Primer día. Primeros compañeros. Y primeros llantos. Los niños de las escuelas cuna privadas han vivido hoy la experiencia de ir a clase. En total han estado cerca de mil cuatrocientos niños y niñas de entre 0 y 3 años. "Ha sido un primer día normal", comenta Maite Montaner, presidenta de la Asociación de Escuelas Cuna Privadas de Mataró y coordinadora de la escuela cuna El Cascabel. "A menudo se hace un poco de historia de este momento, pero en realidad todo es bastante sencillo". " Al mío le ha ido muy bien. Él se va con todo el mundo", comenta la Iraida, madre de un mataroní de seis meses.
La entrada en la escuela cuna es para muchos niños el primer contacto con otros niños de su edad y la primera vez que se alejan del entorno familiar. Para evitar que el niño tenga la sensación que los padres lo abandonan muchas escuelas tienen un contacto previo con las familias y los explican como actuar el primer día. "Los recomendamos que no marchen de incógnito sino que se despidan de sus hijos. De este modo los pequeños lo entienden mejor", dice Montaner. "El adiós tiene que ser cariñoso y escuet", añade Elena Morata, coordinadora de la escuela cuna Pecas.
Todo y la buena predisposición de padres y maestros, hay niños que pasan un día traumático. "Una niña se ha pasado toda la mañana entera llorando. Al final ha caído rendida de cansancio", dice Morata. "Se tiene que entender. Se quedan en un entorno extraño y con personas extrañas".
Porque el primer día de separación no se haga tanto largo, algunos centros dejan que los padres o madres vayan un rato. Algunas madres se están todo el día. También para ellas es un día especial y se añoran. Otros se lo toman mejor. "Ha sido un descanso. La escuela cuna te permite traer unos horarios y coger la rutina del día a día. A nosotros, entre comillas, también nos va bien", comenta Iraida
Malestar entre los profesionales
A pesar de que la mayoría de escuelas cuna privadas tenían largas listas de espera el mes de febrero han llegado al inicio de curso con plazas vacías. La razón es que muchas familias acaban optando para entrar a las escuelas cuna públicas y abandonan la plaza que tenían reservada a la privada. El problema es que este paso se hace a menudo a finales de julio, cuando los centros privados ya no tienen tiempos de llenar las vacantes. "Es un contrasentido, porque después sentimos que hay déficit de plazas de escuelas cuna", opina Montaner.
Esta dinámica también provoca que algunos padres pierdan el dinero que han pagado por la prematriculació a la privada, un golpe saben que han aceptado su hijo a la pública. Muchos centros no devuelven el dinero porque a menudo no pueden volver a ocupar la plaza y se sienten perjudicados. .
Tuvimos reuniones con los responsables municipales de educación para saber si nos dejarían tener acceso a las listas de los admitidos a la pública y así poder saber qué niños fallarán. Porque hay familias que ni siquiera avisan", explica Montaner. Las conversas no llegaron a buen puerto pero la coordinadora de los centros privados dice que quieren volver a reunirse con el regidor, Pep Comas.
La entrada en la escuela cuna es para muchos niños el primer contacto con otros niños de su edad y la primera vez que se alejan del entorno familiar. Para evitar que el niño tenga la sensación que los padres lo abandonan muchas escuelas tienen un contacto previo con las familias y los explican como actuar el primer día. "Los recomendamos que no marchen de incógnito sino que se despidan de sus hijos. De este modo los pequeños lo entienden mejor", dice Montaner. "El adiós tiene que ser cariñoso y escuet", añade Elena Morata, coordinadora de la escuela cuna Pecas.
Todo y la buena predisposición de padres y maestros, hay niños que pasan un día traumático. "Una niña se ha pasado toda la mañana entera llorando. Al final ha caído rendida de cansancio", dice Morata. "Se tiene que entender. Se quedan en un entorno extraño y con personas extrañas".
Porque el primer día de separación no se haga tanto largo, algunos centros dejan que los padres o madres vayan un rato. Algunas madres se están todo el día. También para ellas es un día especial y se añoran. Otros se lo toman mejor. "Ha sido un descanso. La escuela cuna te permite traer unos horarios y coger la rutina del día a día. A nosotros, entre comillas, también nos va bien", comenta Iraida
Malestar entre los profesionales
A pesar de que la mayoría de escuelas cuna privadas tenían largas listas de espera el mes de febrero han llegado al inicio de curso con plazas vacías. La razón es que muchas familias acaban optando para entrar a las escuelas cuna públicas y abandonan la plaza que tenían reservada a la privada. El problema es que este paso se hace a menudo a finales de julio, cuando los centros privados ya no tienen tiempos de llenar las vacantes. "Es un contrasentido, porque después sentimos que hay déficit de plazas de escuelas cuna", opina Montaner.
Esta dinámica también provoca que algunos padres pierdan el dinero que han pagado por la prematriculació a la privada, un golpe saben que han aceptado su hijo a la pública. Muchos centros no devuelven el dinero porque a menudo no pueden volver a ocupar la plaza y se sienten perjudicados. .
Tuvimos reuniones con los responsables municipales de educación para saber si nos dejarían tener acceso a las listas de los admitidos a la pública y así poder saber qué niños fallarán. Porque hay familias que ni siquiera avisan", explica Montaner. Las conversas no llegaron a buen puerto pero la coordinadora de los centros privados dice que quieren volver a reunirse con el regidor, Pep Comas.