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V. B.

Los Pastorcillos ponen punto y final a la etapa Blanch

Antoni Blanch dirige por tercero y último año este clásico navideño, las riendas del cual irán a parar a manos de Josep Rodri el 2010

"Creo que hemos conseguido plasmar a escena unos Pastorcillos tal y como mí me gustan". Así lo afirma Antoni Blanch, director por tercero y último año de los Pastorcillos de Mataró, que se estrenan cómo es habitual por Santo Esteve a Sala Cabañes. Pasadas las fiestas navideñas, Blanch dejará a Josep Rodri, que asumirá la dirección del espectáculo a partir del curso próximo. De este modo, Blanch cumple un ciclo de tres años que le ha permitido consolidar su particular idea de los Pastorcillos. "Queríamos una obra que gustara a toda la familia, a los niños y niñas, a los hermanos grandes, a los abuelos y a las tietes", destaca. El director considera que el año pasado "ya se plasmó" esta imagen, y que este tercer año toca la "consolidación" llena. De hecho, desde que Sala Cabañes optó para establecer ciclos de directores para el gran espectáculo navideño mataroní, a mediados de años 90, Blanch ha sido el primero al hacerlo de tres años.

A pesar del esfuerzo que supone coordinar este multitudinario proyecto, en el cual toman parte alrededor de 350 personas de manera desinteresada, el director asegura que se lo ha pasado "la mar de bien". "Si miro atrás, bien es verdad que el balance es totalmente satisfactorio", destaca. Todo ello es posible, aun así, por el esfuerzo de todos los participantes de las 10 funciones que se hacen cada año, en especial del equipo directivo que acompaña Blanch, formado por Gemma Sancho en la dirección musical, Dúnia Roig a las coreografías y Miquel Rubio coma ningún técnico. "Si tuviéramos que hacer una lista de agradecimientos, no acabaríamos nunca", constata Blanch.

La voluntad de consolidar el "proyecto Blanch" hará que tan sólo los espectadores de ojo clínico noten las diferencias respecto a los Pastorcillos del año pasado. "A pesar de que hay algunos pequeños cambios, básicamente actores y actrices nuevos, mantenemos la línea de los últimos dos años", destaca. Los Pastorcillos, al fin y al cabo, no se caracterizan para ser un espectáculo novedós. Todo el mundo que va conoce el argumento, sabe quién son los bonos y los malos, y cómo acaba la función. El espectador no se planta a Sala Cabañes cómo si fuera a un estreno, sino que recurre a una tradición navideña, en Mataró tan arraigada como la cabalgata de los Reyes Magos, el escudilla y los turrones y barquillos de las grandes pastelerías locales. Es por eso que la obra es Patrimonio Cultural de la Ciutat desde el año 1981.

El espectáculo se podrá ver entre el 26 de diciembre y el 31 de enero, a lo largo de 10 funciones. El año pasado asistieron un total de 4.082 personas, cifra que se pretende igualar o superar esta temporada. Miles de personas que no se pueden resistir a ver representado, un año detrás el otro, el cuento escrito por Ramon Pàmies, con música de los maestros enric Tuesta, Felip Vilaró y Miquel Ferrer, y que en Mataró se trae al escenario desde 1916.

De Blanch a Rodri
Blanch dejará la dirección de los Pastorcillos y el relevo pasará a manso de Josep Rodri, uno de los nombres más destacados del teatro mataroní. Rodri conoce los Pastorcillos a la perfección, como "hombre de la casa" de Sala Cabañes. De hecho, de muy pequeño participó, cuando todavía se representaba la obra a La Saleta, haciendo de Niño Jesús o de Benjamín. Su trayectoria en el mundo cultural y teatral es de sobra conocida, especialmente gracias a montajes como Morir en Bagdad, Violencias o Làcrima, todos ellos estrenados con éxito en su ciudad.

Sábado 26. Primera función. A las 7 de la tarde a Sala Cabañes.