Todos somos conocedores de la presencia de gatos a nuestra ciudad. Por algunos esta presencia se convierte en una gran molestia, y a otras estos conciudadanos felins los supone una compañía cargada de cierto romanticismo.
El que pocos conocen es el trabajo que se hace para traer un control ético y sanitario de la población de gatos a nuestra ciudad. El método, a grandes rasgos, consiste al capturar, esterilizar y devolver los gatos en la zona donde se han recogido. A nivel peninsular, este método se conoce como CES (capturar/esterilizar/soltar). Pero paralelamente hay toda una tarea organizativa y efectiva que permite que la población de gatos no se convierta en un problema por los ciudadanos. Se trata de identificar y ubicar los grupos de gatos de nuestra ciudad para poder cuantificar el número de animales que las conforman. Un golpe ubicadas, las alimentadores alimentan estos grupos (colonias controladas de gatos) con pienso seco y agua limpia, con el fin de evitar restos orgánicos y de impedir que los gatos busquen a la basura, asegurando de este modo la higiene y sanidad de la zona, al tiempo que se vela por la salud de los gatos de la colonia.
Los gatos de las diferentes colonias, se capturan para ser esterilizados y se devuelven en su zona, practicando a los gatos ya esterilizados un pequeño corte a la oreja para facilitar su identificación. Si las alimentadores localizan gatos enfermos, también son capturados, atendidos y tratados, y un golpe sanos, son devueltos. Además, los pequeños que nacen, a no ser que sean especialmente ferals, sueño retirados de las madres cuando ya tienen unos dos o tres meses, y son dados en adopción.
Actualmente hay dos factores que dificultan el control de la población de gatos a la ciudad: el abandono de gatos no esterilizados a las colonias, que provoca que se reproduzcan y creeïn nuevas colonias; y la falta de comprensión por parte de algunas personas, desconeixedores de este sistema, que denuncian la presencia de gatos no domésticos a una zona, pero costa de hacerlos entender la necesidad de volverlos un golpe esterilizados al mismo lugar.