de este modo la oferta". En el mismo sentido se ha expresado Alejandro Moreno, de la Escofina, que afirma saber todas estas medidas por una reunión privada donde se los informó de todo. "No tenemos opciones a nada, sólo podemos luchar porque no se haga extensible al año próximo también", lamenta. El limitador de decibelios, en su caso, recuerda que "dobla la cifra dada por el Ayuntamiento", puesto que al precio del aparato "se tiene que sumar la instalación y la mano de obra del técnico". Además, Moreno asegura que además de un cliente "se lo tendrá que echar de la cena o del café" por el tema horario, puesto que en verano la gente "atrasa la comida de ni". "Y no marcharán del paseo marítimo, irán a la playa a seguir con el botellón", añade. Moreno duda que esto acabe "saliendo por anticipado a los vecinos".
Se salvan los monólogos
David Pecharromán, del Diablo Tum Tum, explica que los monólogos se mantendrán porque entran dentro de los horarios "previstos por los espectáculos en directo". Aún así, no se muestra satisfecho tampoco con la decisión, puesto que "el público del Vallès y zonas de fuera del Maresme que bajaba aquí ya no lo hará". Los motivos que esgrime son claros: "La gente viene después de cenar, e ir a Mataró por una hora u hora y media no los sale por anticipado". Pecharromán no está de acuerdo con el hecho que se los presentara la propuesta como "un tema cerrado" que "no cambiarán este año". "Tenemos una nueva cita prevista para hablar con la regidora Alícia Romero, a pesar de que ya tenemos claro que serán las normas por, como mínimo, este 2010".
Mendieta también cree que esto afectará al negocio, puesto que "dónde más margen tenemos es en las copas, si nos recortan por las noches va en contra de los beneficios que podemos extraer". Para no hablar de la instalación del limitador de decibelios, que Mendieta ha negado ser una inversión de 2.000 euros como decía el Ayuntamiento: "pedí un estudio y me sale por 3.000 euros como mínimo". El que también se pregunta el empresario del Tsunami es porque se quería "promover Mataró, noche y playa" y "abrirse al mar" si después "se recorta de este modo la oferta". En el mismo sentido se ha expresado Alejandro Moreno, de la Escofina, que afirma saber todas estas medidas por una reunión privada donde se los informó de todo. "No tenemos opciones a nada, sólo podemos luchar porque no se haga extensible al año próximo también", lamenta. El limitador de decibelios, en su caso, recuerda que "dobla la cifra dada por el Ayuntamiento", puesto que al precio del aparato "se tiene que sumar la instalación y la mano de obra del técnico". Además, Moreno asegura que además de un cliente "se lo tendrá que echar de la cena o del café" por el tema horario, puesto que en verano la gente "atrasa la comida de ni". "Y no marcharán del paseo marítimo, irán a la playa a seguir con el botellón", añade. Moreno duda que esto acabe "saliendo por anticipado a los vecinos".
Se salvan los monólogos
David Pecharromán, del Diablo Tum Tum, explica que los monólogos se mantendrán porque entran dentro de los horarios "previstos por los espectáculos en directo". Aún así, no se muestra satisfecho tampoco con la decisión, puesto que "el público del Vallès y zonas de fuera del Maresme que bajaba aquí ya no lo hará". Los motivos que esgrime son claros: "La gente viene después de cenar, e ir a Mataró por una hora u hora y media no los sale por anticipado". Pecharromán no está de acuerdo con el hecho que se los presentara la propuesta como "un tema cerrado" que "no cambiarán este año". "Tenemos una nueva cita prevista para hablar con la regidora Alícia Romero, a pesar de que ya tenemos claro que serán las normas por, como mínimo, este 2010".