La cantante Lila Downs convirtió el pasado sábado, día 7, el Parque Central en una auténtica cantina mexicana. Y lo hizo desde la primera ranxera que interpretó ante las cerca de 1.200 personas que siguieron, absolutamente entregadas, el concierto que la artista mexicana ofreció en el marco del festival Cruce de Culturas. Entre los asistentes no faltaron numerosos mexicanos que se hicieron notar en base de gritos de Viva México y otros comentarios con los cuales expresaron su emoción colectiva, y que acabaron contagiando del mismo entusiasmo al resto de los asistentes al concierto.
Lila Downs, que subió al escenario del Parque Central cuando ya tocaban las doce de la noche, hizo levantar desde el primer momento a muchos de los presentes, que intentaron situarse de pie ante el escenario para poder bailar a ritmo de las ranxeres y mariachis. Pero los responsables de seguridad impidieron que la gente ocupara estas primeras filas y los concentraron en uno de los laterales, hecho que provocó protestas que los afectados manifestaron directamente a la cantante: "No nos dejan bailar, Lila", le hizo saber una chica del público. Pero aún así, la fiesta no decayó en ningún momento. Lila Downs, que hizo gala de una gran capacidad vocal y de una gran energía al escenario, ofreció un recital de poco más de una hora que incluyó dos bisos- en el cual interpretó temas propios, como en el divertida La cumbia del Mole, y grandes clásicos de la música mexicana, como la Tequilera o Paloma Negra. Apoyada por una excelente banda de músicos capaces de pasar de los ritmos mexicanos al jazz más puro, Downs también contó puntualmente con la colaboración de la banda Mariachis Semblanza, que volvieron a subir al escenario después del pequeño aperitivo de media hora que sirvió para calentar el ambiente del concierto antes de la actuación de Lila Downs y de sus teloners, los arenyencs Relk.
Con un retraso de media hora respeto el horario previsto y a pesar de algunos problemas de sonido, los diez componentes del Mariachis Semblanza supieron romper el hielo de un concierto que se preveía festivo desde el comienzo. Por eso, la propuesta intimista y poética de los arenyencs Relk, más apropiada por un local de pequeño formato, no acabó de funcionar entre un público con muchas ganas de gresca. Aún así, la banda liderada por Maira Comalat demostró su alto nivel en directo y la elegancia de su pop mediterráneo en un recital en el cual interpretaron los temas de su último álbum, Piedras Azules, en el cual de nuevo han contado como letrista con el escritor Jordi Bilbeny.
Lila Downs, que subió al escenario del Parque Central cuando ya tocaban las doce de la noche, hizo levantar desde el primer momento a muchos de los presentes, que intentaron situarse de pie ante el escenario para poder bailar a ritmo de las ranxeres y mariachis. Pero los responsables de seguridad impidieron que la gente ocupara estas primeras filas y los concentraron en uno de los laterales, hecho que provocó protestas que los afectados manifestaron directamente a la cantante: "No nos dejan bailar, Lila", le hizo saber una chica del público. Pero aún así, la fiesta no decayó en ningún momento. Lila Downs, que hizo gala de una gran capacidad vocal y de una gran energía al escenario, ofreció un recital de poco más de una hora que incluyó dos bisos- en el cual interpretó temas propios, como en el divertida La cumbia del Mole, y grandes clásicos de la música mexicana, como la Tequilera o Paloma Negra. Apoyada por una excelente banda de músicos capaces de pasar de los ritmos mexicanos al jazz más puro, Downs también contó puntualmente con la colaboración de la banda Mariachis Semblanza, que volvieron a subir al escenario después del pequeño aperitivo de media hora que sirvió para calentar el ambiente del concierto antes de la actuación de Lila Downs y de sus teloners, los arenyencs Relk.
Con un retraso de media hora respeto el horario previsto y a pesar de algunos problemas de sonido, los diez componentes del Mariachis Semblanza supieron romper el hielo de un concierto que se preveía festivo desde el comienzo. Por eso, la propuesta intimista y poética de los arenyencs Relk, más apropiada por un local de pequeño formato, no acabó de funcionar entre un público con muchas ganas de gresca. Aún así, la banda liderada por Maira Comalat demostró su alto nivel en directo y la elegancia de su pop mediterráneo en un recital en el cual interpretaron los temas de su último álbum, Piedras Azules, en el cual de nuevo han contado como letrista con el escritor Jordi Bilbeny.