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Anna Oliveras

Luchamos por el derecho a voto a todo el mundo

Estos días la sociedad "hierve" ante los comicios electorales y nos lo demuestra el aumento de casi 10 puntos en la participación de las últimas elecciones. En paralelo tenemos un 15% de la población en Cataluña, y en algunos pueblos o barrios se acerca al 30%, que queda totalmente al margen porque no tiene derecho a voto.

En el siglo XXI, siglo de las interconexiones y de la movilidad, la migración es un hecho cada vez más habitual. Todos conocemos personas que han marchado de su país buscando nuevas oportunidades, ya sea para mejorar las condiciones de vida, para tener trabajo, buscando refugio de situaciones humanamente insostenibles o bien por estudios, con expectativas de una vida diferente o para conocer otros mundos. Los motivos son muy diversos y no por eso se tienen que limitar los derechos de participación llena al lugar donde se reside.

A lo largo de la historia se ha justificado la primacía de algunos sectores autoproclamats superiores hacia otros colectivos que han sido excluidos del derecho a voto. En este sentido tenemos presente la larga lucha de las sufragistas hasta conseguir el derecho a voto femenino. Ahora nos toca hacer un nuevo salto evolutivo y adaptarnos al tiempo, modificando el esquema de ciudadanos de primera y de segunda. Votar es un derecho inherente a la persona y como tal, se tiene que vincular a la residencia reconocida mediante el empadronamiento.

El proceso para conseguir la nacionalidad es largo, burocrático y pesado. Hay personas que, después de vivir legalmente más de 10 años a nuestro país, con residencia fija y trabajo, todavía no tienen la nacionalidad. Cumplen con sus deberes, trabajan y pagan impuestos como nosotros y están privados del derecho de participación social y política, no pueden escoger sus representantes ni ser escogidos. Hay que revertir esta situación puesto que la legislación y la justicia afectan a todo el mundo, independientemente de la nacionalidad.

Las personas extranjeras, como colectivo, sólo se visibilitzen si pueden participar en la vida social y política en igualdad de condiciones de ciudadanía. Hay partidos políticos que conocen sus necesidades y las tienen en cuenta en los programas y actuaciones, pero lamentablemente hay otros que quieren ganar votos creando estereotipos, con mentiras y atiant rumores que extienden falsas alarmas y miedos a la población. Si las personas migrades votaran, además de poder elegir los representantes que mejor atenderían sus derechos, se acabarían los discursos racistas y xenófobos.

Cuando las personas y los colectivos sienten que forman parte de la sociedad porque disfrutan de los mismos derechos y deberes, se los respeta y se los tiene en cuenta, se crean vínculos que repercuten positivamente en la convivencia y el bienestar de toda la sociedad. Cuanto más implicación y participación, mayor cohesión.

La situación actual no es de Sufragio Universal, es de democracia excluyente. Sólo podemos hablar de democracia llena cuando todas las personas que habitan en un país tienen las mismas posibilidades de participar en la sociedad. El derecho a voto de toda la población es indispensable para consolidar y fortalecer la democracia.[banner-AMP_5]

La "Plataforma Voto para todo el mundo" se constituyó con el propósito de conseguir que el derecho a voto esté vinculado a la ciudadanía y no a la nacionalidad y así avanzar hacia una sociedad más justa y digna para todo el mundo, superando la xenofobia y el racismo. Será una mejora para todas y todos.