El alcalde Joan Antoni Baron celebró miércoles, día 13, sus cinco años al frente del gobierno municipal. Lo hizo en un acto en el centro cívico de Rocafonda durante el cual también aprovechó para hacer balance de los dos años del actual mandato. El PSC de Mataró, organizador del acto, optó por un nuevo formato con el cual se intentó darle un aire más participativo y dinámico, que reforzara la imagen de Baron como un alcalde cercano a la ciudadanía. Ante más de un centenar de personas, entre las cuales había pocos representantes políticos más allá de los regidores, Baron compartió su protagonismo con una serie de ciudadanos, cuidadosament escogidos, que se encargaron de repasar el trabajo hecho a la ciudad y de pedirle al alcalde aquello que consideran que todavía queda para hacer. Pero las intervenciones, demasiado calculadas, sonaron un poco forzadas. Los elogios unánimes al trabajo hecho sirvieron como seguramente se pretendía- para empañar los reproches, que fueron pocos y amables. La imagen final quedaba lejos de la realidad que pleno detrás lleno tiene que afrontar el alcalde Baron y su gobierno: la de las numerosas y sonoras protestas de vecinos que le echan en cara la carencia de diálogo, y las discrepancias con la oposición por el modelo de ciudad. La necesaria autocrítica también brilló por su ausencia en el discurso que pronunció Baron. El alcalde volvió a defender los valores del esfuerzo y el trabajo como los grandes motores de impulso de la ciudad. Trabajo y esfuerzo, por un lado, y preocupación por la cohesión social y la convivencia, por otra, continúan siendo cinco años después las principales preocupaciones de un alcalde que intentó rebatir de nuevo las críticas que a menudo le hace la oposición por la supuesta carencia de proyecto. Lo hace con un repaso a las apuestas estratégicas de ciudad que tiene sobre la mesa: la llegada del Corte Inglès, el TecnoCampus, también el proyecto Mataró Marítimo y nuevas incorporaciones como la instalación de una universidad privada a la ciudad o el proyecto que hará que el Hospital de Mataró sea universitario. Baron repartió poca leña entre sus oponentes, y tampoco se entretuvo demasiado en las relaciones con los socios de gobierno. Volvió enseguida al discurso sobre el esfuerzo y el trabajo y acabó su parlamento manifestando su "compromiso" con los ciudadanos y su "predisposición" para seguir trabajando dos, y cinco años más, por Mataró.