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Ramon Bassas

Los logotipos de en Rovira-Requesón

El 1969, con motivo de la conversión de la antigua Caja de Ahorros de Mataró en la malaguanyada Caja de Ahorros Laietana, los direcius de la entidad bancaria encargaron al pintor Josep M. Rovira-Requesón, entonces un reputat diseñador gráfico en publicidad, que preparara un logotipo que diera identidad a los nuevos tiempos que se abrían por la institución. El resultado, unas características letras alrededor de un círculo, donde se encuadraba una mano cerrada sosteniendo una mata (símbolo genuino del escudo heráldico de Mataró), ha sobrevivido con algunos cambios hasta el abrupto final de la caja. Sobre todo las letras y el cuadro con la mata y el puño.

El autor de Laia el Arquera o de los murales de Tíntex que ahora hay en la Biblioteca Pompeu Fabra también es el autor del diseño de las cajas de turrones y de señores y señoras, al menos, que se dispensaban a la también recientemente malaguanyada pastelería Miracle (la versión actual del logotipo de la cual, si no me yerro, también había adapta él). Aquella locomotora Mataró (otro disparo de la identidad y orgullo local) que destinaba el vagón de carga al transporte de la saca con el escudo romboidal de Mataró que traen dos pasteleros grassonets, llena de colores, anunciaba el placer indescriptible, seguramente ya irrepetible, de su contenido.

No entraré aquí, a pesar de que seguramente sería lo más relevante, a pensar por qué estas dos entidades tan simbólicas, especialmente simbólicas de un tiempo y de una estructura social de la ciudad que ya no tronaran nunca más, han tenido que caer ahora, arrastradas con no demasiada dignidad por la crisis actual. Pero anuncio que hay tema de tesis. No, sólo quiero señalar que dos testigos de la época publicitaria de Rovira-Requesón, tan importante por la configuración de su particular lenguaje, están a punto de desaparecer, si no lo han hecho ya. De desaparecer como herramienta, no como pieza artística, espero (supongo que alguien guarda alguna caja o alguna cartilla de ahorros). Como herramienta, dique, de señalar aquel 'producto' como elemento significativo de Mataró.

Es por eso que hago dos propuestas. Una, a la Fundación Iluro, la entidad que se ha constituido para dar continuidad a la obra social de la antigua Caja Laietana. Ya sé que tienen otros dolores de cabeza. pero, hasta ahora (que yo sepa) no tienen logotipo. Los propongo que adopten el que desde 1969 luce Caja Laietana, al menos el famoso puño con la mata en un cuadro. Ejemplificaría, además del nombre, su compromiso con la ciudad y su historia y, de paso, homenajearíamos Rovira-Requesón recuperándolo para el uso cotidiano.

Dos, que alguien, quizás alguna otra pastelería ambiciosa, que hay más de una, recupere el diseño (al menos, si puede ser la receta, también) de las cajas de turrones, barquillos, señores y señoras y todo el que haga falta de la antigua pastelería Miracle, aquel casalot decorado con arabescos por Jeroni Boada (un atrevimiento, en Mataró) donde ahora ya hay una tienda de ropa clónica de un centenar otros repartidas por toda España. Por favor, un poco de orgullo.