Los Renacuajos de Mataró pondrán casco a sus enxanetes y aixecadors. La decisión la han tomado esta semana los miembros de la Junta Técnica de la pandilla que implantarán la medida de inmediato. Los moratones ya han encargado las unidades y la intención es utilizarlos en las actuaciones de los días 26 y 27 de agosto al barrio mataroní de las Santas-Matadero Mataró y en Igualada respectivamente, las primeras después del fatídico accidente que costó la vida a la joven castellera Mariona Galindo.
Los moratones formaban parte de la veintena de pandillas sin casco que, junto con otras veinte pandillas con casco, participaban en el estudio que promueve la Coordinadora de Pandillas Castelleres y el grupo Fomento por la Ciencia en el Mundo Casteller para comparar la efectividad del modelo diseñado por la empresa NZI. «La muerte de Mariona lógicamente ha alterado el proceso y nosotros, que participábamos en el estudio sin casco, hemos decidido pasarnos al grupo que en puerta», ha explicado el capataz de los Renacuajos, Xevi Castellví.
El prototipo de casco se tenía que probar a principios de temporada, pero su implantación se atrasó porque se tenían que diseñar medidas adecuadas para todos los enxanetes y aixecadors, que pueden ser de diferentes edades en función de si suben a castillos de siete, de ocho o de nuevo. Cuatro pandillas pusieron a prueba las primeras unidades el pasado 14 de agosto.
Este prototipo, que ha tardado un año y medio a diseñarse, está pensado sólo para proteger los niños (los niños que coronan los dos últimos pisos del castillo), pero no por los dosos, la posición que ocupaba Mariona Galindo cuando cayó el pasado 23 de julio. El casco para los dosos, que es diferente del que protege los niños, forma parte de una segunda fase del estudio de la Coordinadora y el grupo Fomento por la Ciencia y la Salud en el Mundo Casteller. «Se tiene que prever que, fruto del accidente, se acelerará este nuevo prototipo», dice Castellví.
Pequeño y ligero
El casco que ha diseñado la empresa NZI de Yecla (Murcia) es pequeño, pesa poco y es cómodo de traer, a pesar de que los primeros a traerlo en plena actuación declararon que hacía mucha escalfor. Aún así, el diseño protege toda la cabeza sin impedir la visión y la audición de los niños, y tiene una estructura exterior blanda para no hacer daño a la piña en caso de caída. «No sabemos si el casco funcionará o no funcionará pero bienvenida sea la medida», ha dicho Castellví.
La prueba del casco es la parte final del estudio que se puso en marcha en 2002 y que ha analizado las lesiones de 145 niños de 21 pandillas diferentes, dentro y fuera de la actividad castellera. Aquellos trabajos concluyeron que haciendo castillos hay la mitad de posibilidades de hacerse lesiones que practicante otros juegos o deportes. Pero las posibilidades que afecten la cabeza, aunque sean leves, son más altas. Por eso se ha diseñado el casco especial.
Los moratones formaban parte de la veintena de pandillas sin casco que, junto con otras veinte pandillas con casco, participaban en el estudio que promueve la Coordinadora de Pandillas Castelleres y el grupo Fomento por la Ciencia en el Mundo Casteller para comparar la efectividad del modelo diseñado por la empresa NZI. «La muerte de Mariona lógicamente ha alterado el proceso y nosotros, que participábamos en el estudio sin casco, hemos decidido pasarnos al grupo que en puerta», ha explicado el capataz de los Renacuajos, Xevi Castellví.
El prototipo de casco se tenía que probar a principios de temporada, pero su implantación se atrasó porque se tenían que diseñar medidas adecuadas para todos los enxanetes y aixecadors, que pueden ser de diferentes edades en función de si suben a castillos de siete, de ocho o de nuevo. Cuatro pandillas pusieron a prueba las primeras unidades el pasado 14 de agosto.
Este prototipo, que ha tardado un año y medio a diseñarse, está pensado sólo para proteger los niños (los niños que coronan los dos últimos pisos del castillo), pero no por los dosos, la posición que ocupaba Mariona Galindo cuando cayó el pasado 23 de julio. El casco para los dosos, que es diferente del que protege los niños, forma parte de una segunda fase del estudio de la Coordinadora y el grupo Fomento por la Ciencia y la Salud en el Mundo Casteller. «Se tiene que prever que, fruto del accidente, se acelerará este nuevo prototipo», dice Castellví.
Pequeño y ligero
El casco que ha diseñado la empresa NZI de Yecla (Murcia) es pequeño, pesa poco y es cómodo de traer, a pesar de que los primeros a traerlo en plena actuación declararon que hacía mucha escalfor. Aún así, el diseño protege toda la cabeza sin impedir la visión y la audición de los niños, y tiene una estructura exterior blanda para no hacer daño a la piña en caso de caída. «No sabemos si el casco funcionará o no funcionará pero bienvenida sea la medida», ha dicho Castellví.
La prueba del casco es la parte final del estudio que se puso en marcha en 2002 y que ha analizado las lesiones de 145 niños de 21 pandillas diferentes, dentro y fuera de la actividad castellera. Aquellos trabajos concluyeron que haciendo castillos hay la mitad de posibilidades de hacerse lesiones que practicante otros juegos o deportes. Pero las posibilidades que afecten la cabeza, aunque sean leves, son más altas. Por eso se ha diseñado el casco especial.