Más de un millar de mataronins han seguido esta mañana el Vía Crucis interparroquial entre la basílica de Santa Maria y el cementerio. A lo largo de las catorce estaciones y el epílogo, que rememoran los últimos momentos de Jesús, desde que es condenado a muerte hasta su resurrección, se han hecho varios cánticos y plegarias relacionadas con estos hechos evangélicos.
Estas plegarias iban acompañadas de comentarios contextualitzadors que buscaban referentes actuales en el sujeto de cada estación. De este modo, a lo largo del trayecto hasta el cementerio han aparecido temas como las guerras, los atentados de la 11-M, las víctimas de las catástrofes naturales, los 35.000 muertos diarios debido a la hambre o el sufrimiento de las madres de presos. Incluso se ha leído un poema del obispo Pere Casaldàliga a favor de la solidaridad en la quinta estación.
Al llegar al cementerio, los asistentes se han ido colocando a la entrada en forma de rotllana esperando la cruz que ha llegado a la decimotercera estación. Detrás la cruz se han situado los rectores de las diferentes parroquias de la ciudad y el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, en la que era su primera visita oficial a la ciudad desde que tomó posesión del cargo. En unas palabras pronunciadas al final del acto, Martínez Sistach ha destacado el papel del Vía Crucis de Jesucristo como guía y motor de comprensión en la vida actual.
Estas plegarias iban acompañadas de comentarios contextualitzadors que buscaban referentes actuales en el sujeto de cada estación. De este modo, a lo largo del trayecto hasta el cementerio han aparecido temas como las guerras, los atentados de la 11-M, las víctimas de las catástrofes naturales, los 35.000 muertos diarios debido a la hambre o el sufrimiento de las madres de presos. Incluso se ha leído un poema del obispo Pere Casaldàliga a favor de la solidaridad en la quinta estación.
Al llegar al cementerio, los asistentes se han ido colocando a la entrada en forma de rotllana esperando la cruz que ha llegado a la decimotercera estación. Detrás la cruz se han situado los rectores de las diferentes parroquias de la ciudad y el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, en la que era su primera visita oficial a la ciudad desde que tomó posesión del cargo. En unas palabras pronunciadas al final del acto, Martínez Sistach ha destacado el papel del Vía Crucis de Jesucristo como guía y motor de comprensión en la vida actual.