El comercio de la ciudad tiene varios planes en marcha, y esto ya es novedad. Las buenas intenciones hay estado en otros muchos momentos, pero sobre la mesa hay propuestas concretas que pueden ayudar a cambiar la dinámica de los últimos años. Dos de ellas afectan directamente al comercio urbano. Por un lado, el Plan de Impulso del Centro, un proyecto ambicioso que pretende entregar el centro de la ciudad a los peatones y no a los vehículos, que quiere potenciar varios espacios y hacer que la movilidad y acceso sea más amable. Por la otra, la legislación que si ningún adelanto electoral –tampoco descartable- en el Parlamento de Cataluña lo impide, llegará con las APEU: una apuesta para convertir los comercios urbanos en espacios similares en los centros comerciales pero al aire libre.
Las dos propuestas tienen como objetivo impulsar y dinamizar el comercio de Mataró, golpeado y en horas bajas desde hace años. El hecho de poder organizarse como una área de actuación delimitada donde todo el mundo tiene que participar en derechos y deberes puede permitir que se avance y se creen acciones comunes para mejorar el atractivo de los comercios urbanos. No sólo en el centro, sino también en los barrios. En este sentido, a diez años ver este tipo de organizaciones por zonas tienen que permitir ofrecer una experiencia al comprador diferenciada y de calidad.
Por otro lado, también tendremos que tener definido y ejecutado qué será del Mataró Parco. La locomotora comercial quiere ampliar y el Ayuntamiento quiere que se amplíe, pero falta concretar cuando y de qué manera. El que sería muy optimista decir es que sabremos qué pasa con el Corte Inglés, pero esta es una previsión en la que mejor no mojarse. Por el que pueda ser.